viernes, 25 de octubre de 2013

HA FALLECIDO NUESTRO AMIGO EL ESCRITOR MANUEL URBANO

Abajo: Nieves (esposa del fallecido), Manuel Urbano Pérez Ortega y un amigo.
Arriba: Manuel Gahete y Francisco Morales Lomas en el homenaje al escritor, febrero de 2013.


MANUEL URBANO, BIBLIOGRAFÍA


Manuel Urbano Pérez Ortega, cuyo nombre literario es Manuel Urbano, nació  en Jaén en 1940 y falleció ayer 24 de octubre de 2013. Es poeta, ensayista y crítico literario, además de columnista, flamencólogo, editor literario y gestor cultural. Pertenece al Instituto de Estudios Giennenses y a la Academia de Buenas Letras de Granada. Es además miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y de la Asociación Andaluza de Críticos Literarios, así como de la Fundación Blas Infante y de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera. 
Ha sido director de la revista de flamenco Candil y en la actualidad lo es de la de etnografía El toro de caña. Junto a colaboraciones en diversos libros, catálogos, revistas y prensa, ha publicado numerosos libros de temas de etnología, historia y literatura. Ha sido director del Área de Cultura de la Diputación Provincial de Jaén, del Museo de Artes y Costumbres Populares y el Internacional de arte naïf de la Diputación de Jaén. Dirigió junto con Antonio Hernández la colección madrileña de poesía Pliegos del Sur; fue redactor de Metaphora, revista de poesía concreta. Dirige la Colección de Antologías del Instituto de Estudios Giennenses y, en su día, estuvo al frente de colección de libros de poesía "Cuadernos de Aixa" y de "Jándula". Es uno de los grandes eruditos en temas relativos a la cultura andaluza y, en particular, a la desarrollada en la provincia de Jaén.
Ha publicado los libros de poesía Anillo a dos (1972), Presencia y ausencias (1978), Pre-textos (1979), Grabado en la memoria (1980),  Horno negro (1998), Paseos en Jaén (2001) y Camino de la nieve (2007). En prosa ha publicado Fuera de quicio (1990), una selección de sus columnas periodísticas. Es su poesía un festín verbal con notas barrocas y profundidad meditativa, fruto de una necesidad expresiva y verdad vital que, con “un dejo de tradición incorporado –como dice Antonio Hernández– en cuanto ésta se hace placenta de vanguardias”, se llena de rastros de humana melancolía, buscando la final salvación por el arte. Su Camino de la nieve, por ejemplo, es un crisol poético donde arden los crepúsculos, las tardes del otoño y la oquedad de noviembre, una música violeta, ciertas preguntas con respuesta, el vuelo inmóvil de las horas, la profundidad oceánica del espejo, las hojas y el óxido de su cobre como harapos de ternura. Se trata de un libro donde se mira fijamente la desnudez del tiempo.
Entre sus estudios literarios se encuentran Andalucía en el testimonio de sus poetas (1976), Antología consultada de la nueva poesía andaluza (1980), Zabaleta y la poesía (1980),El cante jondo en Antonio Machado (1982), Rafael Porlán: Prosa y verso (1983), Bodas de hierro con la sangre. Antología poética, parcial, de José Luis Núñez (1990), Antología poética de Bernardo López (1991), En la voz el ala. Antología poética de Juan Martínez de Úbeda (1994), La hondura de un antiflamenco: Eugenio Noel (1995), Coplas aceituneras (1997), José Almendros Camps, el poeta jaenés del novecientos (1998), Sal gorda (1999), Del Guadalquivir al Tormes: Antología poética de Rafael Láinez Alcalá (2001), El juego de la flor. La poesía de Juan Martínez de Úbeda (2003), El gorro frigio. Del poeta José Jurado de la Parra (2005) y La huella de viajero: los senderos poéticos de José Ortiz de Pinedo (2007). Su último libro es Costumbristas giennenses. Estudio y antología (2008).
 MANUEL URBANO, ANTONIO CARVAJAL Y OTROS AMIGOS EN EL HOMENAJE DE FEBRERO 2013 (Alcalá la Real, Jaén)

 HOMENAJE A MANUEL URBANO, ALCALÁ LA REAL (JAÉN), FEBRERO 2013

Sus publicaciones de etnografía y flamenco son, además de numerosas, una aportación importante al saber, sobresaliendo Flamenco y política (1980), Grandeza y servidumbre del cante giennense (1982), Taranta (1991), Viaje por la mesa del Alto Guadalquivir (1993), Campanas y cohetes, calendario popular de fiestas populares (1996), Hay quien dice de Jaén (2000) y Del tiempo detenido, la fotografía etnográfica del Dr. Cerdá y Rico (2001). En esta faceta. descubrimos los frutos de sus estudios etnográficos muy especialmente sobre la Alta Andalucía, auténticos registros de plurales formas de cultura popular que van desde el cante y las costumbres de la mesa a la fotografía etnográfica y desde las fiestas populares a, como en Hay quien dice de Jaén, un diccionario jaenés de la memoria, diccionario que guarda para la conciencia lingüística el tesoro de un sinfín de expresiones y, como dice Quevedo, “vulgaridades rústicas”, además de refranes, adagios y otros dichos.
Además del libro de arte Registro de memorias (2002), cuenta con las siguientes ediciones de libros éditos y, en no pocas ocasiones, inéditos: Colección de las mejores coplas que se han compuesto... de Don Preciso (1982), De la solera fina, de Antonio Alcalá Venceslada (1982), Del corazón de mi tierra, de Alfredo Cazabán (1989), El ajusticiado, de José Toral (1990), Cuentos del cielo, de José Toral (1991), Siete sonetos y un romance inédito de Rafael Porlán (1992), La buena simiente, de Antonio Alcalá Venceslada (1993),El destino de Lázaro, de Manuel Andújar (1994), El vencido, de Manuel Andújar (1995), Cuentos de la Villa, de Juan Antonio de Viedma (1996), El sitio de Manila, de Juan y José Toral (1998), Memorial de los Santos que reciben indebido culto..., de José Martínez de Mazas (2001), Viejo Jaén. Coplas del Día, de Alfredo Cazabán (2004), Un paseo a la patria de Don Quijote, de José Giménez-Serrano (2005) y El peregrino de Tíscar, de Rafael Láinez Alcalá (2007).
Sobre las ediciones y los estudios literarios, etnoliterarios e históricos, destacan sus recuperaciones, así ocurre en el libro Sal gorda, de coplas obscenas de la tradición oral. Importantes resultan también sus aportaciones al estudio de la poesía andaluza, tanto generales como particulares. Entre las primeras sobresalen las tituladas Andalucía en el testimonio de sus poetas y Antología consultada de la nueva poesía andaluza. Entre las aportaciones sobre autores cabe recordar sus libros sobre Bernardo López, José Jurado de la Parra, Eugenio Noel, Antonio Machado, José Almedros, Rafael Laínez Alcalá, discípulo de Machado en Baeza, Rafael Porlán, Juan Martínez de Úbeda y, entre otros, José Ortiz de Pinedo. También, las numerosas recuperaciones a través de unas muy cuidadas ediciones de sus obras de Antonio Alcalá Venceslada, Alfredo Cazabán, José Toral, Laínez Alcalá y, entre otros muchos, Manuel Andújar, escritor al que le unió una gran amistad.



MANUEL URBANO Y FRANCISCO MORALES LOMAS (DURANTE, LA REUNIÓN DE LOS PREMIOS DE LA CRÍTICA DE ANDALUCÍA, MÁLAGA, ABRIL, 2013)

domingo, 20 de octubre de 2013

ANTONIO HERNÁNDEZ, PREMIO DE LAS LETRAS ANDALUZAS




ANTONIO HERNÁNDEZ

PREMIO DE LAS LETRAS ANDALUZAS “ELIO ANTONIO DE NEBRIJA”


F. Morales Lomas



Manuel Gahete, Antonio Garrido Moraga, Francisco Morales Lomas, José Antonio Santano, José García Pérez, Antonio Hernández, Remedios Sánchez, Carlos Benítez Villodres y José Sarria
(Imagen de Javier de Molina en Diario La Torre)

Nos congratulamos especialmente de la concesión del IV Premio de las Letras Andaluzas “Elio Antonio de Nebrija” a nuestro amigo y presidente de honor de la AAEC, Antonio Hernández.

El premio le fue concedido en marzo pasado por la Asociación Colegial de Escritores de España (Sección Autonómica de Andalucía). La entrega del premio tuvo lugar el pasado 18 de octubre en un acto convocado en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga en un acto presidido por Francisco de la Torre (Alcalde de Málaga), Francisco Cañadas (Director Cultural de la Obra Social UNICAJA), Juan José Téllez (Director del Centro Andaluz de la Letras), Juan Jesús Bernal (Diputado de Cultura en Diputación de Málaga)  José García Pérez (Presidente de ACE Andalucía), así como del propio homenajeado, D. Antonio Hernández. La figura de Antonio Hernández fue glosada por los miembros de la presidencia y por el vicepresidente de la AAEC Antonio Garrido Moraga. Del premiado, calificado como “andaluz de esencia” se dijo que “su arte es atemporal” por sus novelas de éxito y sobre todo por su poesía “que no recibe un reconocimiento, que es un estímulo para seguir engrandeciendo su obra”.
Un acto que reconoce a uno de los grandes escritores de Andalucía y presidente de honor de nuestra asociación: “una de las voces más sólidas y templadas, más matizadas y versátiles de la poesía española del último medio siglo.”

José García Pérez, Francisco Cañadas, José Antonio Santano, Manuel Gahete, Paloma Fernández Gomá, Remedios Sánchez, Francisco Morales Lomas y Antonio Hernández (Foto de Pilar P. Esteban)


Antonio Hernández realizó estudios de pedagogía y antropología. Periodista con más de mil artículos publicados en todos los periódicos de Madrid y en algunas de sus revistas.
Como poeta ha sido premiado en Adonais, Miguel Hernández, Vicente Alexandre, Tiflos, ... En 1980 obtuvo el al gran Premio de Bellas Artes que recibió de manos del Rey de España y con posterioridad, el Premio Nacional de la Crítica, El premio Andalucía a la mejor trayectoria de un poeta, el Premio Ciudadano a la Obra de un escritor español ...

Como novelista ha obtenido los premios Andalucía, Valencia, Fernando Lara, ... y como ensayista el premio Hércules y el Popular del diario Pueblo por su libro la poética del 50 2 "Una promoción desheredada".

Tiene publicados un total de 40 libros y está traducido a 21 idiomas.

ALGUNAS OBRAS DE ANTONIO HERNÁNDEZ

Insurgencias 2010 (Obra poética completa)

Gol sur 2008

El Betis: La marcha verde 2008

Habitación en arcos 2008

Vestida de novia 2004

Sangrefía 2003

El mundo entero 2001

El mar es una tarde con campanas 2001

Raigosa ha muerto, viva el rey 1998

Picasso y Apollinaire, los mercaderes de aleluya 1997

Vara del corazón 1996

Le leyenda de Géminis 1994

Sagrada forma 1993

El nombre de las cosas 1993

La poética del 50, una promoción desheredada 1991

Lente de agua 1990

Volverá a reir la primavera 1989

Campo lunario 1988

Goleada 1988

Nana para dormir francesas 1988

Antología poética 1987

Indumentaria 1986

Compás errante 1984

Con tres heridas yo 1983

Diezmo de madrugada 1982

Homo loquens 1981

Guía secreta de Cádiz 1979

Metaori 1979

Oveja negra 1969

José García Pérez, José Antonio Santano, Francisco Cañadas, Manuel Gahete, Paloma Fernández Gomá, Francisco Morales Lomas, Remedios Sánchez, Antonio Hernández, Carlos Benítez Villodres, José Sarria

ALGUNOS ENLACES QUE DAN LA NOTICIA
http://andaluciainformacion.es/arcos/343761/antonio-hernandez-recoge-el-premio-de-las-letras-andaluzas/
http://www.diariolatorre.es/index.php?id=39&tx_ttnews%5Btt_news%5D=26717&tx_ttnews%5BbackPid%5D=9&cHash=5fcbe5ef70
http://www.malagahoy.es/article/ocio/1478508/antonio/hernandez/gana/premio/las/letras/andaluzas.html
http://www.lavozdigital.es/cadiz/v/20130312/sociedad/antonio-hernandez-gana-premio-20130312.html
http://andalucia.diariocritico.com/cultura/malaga-premio-nebrija/430442
http://noticias.lainformacion.com/antonio-hernandez/P_RA5k4mJkxe6RTtPD7UVCn7/

Francisco Morales Lomas con María Isabael, Mariluz, Antonio Hernández y algunos amigos de Arcos de la Frontera durante un momento de relax la noche en que le entregaron el Premio de las Letras Andaluzas (Puerta Oscura, Málaga)

Antonio Hernández, Francisco Cañadas (Fundación Unicaja) y Francisco Morales Lomas

miércoles, 16 de octubre de 2013

BAJO EL SIGNO DE LOS DIOSES DE F. MORALES LOMAS EN DIARIO SUR DE MÁLAGA

ARTÍCULO DE ANA PÉREZ BRYANT APARECIDO EN EL DIARIO SUR DE MÁLAGA EL DÍA 15 DE OCTUBRE DE 2013.

domingo, 13 de octubre de 2013

ESCRITORES ESPAÑOLES EN MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS



DURANTE LOS DÍAS 14 Y 15 DE OCTUBRE SE DESARROLLARÁN DOS JORNADAS (REPRODUCIMOS EL PROGRAMA) DEDICADAS A LOS ESCRITORES ESPAÑOLES EN MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS.

SE TRATA DE UN ACTO ORGANIZADO POR LA ASOCIACIÓN COLEGIAL DE ESCRITORES DE ESPAÑA Y PATROCINADO POR EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN CULTURA Y DEPORTES Y EL CENTRO ESPAÑOL DE DERECHOS REPROGRÁFICOS

EN ESTE ACTO INTERVENDRÁN VARIOS ESCRITORES. F. MORALES LOMAS DESARROLLARÁ UNA CONFERENCIA SOBRE EL TEATRO DE MANUEL ANDÚJAR, TITULADA A LAS 19:00 H: "EL TEATRO DE MANUEL ANDÚJAR. CLAVES DE SU CREACIÓN ESTÉTICA"


 APARTE DE F. MORALES LOMAS INTERVENDRÁN ANDRÉS SOREL, FÉLIX GRANDE, JUAN MOLLÁ, ANTONIO HERNÁNDEZ, RAFAEL DE CÓZAR, JESÚS FELIPE MARTÍNEZ, RAFAEL SOLER Y MARÍANO JOSÉ VÁZQUEZ ALONSO

LUNES 14 Y MARTES 15 DE OCTUBRE DE 2013
SALÓN DE ACTOS DE CEDRO
C/ SAN MIGUEL ÁNGEL 23, 28010 MADRID




sábado, 12 de octubre de 2013

LA ETERNIDAD Y EL VAMPIRO DE EMILIO BALLESTEROS POR F. MORALES LOMAS


http://limbicoteatro.wix.com/limbico#!portraits/c199t



EL GRUPO LÍMBICO TEATRO ESTRENA LA ETERNIDAD Y EL VAMPIRO DE EMILIO BALLESTEROS.

Bajo la dirección de Elena García, los pasados 10 y 11 de julio la compañía Límbico Teatro puso en escena la obra La eternidad y el vampiro del escritor granadino Emilio Ballesteros en La Caja Blanca (Ayuntamiento de Málaga). La obra había sido publicada en Ediciones Carena (Barcelona, 2007) junto a otras de Cristina Consuegra y José Moreno Arenas.

Se trata de una obra de corte neorromántico (muy del gusto de esos movimientos culturales como “Los góticos”, en la que están inmersos tantos jóvenes hoy día) en la que el escritor granadino incide en una temática clásica: la reflexión sobre los temas trascendentales que siempre han ocupado a la humanidad y quedaron en el breve poema de Miguel Hernández muy claramente sintetizados: vida, amor y muerte. Al fin y al cabo lo único que afecta de un modo extremo al ser humano. Y para ello toma un motivo de época: el vampiro. Como decía en mi estudio “El recurso al vampirismo en la narrativa actual. De Polidori a Stephanie Meyer: claves y fundamentos” (Analecta Malacitana (AnMal eletrónica), nº 34, 2013, pp. 123-160), el vampirismo es un recurso hoy día completamente actual y que forma parte de una larga tradición que adquiere fortaleza y señas de identidad durante el romanticismo con Polidori.
Emilio Ballesteros crea una estructura en monólogos y diálogos paralelos como instrumentos verbales para la reflexión en los que La muerte, El tiempo, las Ánimas o El vampiro conviven como “personajes” (como en un Auto Sacramental) con otros realmente humanos (La mujer joven, La prostituta, El amante, El marido…) que conforman una dramaturgia envolvente entre el ayer y el hoy, la verdad y la literatura… y abordan los problemas trascendentales de la existencia a los que aludíamos.
Se produce una especie de juego escénico de situaciones bimembres: vida/muerte; personajes reales/personajes ficticios; amor/desamor o traición; realidad/irrealidad; vulgaridad/trascendencia, reflexión/conmoción… en un espacio que configura el misterio y ofrece dosis para la ocultación, los secretos y el suspense dramático.
Con estos personajes y con estas ideas crea un Acto Único con un escenario diferenciado en cuatro partes: a la izquierda (de los espectadores) una mesa antigua de escritorio; en el centro (con dos niveles) el de abajo tiene una gran verja de hierro con calaveras…; en el nivel de arriba, hay sólo vacío y, al fondo, una pantalla con proyecciones; finalmente, a la derecha, un cementerio y tumbas.
El espacio escénico conforma un depósito de niveles y espacios por los que van a deambular los personajes sin solución de continuidad creando una enorme movilidad y variabilidad escénica que, resuelta en escenas raudas, impide caer en el exceso. Creo que este efecto dramático se ha conseguido perfectamente, porque para el espectador este tipo de obras corre el riesgo de incidir en un discurso reflexivo un tanto tautológico y ensimismado. La puesta en escena se resuelve bien al crear esta variedad de espacios pero concentrados en uno solo y en un acto único. Con lo que el escritor ha querido transmitir claramente el mensaje de que todo gira en torno al mismo ideal vida-amor-muerte. Los constantes movimientos de personajes, entradas y salidas de los mismos… suscitan esa necesaria riqueza de matices pero también permite adentrarse en una obra densa en el pensamiento que no impide la rapidez escénica y  el paso de una tonalidad de la existencia a otro.
Emilio Ballesteros

Límbico Teatro, que ha contado con la ayuda y el apoyo de la profesora de la UMA Belén Molina Huete, es un grupo de jóvenes actores que han puesto un gran empeño en la realización de una obra juiciosa y complicada de llevar a cabo. Una de las dificultades de la misma es la creación de una ambientación propicia que consiguieron desde el primer momento cuando, a la llegada, los espectadores eran recibidos por una actriz llegada de ultratumba que les mostraba la sala apagada de un modo misterioso. Después la obra se desarrolla con mesura y sensatez por parte de algunos de los actores, como el que encarna el papel del vampiro, el poeta o la prostituta, dotada de una gracia especial para la representación de este personaje.
Emilio Ballesteros crea una obra en la que el espectador ha de reflexionar sobre su situación vital: qué desea en la vida, qué persigue… sin perder la perspectiva de que el tiempo delimita nuestra existencia (“Vivís como si nunca fuerais a morir”), a pesar de esa eternidad impulsada por el vampiro, cuyos dominios se hacen presentes en la obra. En unas escenas son los amantes que acuden a su encuentro romántico en el que el joven necesita el amor y no sólo el sexo, el miedo les impide amarse en ese espacio tétrico y, mientras el joven se ausenta, ella queda en el lugar y contempla otros diálogos de personajes que surgen de pronto: el marido y el amigo, que le habla de que ha sido engañado por su mujer; pero también surge la prostituta, que hace su ronda nocturna, y el poeta. Ambos en este juego de contrastes y bimembraciones de la obra, operan la antítesis de la vulgaridad crematística y la espiritualidad trascendente: “Nunca había conocido a un poeta. Dime que soy bonita”. El tiempo monologa y se pregunta quién puede detenerlo: “Todos buscáis el amor… pero os estorba el tiempo”. Y surge el vampiro en sus dominios como un elemento más para la acción y la reflexión: el vampiro les abre los ojos a los atemorizados personajes (el marido y el amigo). En el vampiro surge la tragedia también del tiempo, una contradictio en sí misma cuando en su reflexión con el poeta acapara la escena (en una imagen muy del gusto de Oscar Wilde). La pujanza del poeta está en el amor, donde ve la única fuerza que nos permite vivir y luchar contra la muerte, una idea que también reclama para sí el propio vampiro: “Sólo una doncella que me ame verdaderamente podría matarme atravesando mi corazón…”
En definitiva, una obra bien conducida en términos generales por Límbico Teatro con buenos recursos escénicos y con un texto trascendente y rotundo en una época donde triunfa la vulgaridad.

lunes, 7 de octubre de 2013

ÚLTIMO TANGO EN AUSCHWITZ DE ANDRÉS SOREL POR F. MORALES LOMAS




La coda final nos habla de una novela que se ha estado gestando durante los últimos 30 años en Auschwitz, Madrid, Barco de Ávila y Ametzola. Desde 1982 hasta 2013.
Auschwitz no es ya solo el emblema del holocausto y el símbolo más poderoso de la destrucción del ser humano sino la patria evidente del nazismo como ideología que provocó la segunda guerra mundial y la muerte de millones de personas y, sobre todo, la destrucción de culturas y diversas formas de pensamiento. En un momento de la narración se pregunta el narrador: “¿Cómo se ha podido causar tanto dolor, quién puede explicárnoslo?” Este es el sentido último de la obra.
Después de haber leído Las benévolas de Jonathan Littell, premio Goncourt, creíamos que no íbamos a ser conmovidos tan profundamente con una novela sobre la crueldad nazi, sin embargo, Último tango en Auschwitz de Andrés Sorel (Editorial Akal, 2013) vuelve de nuevo a remover nuestras entrañas y auspicia al lector una inmersión de nuevo en los infiernos dantescos. Además, bajo el paraguas demoledor de la música, para que el efecto antitético de la barbarie drague aun más profundamente los cimientos de esa creación.
Escrita en cinco secuencias a través del narrador K (ese narrador alegórico de Kafka y su proceso, el preso número 178.825: “Me llamo, le dije a la muchacha, K, K de Kafka, K de Kommando, K de Krematorium”, p. 23) podemos considerarla un homenaje a los caídos y también a la V sinfonía de Beethoven, tanto como una representación atroz del significado de Auschwitz como institución creada para el terror y el exterminio.
Tomando como pretexto o génesis de la obra un folleto publicado por el Ejército Rojo en 1944, donde se relata que los componentes de una orquesta judía internados interpretaban tangos durante las marchas en los campos de concentración y en las selecciones de los condenados a morir en las cámaras de gas… y el de otra orquesta judía (en el campo de Janowska), que interpretó Tango de la muerte, inspirada en la melodía del compositor argentino Eduardo Vicente Blasco, Sorel toma estas notas para emprender una aventura creadora con la que ha logrado crear un fresco de pinturas negras del Callejón del Gato donde la atrocidad es su seña de identidad. Al parecer esta música de Plegaria dedicada a Alfonso XIII había sido oída por Hitler y Goebbels y grabada en versión alemana en Berlín en 1939. Y por ser tocada en los campos de exterminio se denominó Tango de muerte. De ahí el título de la novela. Hacia el final de la misma existe una abundante bibliografía empleada por el autor y un glosario con términos usados en los campos.
Sorel se ha colocado en la piel de uno de los protagonistas de la historia, que en Auschwitz formará parte de la agrupación que dirigía Mosin Kals, miembro de ese grupo de músicos que, gracias a formar parte del mismo, lograron no ser asesinados. El propósito de K es “escribir una confesión personal, interrumpida por meditaciones”, en realidad un monólogo interior que va describiendo su mundo y sus sensaciones en el infierno, un relato que mezcle “con hechos, sueños, vivencias, no sólo reales, sino tal vez deformados, inusuales, de manera que no podrían definirse como verídicos”, p. 47. Esta es la estructura que soporta la narración que, desde una escena in media res, nos trasporta de un plumazo al interior del campo de concentración de Auschwitz.

Eduardo Moreno, Andrés Sorel, F. Morales Lomas

Desde el tiempo presente K, sobreviviente del exterminio, rememora ese momento y trata de explicarse el mundo, su mundo y la conformación de una ideología que llegó a poseer tan largo alcance mientras dicta a Kyoko su texto. Surge el cuerpo de esta en la que ha querido ver esa sexualidad reprimida en los campos, ese amor que nunca existió. A veces el narrador introduce las reflexiones que Einstein le hacía sobre la guerra, el militarismo o la industria armamentística o sobre la conversión de muchos judíos también en torturadores. Las reflexiones del narrador, creadas desde la desesperanza y la memoria, que son evidentemente las del propio escritor, son tan importantes como el decurso de la novela y sus procesos creativos. Sobre este ejercicio de introversión trata, como Little en Las benévolas, de objetivar una lectura de este símbolo de destrucción y ampliar sus consecuencias. Para ello realiza un compendio intertextual que sirve como apoyatura para la reflexión extraída de textos de diversos autores que van y vienen en el decurso narrativo en tanto se avanza por el hilo de los acontecimientos. Así cree profundamente que el nazismo es “una consecuencia de la civilización y el progreso encauzados de una manera unidimensional” (p. 24) y, en última instancia, una imposición de los que detenta el poder que un día dan la razón a los nazis y otra a los vencidos (como dijo Einstein). Un poder que detenta el Estado y con el que devora al individuo, la enseñanza, la investigación, el arte y la cultura. Lecturas que permiten al lector hacerse partícipe de esta novela y compartir o contradecir muchas de sus reflexiones pero nunca permanecer ajeno a ellas, como esta de Adorno: “El nuevo mundo es un campo de concentración que, libre de toda contradicción, se considera el paraíso” (p. 23). Pero también surgen otras citas y reflexiones de o en torno a Jorge Semprún, Georg Trakl, Kafka, Bobbio, Walter Benjamin…
No culpabiliza de esta creación motuoria a unos cuantos. En la página 54, siguiendo la declaración de Steinberg, afirma que Auschwitz fue posible gracias a los miles de soldados que aceptaron matar, a los centenares de ferroviarios que condujeron los trenes de la muerte, a los ingenieros que construyeron los crematorios, a los químicos que participaron en las pruebas, a los médicos… y a los pueblos enteros que vieron pasar a los deportados y lo aceptaron con resignación mirando hacia otro lado. Y, sin ninguna duda, el máximo culpable fue también el pueblo alemán que con su condescendencia, aquiescencia y beneplácito permitió que se creara este baño de muerte. El caso revelador es el del filósofo alemán Martin Heidegger, afiliado al partido nazi en 1933, y que llegaría a declarar: “No dejéis que las doctrinas e ideas sean vuestra guía. El Führer es la única realidad alemana presente y futura” (p. 85). Pero no solo Heidegger sino muchos más como él: “Fueron muchos, hombres de ciencia y del pensamiento y la creación, quienes apoyaron a Hitler” (p. 132). Y para ello el narrador trata de dar una explicación: el hecho de que en ocasiones como esta, “arte y barbarie pueden caminar juntos (…) porque la normalidad en que se funden no significa sino la muerte de la Historia concebida como progreso y, al tiempo, la negación de la belleza como esencia de la civilización” (p. 135).
Los acontecimientos concretos en los campos ocupan la segunda y tercera partes de la narración desde su llegada al mismo. Surgen los crematorios, las cámaras de gas, los hangares, el día a día y el regreso a la condición de animales al ingresar en estos. Minuciosamente es descrito el horario pormenorizadamente desde que suena la sirena a las cuatro de la mañana y va describiendo el paso de las horas y las actividades realizadas. Y la función de la música sobre la que, en un momento determinado se interpela el narrador: “Yo me preguntaba por las razones que llevaban a los alemanes a mostrar su pasión por la música, torturante para la mayoría de los presos. Porque la música se había convertido en aliada de la muerte” (p. 121).
Otros acontecimientos diversos se desarrollan en las secuencias cuarta y quinta: el Kanada (donde afluían los objetos requisados a los condenados), las razones económicas que en última instancia sustentan todos estos crímenes, el problema de la culpa, los recuerdos en torno al teniente Kahr, Rudolf Hess y su visión de los campos y la función de la música en ellos, “un golpe de esperanza” antes de ser cremados… Y, el fin de la guerra y la reflexión moral sobre ese ensañamiento último cuando sabían que todo estaba perdido. Y una meditación que sirve de coda al libro realizada por el narrador: “Me envolví en la manta e intenté dormir. Hasta hoy, en que decidí concluir el sueño y la pesadilla que la mayor parte de los humanos que pueblan el mundo prefieren pensar que no existió nunca. O de existir fue en un mundo imaginario. Como dice Emma, los lobos y los monstruos sólo habitan en los sueños” (p. 242).
Último tango en Auschwitz es una obra que ayuda a la reflexión, a la introspección y al análisis, a movilizar el pensamiento que en los momentos actuales anda perdido y prófugo, una profunda reflexión ética con la que Andrés Sorel trata de razonar la génesis y las secuelas de una ideología que se sustentó sobre un proyecto económico y fue seguida por millones de personas que miraron hacia otro lado cuando se masacraban otros tantos millones de seres humanos. Algo que se quiere ignorar, algo que está ahí y estará siempre presente aunque nos neguemos a su evidencia y su paso por la historia del infierno. Y que, desgraciadamente, algunos están tratando de volver sobre él, como si no hubiera habido ya bastante dolor y muerte.

jueves, 3 de octubre de 2013

BAJO EL SIGNO DE LOS DIOSES DE MORALES LOMAS EN CANAL SUR RADIO Y RADIO ANDALUCÍA INFORMACIÓN




El sábado día 5 de octubre a las 16 horas se retransmite el diálogo de Francisco Morales Lomas y Primi Sanz en Canal Sur Radio y Radio Andalucía información sobre la novela reciente del autor giennense, Bajo el signo de los dioses, Alcalá Grupo Editorial
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La creación literaria y el escritor

La creación literaria y el escritor
El creador de libros, pintura de José Boyano