lunes, 26 de mayo de 2014

PRESENTACIÓN EN EL AYUNTAMIENTO DE GRANADA DE CAUTIVO DE F. MORALES LOMAS


El pasado día 23 presentó en Granada Morales Lomas su última novela publicada por Editorial Nazarí en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Granada. Le acompañaron en la presentación Fernando de Villena y Alejandro (Ed. Nazarí).
Entre el público asistente se encontraban escritores como José Lupiáñez, Enrique Morón, Ángel Olgoso, Miguel Arnas, José Moreno Arenas, Antonio César Morón, Ángel Moyano, Pilar P. Esteban...

F. MORALES LOMAS

ALEJANDRO, F. MORALES LOMAS Y FERNANDO DE VILLENA

Un momento de relax tras la presentación de Cautivo
En la foto se encuentran entre otros: F. MORALES LOMAS, FERNANDO DE VILLENA, ÁNGEL MOYANO, ENRIQUE MORÓN, JOSÉ LUPIÁÑEZ, ALEJANDRO...


CAUTIVO DE F. MORALES LOMAS EN IDEAL DE GRANADA POR A. ARENAS



francisco morales lomas1

El escritor, ensayista y profesor, Francisco Morales regresa a Granada para presentar en el salón de plenos del ayuntamiento (20 h) su última novela que lleva por título ‘Cautivo’ y ha sido publicada por el sello granadino Nazarí. El también presidente de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios y vicepresidente de la Asociación Colegial de Escritores de España en Andalucía, estará acompañado porFernando de Villena con el que compartió estudios en los años de Facultad y con el que mantiene su amistad cuatro décadas después, “cosa que en este mundillo es muy complicado”.
“ ‘Cautivo’, forma parte de la trilogía  'Imperio del sol' que agrupa 'Bajo el signo de los dioses', publicado el pasado año en Alcalá Grupo Editorial, este año 'Cautivo' en Nazarí y queda pendiente de publicación 'Puerta Carmona', en Quadrivium. Forma parte de ese proyecto centrado en el Siglo de Oro, en concreto a mediados del siglo XVI y en la figura de Cervantes” nos explica tras comentarnos que se  trata de su “novena o décima” obra narrativa, igualmente que en su haber poético cuenta con 17 poemarios, más de una veintena de ensayos y alguna que otra obra teatral que próximamente publicará reunida. Así mismo, señala que esta trilogía arranca hace varios años cuando impartió clase en la Facultad sobre el autor del Quijote  cuya figura califica de “bastante desconocida” en especial durante su  “período confuso” en Italia y Argel, que es el que se aborda en esta obra. En su presentación en Málaga el pasado 8 de mayo Novo destacó que ha querido meterse en la mente y sensibilidad de Cervantes, incluso tergiversando la historia, para reflejar la España real de la época y presentar a un Cervantes nada idílico.
francisco morales lomas2
“En la novela trato, desde una perspectiva creadora, dar una visión particular de Cervantes para que pueda ser de  interés para todos, sean estudiantes de bachillerato o personas que quieran acercarse a este período, pues es entretenida y divertida”. También comenta que se han ocultado muchas ideas en torno a Cervantes, tales como el ámbito de su homosexualidad o bisexualidad, o en torno al Cardenal Giulio Acquaviva, al
rey de Argel, del presunto hijo que tuvo en Italia, de su huida por atacar y apuñalar a Antonio di Segura...  “Todo ello hace que en mi novela Cervantes se convierta en un personaje de aventura a la que sobrevivió por suerte… o porque tenía que escribir el Quijote”, añade con ironía.
Proceso de creación
Así mismo, nos explica su proceso creativo consistente en  “tras la fase de documentación y ver cómo la voy a abordar suelo encerrarme, sobre todo durante las vacaciones de verano y dedicar del orden de 5 a 6 horas diarias de escritura para conseguir tener al menos un 60% de la obra”. Entre los primeros lectores con que ha contado esta obra se encuentra el escritor y crítico Rafael Ballesteros que reconoce le llamó la atención los diversos puntos de vista y la creación de una figura tan desconocida y confusa como es Cervantes, a la que dota de una visualización y vitalidad difícil de encontrar desde otras perspectivas.  Así mismo, señala que “está escrita en un lenguaje rico y emocional, que presenta a su protagonista en acciones y pasiones muy humanas de gran belleza e intensidad, con una narración desde varias perspectivas, lo que aumenta la facilidad lectora”
En este sentido Novo justifica que no se haya tratado la figura de Cervantes como personaje “quizás porque siempre se ha movido desde el ámbito de la ocultación y porque él habló muy poco sobre sí mismo”. Como prueba de esta afirmación comenta que de entrada no se llamaba Miguel de Cervantes Saavedra y la foto de Fernando Jáuregui tampoco es de él, quizás pertenezca a alguien que le pareciera.  “Por tanto, Cervantes es un gran misterio que yo he intentado desvelar, evidentemente desde mi perspectiva personal”, concluye sobre el creador de la novela moderna que se adelantó dos siglos a la literatura del XIX. Para cerrar la trilogía ya tiene finalizada la última de las entregas  titulada ‘Puerta Carmona’ que se inicia en el momento en el que Cervantes está en la cárcel sevillana, e inicia la escritura del Quijote.  En este caso la figura protagonista será una mujer que se viste de hombre para reivindicar el papel de la mujer durante este período “en el que hubo muchas mujeres muy valerosas”.
Más informaciónwww.moraleslomas.com
Oir audio de la entrevista en la siguiente dirección


 Paolo Romerini y Francisco Morales Lomas en la pasada Feria del Libro
tulo: Cautivo
Autor: Francisco Morales Lomas
Editorial: Nazarí
Páginas: 270
Precio: 15 euros
Presentación: Viernes, 23 de mayo, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Granada. El autor estará acompañado por el escritor Fernando de Villena, y el responsable editorial, Alejandro Santiago (20 h.)

domingo, 18 de mayo de 2014

CRÍTICA DE F. MORALES LOMAS SOBRE LAS FRUTAS DE LA LUNA DE ÁNGEL OLGOSO, XX PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2014







LAS FRUTAS DE LA LUNA
DE ÁNGEL OLGOSO

F. MORALES LOMAS

Las frutas de la luna, XX Premio Andalucía de la Crítica 2014, es un libro rico en experiencias narrativas y en procesos escriturales en el que aborda una gran variedad de registros narrativos y temáticas (no ya en el ámbito fantástico, tan recurrente en su trayectoria narrativa) sino en lo cosmológico o metafísico que abarcan situaciones, espacios y experiencias deslumbrantes y bastante originales con una sublime complementariedad entre la brevedad de algunos y la extensión de otros, conformando un dominio explícito de la materia narrativa que sigue como guía en ocasiones la técnica del collage para organizar esos mundos abigarrados y heterogéneos.
Construye con destreza unos relatos que crean un espacio literario donde conviven la penetrante imaginación y el elaborado y pulido uso de la lengua española, de la que es sin duda un enamorado. Olgoso posee una enorme versatilidad narrativa y se adapta a la perfección al modelo que requiere cada situación, cada historia, en el que la sorpresa, el desconcierto o el estupor son factores últimos que atraen sobremanera al lector.
Su escritura posee muchas virtudes pero sobre todo una: su poder de impacto sobre este y la creación del asombro como arma narrativa. Nada es previsible en su obra: dos operarios desmontan el mundo y nuestra existencia, y a medida que se va elaborando el relato ignoramos de qué trabajo se trata pues la impresión es que están desmontando un decorado; sin embargo, este decorado es la propia existencia. Pero estos registros futuristas o fantásticos cambian en otro momento por situaciones orientales como en “Un cuenco de madera…” que sigue los parámetros de la literatura china en alianza con la narrativa gótica, en la que un joven pobre tiene un novio detenido esperando la sentencia a muerte del gobernador y el efecto mágico de la púa de su peine clavándose en el corazón del mandatario.
En otras ocasiones su capacidad para la síntesis es tal que puede construir un mundo en pocas palabras en “Designaciones”. En determinados momentos de nuevo llega su inspiración oriental (es muy habitual por estas lides) y escribe una parábola situada en torno al pintor obligado a pintar todo lo nefasto hasta que muere con la obra inacaba.
Sus obras adquieren un carácter simbólico pero penetran en nuestra propia realidad y le dan riqueza y profundidad inusitada. Es consciente de que eso que llamamos realidad no lo es, y si profundizamos en ella descubrimos ideas, conceptos, aspectos nuevos que la enriquecen y conforman desde otra perspectiva. Con ello vivimos otras vidas, otras formas de acceso a nuestro mundo, que es mucho más amplio que el que aparentemente muestran los sentidos.
Dejado llevar por esos múltiples registros, la alegorización se adueña de los textos en “La pequeña y arrogante oligarquía de los vivos”, donde describe un vasto mar de muertos. De norte a sur y de este a oeste, en su literatura, con afán universalista, caben todas las miradas, todo tipo de ceremoniales e historias: desde la enfermedad, y entonces aparece la historia de Manuel y su locura, donde rechaza la identidad de todos los seres humanos, en una historia conmovedora que nos recuerda a Poe. La historia de una enfermedad que bien puede ser un buen pretexto para adentrarnos en el submundo de los hospitales, o la presencia fehaciente de la narrativa hispanoamericana en la obra sobre la historia de este personaje con trastornos en la personalidad: un Manuel cabizbajo que se aísla, encadenado a la neurosis nacida de la proximidad de los demás. 
También está presente la crítica social en historias como “Materia oscura”, donde el planeta de pronto se queda a oscuras cuando la Compañía Eléctrica decide cortar la luz del planeta. Una ironía evidente en torno a ese poder omnímodo de las empresas y la inanidad del ciudadano ante sus actos. Esta tendría relación con “Los túmulos”, donde se plantea el avance de la oscuridad en el planeta y la reacción de los ciudadanos ante ese progresivo oscurecimiento, y dice el narrador: “No deseo dejar de anotar en mi informe acerca de la naturaleza de este mundo –para tratarla quizá después en consecuencia- la semejanza entre los dormidos y los muertos”.
También el esperpento hace su aparición cuando surge el relicario del prepucio de Cristo  en “Reliquias”, la trascendencia lingüística en el diálogo de “Jueces en el Valle de Josafat”, lo absoluto con una forma de construcción artística en “Las montañas de los gigantes a la caída de la tarde”… En ocasiones son historias contadas bajo el mandato literario de lo ensayístico como en Bestiario sobre el concepto de humanidad.

Un mundo abigarrado, plural, rico tanto en situaciones y escenarios como en el cuidado uso del lenguaje que hace de Ángel Olgoso uno de los grandes narradores contemporáneos.

domingo, 11 de mayo de 2014

CRÍTICA DE JOSÉ MANUEL GARCÍA MARÍN SOBRE BAJO EL SIGNO DE LOS DIOSES DE MORALES LOMAS




Bajo el signo de los dioses
     Por José Manuel García Marín



En la novela histórica, el relato se asienta sobre un acontecimiento histórico ocurrido en una fecha concreta no contemporánea y alrededor de un personaje relevante o anónimo. Su propósito es entretener al lector y divulgar la historia, razón por la que debe abstenerse de modificarla, además de ser fiel a las costumbres, los ropajes, las herramientas o las armas, la gastronomía, la medicina y, al menos, a unas formas de expresión aproximadas, ya que si atendiéramos al castellano antiguo, nadie las soportaría, por su dificultad de entendimiento hoy día. En cambio, en la historia novelada, el personaje, las fechas, las batallas, el hecho histórico en sí, prevalece sobre la narración, por lo que está más cerca del ensayo que de la novela y suele ser más leída por los amantes de la historia que por el público en general; sin embargo, Francisco Morales Lomas, con su novela «Bajo el signo de los dioses», editada en Alcalá Grupo Editorial, ha sabido recoger las virtudes de uno y otro género, para recobrar, en esta ocasión, una figura para muchos olvidada y para otros ignorada: Rodrigo Calderón.
¿Dónde está, pues, el misterio para que lo que, acaso pudiera esperarse como de lectura excesivamente erudita sea, por el contrario, de una seductora amenidad?
Con la dosificación de datos, a veces imperceptibles, encubiertos bajo suaves pinceladas, Francisco Morales Lomas cumple con los dos objetivos imprescindibles de la novela histórica: divertir y enseñar, el placer literario y la didáctica. Pero a esos datos, el narrador ha añadido un elemento sustancial: ha volcado su aliento; es decir, ha buscado la palabra para dar vida y forma a los personajes.
Ciertamente, si bien el protagonista es Rodrigo Calderón, el autor hace un estudio transversal de la época de Felipe III, presentada por Leopoldo del Prado, un personaje ficticio, pero que goza de absoluta verosimilitud. Por el enorme escenario en el que se desarrolla la novela, cruzan hombres célebres, conocidos universalmente: Lope de Vega, Quevedo, Cervantes o Góngora y necesariamente Francisco de Sandoval y Rojas, el duque de Lerma, seres que el autor cuidadosamente perfila y de los que procura sustanciosos detalles supuestamente secundarios.


De todos ellos se sirve para, mediante la suma de las visiones subjetivas de cada uno, crear una imagen estereoscópica del lamentable reinado del monarca. Un reinado que ni siquiera fue tal, porque desde sus principios mandó cargar con el peso de las responsabilidades y negocios públicos a una nueva figura, la del «valido» plenipotenciario, el duque de Lerma que, entre sus muchos errores y sus auténticas o falsas depresiones ¾quizás influido por la apatía del propio soberano¾, no se le ocurrió otra cosa que trasladar la corte a Valladolid, provocando la ruina de Madrid sin que esta otra ciudad se beneficiara.
En una época en que España debería haber nadado en la abundancia, se producía la paradoja de que al mismo rey le faltara liquidez para mantenerse; no así a su valido, que consiguió hacerse inmensamente rico y que, para dedicarse mejor a sus manejos, nombró a su vez a un valido, Rodrigo Calderón. En definitiva, el país estaba gobernado, en tanto el monarca se entregaba a la caza, por el valido de un valido, quien también se convertiría en un señor poderoso y, por tanto, rodeado de deudores y enemigos.
Las medidas económicas que se tomaron fueron una cadena de desatinos que empobreció España. Por ello es de destacar el mundo quimérico en el que vivía Felipe III, ajeno por su voluntad a cualquier contrariedad, hasta el punto de prohibir la entrada, a la finca en la que practicaba sus cacerías, a nobles y dignatarios eclesiásticos, por muy alta relevancia de que estuvieran investidos, para evitar noticias que le amargaran su holganza. Aparte de su continuo asueto, parecía que su función se limitara a regalar títulos y honores, con sus consiguientes retribuciones, a Francisco de Sandoval y a muchos otros que, por una razón u otra, nunca por cuestiones de Estado, le facilitaran la vida.
Naturalmente, y esta debía de ser la intención no confesada del autor, cuando una novela con fondo está bien estructurada y narrada, como es el caso, la reflexión sobreviene inexcusable, porque a la vista de aquel orden de cosas, ¿cómo no iba a surgir la picaresca?, ¿cómo se las componía el pueblo llano para medio vestir y alimentarse? Pues siguiendo el ejemplo de sus dirigentes políticos y religiosos, inmersos en la corrupción, la inmoralidad, el desfalco o la malversación y, desde luego, traicionándose unos a otros con la finalidad, un tanto ingenua, de conseguir un estatus de poder desde el que pudieran avasallar sin ser avasallados. Es, en fin, de este mosaico de figuras, de intereses tornadizos y contrapuestos, de esta atmósfera de fascinación que crea, de la que se sirve con maestría el autor para capturar al lector, para seducirlo, para que, más que seguir el relato de unos sucesos, se asome a la ventana de la historia que le ofrece, abierta de par en par.
En resumen, para «tocar» tiempos pretéritos debemos escapar del nuestro, y eso sólo es posible adentrándonos en los que la literatura elabora y que, en este caso, con «Bajo el signo de los dioses» Morales Lomas nos propone disfrutar.
Málaga, 13 de noviembre de 2013

ALGUNAS IMÁGENES DE LA PRESENTACIÓN DE LA NOVELA CAUTIVO DE F. MORALES LOMAS






F. MORALES LOMAS EN LA PRESENTACIÓN DE SU NOVELA CAUTIVO (ATENEO DE MÁLAGA 8 DE MAYO DE 2014)



ASISTENTES AL ACTO DE PRESENTACIÓN DE LA NOVELA CAUTIVO DE F. MORALES LOMAS
PAOLO REMORINI (EDITOR), F. MORALES LOMAS (AUTOR), RAFAEL BALLESTEROS (ESCRITOR Y PRESENTADOR DE CAUTIVO)


SALVADOR COMPÁN, F. MORALES LOMAS Y RAFAEL BALLESTEROS

F. MORALES LOMAS FIRMANDO EJEMPLARES DE SU NOVELA CAUTIVO

F. MORALES LOMAS EN UN MOMENTO DE LA PRESENTACIÓN 



viernes, 9 de mayo de 2014

ALGUNAS IMÁGENES DE LA PRESENTACIÓN DE POESÍA VIVA. ENSAYOS DE POESÍA ESPAÑOLA DE F. MORALES LOMAS

ANTONIO GARRIDO, FRANCISCO CAÑADAS Y F. MORALES LOMAS

JOSÉ SARRIA, ALBERTO TORÉS, JOSÉ LUIS, RAFAEL MUÑOZ Y ÁLVARO CAMPOS

ASISTENTES AL ACTO
ASISTENTES AL ACTO DE PRESENTACIÓN A LA ESPERA DE LA FIRMA DEL LIBRO POESÍA VIVA DE F. MORALES LOMAS
F. MORALES LOMAS, ROSA ROMOJARO Y UN ALUMNA DE LA UMA
ANTONIO GARRIDO, F. MORALES LOMAS Y FRANCISCO CAÑADAS






POESÍA VIVA DE F. MORALES LOMAS NOTICIA APARECIDA EN EL BLOG LA DISCOTECA DEL FRIKI DE ANTONIO CAÑESTRO LANZADERA



PRESENTACIÓN DE "POESÍA VIVA. ENSAYOS SOBRE LA POESÍA ESPAÑOLA", DE FRANCISCO MORALES LOMAS

Presidente de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, Catedrático de Lengua Castellana y Literatura, poeta, dramaturgo, narrador, ensayista, columnista y crítico literario; finalistas en algunos pocos premios y ganador de otros muchos… Una cuantiosa y apabullante lista de galardones y reconocimientos por su activismo en la literatura podrían seguir a esta ya de por sí impresionante enumeración que se ha labrado Francisco Morales Lomas, quien, a pesar de todo, se define simplemente como “un gran lector”. El jienense, cuya proyección literaria se encuentra imparable habiendo publicado más de 10 libros en los últimos 13 años, acudía al Salón de Actos de Unicaja de Málaga en una fecha tan señalada como el 23 de Abril para presentarnos su última creación: “Poesía viva. Ensayos sobre poesía española”.
La presentación comenzaba puntualmente a las 20:00, encargándose el igualmente reputado Antonio Garrido Moraga (Director del Instituto Cervantes de Nueva  York entre los años  2000-2004) de iniciar el acto presentando la última creación de su amigo y compañero. Durante la  apertura, Garrido rememoraba el entusiasmo con el que fue acogida la obra en la Fundación Unicaja, donde no dudaron ni un momento sobre la calidad de la misma, apostando por ella desde el principio del proyecto. Destacando la “entrega incansable a la escritura” de Francisco Morales, Antonio continuó reseñando la calidad del libro que tenía entre manos, definiéndolo como una obra de ensayo y crítica genialmente desarrollada en la que queda reflejado el panorama lírico nacional.

Una vez tomada la palabra el protagonista, Francisco Morales, como comentábamos anteriormente, se presentó a sí mismo como, ante todo, “un gran lector que, además, busca crear algo dentro del ensayo”. Y fusionando el mentado campo creativo junto a su pasión por la poesía, surge esta obra en la que Francisco realiza un ensayo crítico sobre algunos de los autores más interesantes de la lírica española posterior a la década de los años 50, a los que añade al genio de la literatura universal del Siglo de Oro español.

A pesar de tratar sobre otros autores y sus obras, Francisco Morales presenta un libro altamente personal y creativo en el que ha intentado evadirse de la inmensa admiración que siente por los escritores sobre los que versa para sacar su lado más crítico. Así,  en la obra queda patente su más que profundo conocimiento de la materia, vertiendo en ella sus aparentemente inagotables conocimientos y reflexiones.

Demostrando que un ensayo no tiene porqué ser aburrido, el libro de Francisco está marcado por el ingenio del que goza su autor a la hora de desarrollarlo, ofreciéndole a cada capítulo/autor su propia dinámica.

Adentrándose en la obra protagonista del acto, Francisco nos desvela que comienza el libro con el único autor que no era posterior a los 50: Miguel de Cervantes. La inclusión del universal escritor en la obra es debida a que este siempre fue altamente crítico con sus propias obras en una época en la que los halagos fácilmente podían dirigirse a autores de tanto renombre como Quevedo o Lope.  De este modo, Francisco rinde su particular homenaje a Cervantes analizando su creación sin perder de vista la época en la que se enmarca.

Así, a través del estudio de los diferentes autores que nos encontramos a lo largo de la obra, Francisco realiza la crítica o valoración de los mismos a la par que los contextualiza con tal de ayudar al lector a comprender mejor al autor y su espacio vital.

Siguiendo este esquema, nos encontramos a escritores como Manuel Alcántara, un autor que debido a su dedicación periodística no ha podido centrarse completamente en el género lírico. A pesar de esto, Francisco investiga su poesía ofreciéndonos un adelanto de lo que veremos en el libro que cocina actualmente, dedicado íntegramente al poeta malacitano.

La siguiente parada en el libro corresponde al capítulo de Manuel Altoaguirre, un poeta que siempre enalteció a otros autores sin ser recíproca la alabanza, del que Francisco destaca su especial sensibilidad lírica. A este le sucede Pablo García Baena, el recién fallecido Félix Grande, el referente de los 60 Jesús Hilario Tundidor, la ganadora del Premio Nacional de la Crítica Julia Uceda, el incomprendido Luís García Montero, el multi-premiado Miguel García Posada o la profunda Juana Castro.

Estos son algunos de los 20 autores cuya trayectoria queda analizada y valorada en este libro que se presenta como una compra obligatoria para todos aquellos que quieran conocer más a fondo algunos de los protagonistas más interesantes del panorama lírico de la segunda mitad del siglo XX.
Para concluir el acto, Francisco Morales se despidió, emplazando nuevamente a los allí presentes para el 8 de Mayo, día en el que presentaría su nueva creación, la novela “El Cautivo”, segundo volumen de su trilogía  “El Sol Naciente”.

Un merecido y gran aplauso cerró la cita literaria.
Francisco Morales Lomas con algunos de sus alumnos de la UMA

jueves, 8 de mayo de 2014

PRESENTACIÓN DE LA NOVELA "CAUTIVO" DE F. MORALES LOMAS


ATENEO DE MÁLAGA, 8 DE MAYO DE 2014, 20:00 H.

El salón de actos del Ateneo de Málaga acogerá la presentación de 'Cautivo', la segunda novela del escritor y profesor de la Univesidad de Málaga Francisco Morales Lomas. En el acto, que comenzará a las 20 horas, intervendrán Rafael Ballesteros, Francisco Morales Lomas y Paolo Remorini, Editorial Nazarí.

En cuanto a 'Cautivo', se trata de la segunda novela de la trilogía Imperio del Sol, de la que forman parte 'Bajo el signo de los dioses', publicada en Alcalá Grupo Editorial, 2013 y 'Puerta Carmona', pendiente de publicarse en la Edi­torial Quadrivium.

Cautivo transcurre en el siglo XVI, uno de los periodos más arrebatadores de la historia de Europa. De la mano de Miguel de Cervantes, el lector recorrerá ese periodo histórico por tierras de España, Italia y Argel. Su huida de España, la parti­cipación en la batalla de Lepanto, su cautiverio en los “baños” de Argel, vistos con una mirada amplia y vigorosa en esta novela absorbente y conmovedora














jueves, 1 de mayo de 2014

LA POESÍA DE ÁLVARO CAMPOS SUÁREZ POR F. MORALES LOMAS



PARAÍSO PERDIDO O POESÍA SOÑADA EN LA LÍRICA DE ÁLVARO CAMPOS SUÁREZ




F. MORALES LOMAS




Aunque alejado ahora, hubo una época en que el/la yoga, como disciplina destinada a conseguir nuestra unión con lo absoluto, formaba parte de mi existencia y mis lecturas de cabecera fueron el Bhagavad Gita, el Zen y Vedanta, Los cuatro libros de Confucio, El libro del Tao de Lao Zi, las reflexiones del maestro Zhuang Zi… que nos llegaban a través de la sabiduría del dilecto Raimon Panikkar. Todo un arsenal espiritual para tiempos de crisis. Ese pensamiento que nos enseñaba la antropología descendente y ascendente, pero también que había que tener la mirada erguida mirando el cielo pero los pies firmes pisando en la tierra.
La filosofía oriental como un instrumento de meditación, observación, análisis y profundización en lo efímero de la existencia occidental ha sido siempre un recurso lírico en épocas de pérdidas personales. En los años sesenta del siglo pasado era evidente en el movimiento hippie.
Así acaece en la obra Buda en el Bolshói de Álvaro Campos Suárez (Ediciones En Huida, Sevilla, 2014). La relación de Juan Ramón Jiménez con el pensamiento oriental tiene ese origen de pérdida, muy afianzado en la última etapa de su poesía. No en vano, la primera cita de esta obra es del genial escritor moguerense aludiendo a la perfección circular de la existencia en la muerte y en la armonización de los contrarios. Frente a la filosofía occidental de raíz judeocristiana, que ve la muerte como una tragedia, los orientales la comprenden como la perfección del círculo.
Decimos todo esto porque el origen de Buda en el Bolshói no es otro que un adentrarse en los complejos mundos de la existencia y la inexistencia y un homenaje sentido y cimero a la figura de su padre, el gran escritor andaluz y difunto Juan Campos Reina, y la vuelta a un “paraíso perdido” (de ahí el subtítulo de Traumpoesie) que pretende recuperar.
Lo deja claro en la “Nota del editor” que incide en el concepto de autor-transcriptor que adquiere en una subasta electrónica esta obra hallada en una cárcel secreta de Iraq en 2011 y cuyo autor es un profesor de Estética de ascendencia andalusí, acusado por la CIA de la organización de una célula terrorista en el sur de España. Un exótico suceso, una argucia muy de novelista (Borges la practicaba con exuberancia) que le permite al lector explicar las razones últimas de esa conexión entre el pensamiento de Oriente y Occidente.
Buda es el paradigma siempre en el pensamiento oriental, pero ¿y el otro concepto: Bolshói? Está claro que se refiere al emblemático teatro ruso y a su compañía y el significado de grande en ruso. Nos movemos, pues, en un  terreno fronterizo entre la existencia y la muerte, la espiritualidad y la materialidad, lo oriental y lo occidental en esa danza de la vida, en ese teatro del mundo (Bolshói) que es la existencia, a través de la alegoría espiritual de Buda, el iluminado, el despierto. Estamos, por consiguiente, en presencia de la iluminación en el gran teatro del mundo.

ÁLVARO CAMPOS SUÁREZ

Campos Suárez parte de toda una filosofía, de toda una cosmología creadora, todo un conjunto de elementos que se organiza teatral y estructuralmente en torno al número mágico 5 (número de los encantamientos y de la fortuna, del viaje) con dos partes iniciales y dos subapartados a su vez que significan el camino de la vida, el aprendizaje, el bildungsroman, y los otras dos vías místicas de ascenso espiritual y armonización con el uno o el todo de raíz mística: “Luto” (9 poemas), “Aprendizaje” (8 poemas), “Entreacto” (2 poemas), “Ascenso” (9 poemas) e “Iluminación” (11 poemas), en cuyo último eslabón aparece el significativo poema postrero, “Empieza a clarear”, que aspira desde la cursiva a la circularidad (de raigambre oriental) iniciada con “Solo recuerdo una imagen” donde surge el escenario del Bolshói (la existencia, el gran teatro del mundo) para iniciar el “ruido” de la vida.
Pero al mismo tiempo que existe esa armonización circular, nacemos en el camino (Tao es camino) en busca de la verdad o realidad y de la sabiduría que puede pertenecer a cualquiera alcanzando siempre el centro del eje. Nos adentramos en ese “presente eterno”, acaso en el “pedregal de lo cósmico”, como seres que asisten a la titanomaquia, a esa caída. En la filosofía oriental está muy presente la antropología descendente que presenta al hombre como un dios-fuego caído (es el titán en la Teogonía de Hesíodo) hasta su miserabilidad conquistada: “Brindo por ser quienes somos,/ miserables mas humanos”. La condición de humanidad como un reconocimiento en la pérdida, en ese descenso a los infiernos de la existencia. Es el “hombre-esclavo” ante la impostura o la imposición del Leviatán. El recuerdo del sabio Zhuang Zi en el poema homónimo “Zhuangzi now” no ofrece la menor duda. Zhuang Zi junto con Lao Zi consideraban que el hombre debía permanecer en la pureza y la quietud del wu wei, en la simplicidad natural, y adoptar una postura de ignorancia (wu zhi) y de ausencia de deseos (wu yu) y de espíritu de lucha (wu zheng). Así veían a la naturaleza humana. En este marco teatral el ser humano va “pulsando las cuerdas/ de la guitarra universal/ al encuentro/ de la nota verdadera”. Es una necesidad inmanente de iluminación, de ese dios-fuego caído en la ignorancia y hundido en la tierra (como decía Ovidio en sus Metamorfosis, ajeno al cielo, ese hombre que no mira a las estrellas) y en el materialismo de la miel de las abejas.
Campos Suárez trata de conformar también una imagen de reconstrucción simbólica del pasado, el fin de un tiempo, el inicio de otra era. Y, siguiendo a Schiller, la elección en el hombre es entre “la felicidad de los sentidos y la paz del alma”. Entre lo material invasivo y lo espiritual unitivo y místico, Campos Suárez se deja invadir por la muerte (del padre), envuelto en ese mundo forzado y forjado de noche, tratando de emprender un sueño o una vuelta hacia atrás, hacia ese camino que trata de soñarse de nuevo, una vuelta hacia un “tú” siempre permanente y objeto de ausencia: se canta lo que se pierde. El hombre anda en el mundo, “crisis tras crisis”, con falso amor, con necesidad de vivir de nuevo, porque “Vivir en lo vivido/ es morir”.
Un primer espacio para conformar un mundo y una encrucijada en cursiva, entre la iluminación y el oscurantismo, en una plenitud en la que la palabra siempre es más fuerte que el hombre, a la espera de una señal.
En ese mundo dual de luces y de sombras hay una aventura de pájaro, en ese símbolo tan místico de “vuelo de altura” y no de esperanzas falto, volé tan alto tan alto que le di a la caza alcance. En medio de una naturaleza hostil pero necesaria, a la espera de una señal que no llega o en el refugio de una silla para el cansancio. Expresa sus deseos ascéticos, su inspiración como “respiración/ trasunto del alma encendida”, anhelando la felicidad de Buda, del iluminado, rompiendo esa raíz a la tierra para poder elevarse en el vuelo de consagración a través del viaje de la existencia.
Por eso, como Lao Zi, el Tao o camino, es el único referente que nos informa. “Camina -dice Lao Zi-, el Tao es tu camino. El que tú haces, no el que yo te prescribo. Campos Suárez en “Por la vereda”, dirá: “En la senda incierta/ te encontré./ Y mientras caminábamos/ a lo largo de la alameda,/ supe que al fin lo había hallado,/ ¡Oh, mágico paseo”. Es una felicidad conquistada en ese camino, en esa vuelta al pasado, en la que el padre aparece en el poema “En el mirador” (dedicado a él) escuchando el ruido del mundo, el ruido del tractor, el canto de los grillos, “La luz brillante y cegadora./ Campos eternos”.  Una suerte de idealismo objetivo en la tranquilidad del mundo, en ese contemplarlo apaciblemente, sin necesidad de tiempo, manteniéndonos en reposo: “Amplío los finitos valles de mi mente/ en un universo de seres mudos/ y a menudo extraños”.  Una búsqueda desde la contemplación, un tránsito hacia el blanco que nos ilumina, en una espera que nos lleve a la plenitud, en un místico oasis, en una noche de mar y sirenas: “¡Por fin, libre para el sueño eterno”. Siendo todo viento mientras recordamos aquel pasado, aquel baile de luz y nos preparamos como “Budas vivientes” tras haber hallado esa sabiduría, “el Despertar”, la reencarnación… la Luz que siempre se persigue mientras bebemos del olvido en el Leteo, deseando unir el destino del poeta al amado muerto, en esa unidad querida y ansiada que nació de los afectos terrenales. En un canto permanente al Amor, con mayúscula, que será el único que nos libere al fin de todo.

Este es el teatro de Álvaro Campos Suárez: “Empieza a clarear/ en los confines de lo etéreo./ El espíritu de la sombra/ se aleja”. Un exuberante retrato de una pasión conquistada, un sueño recobrado, de una mirada que en la unidad alcanza su objetivo.

La creación literaria y el escritor

La creación literaria y el escritor
El creador de libros, pintura de José Boyano