martes, 27 de enero de 2009

FINALISTAS DEL PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2009



Tras la deliberación que llevarán a cabo los veinte miembros del jurado del Premio Andalucía de la Crítica, el próximo domingo día 15 de febrero en Arcos de la Frontera (Cádiz) se hará público el fallo del premio.



NARRATIVA

El arquitecto de Tombuctú de Manuel Pimentel
El club de la memoria de Eva Díaz Pérez
La suite de Manolete de Joaquín Pérez Azaústre
Canción de la madre del agua de Pedro Tébar
Pacífico de José Antonio Garriga Vela
Los albores de la Eternidad de Saulo Ruiz Moreno
El testigo de los tiempos de Fernando de Villena

POESÍA


Vista cansada de Luis García Montero
Los niños interiores de Pilar Paz Pasamar
Arquitectura efímera de Francisco Ruiz Noguera
Limaria de José Antonio Sáez
Los poemas del Rey David de José Pérez Olivares
La década sombría de Fernando de Villena
Cuaderno de Roma de Antonio J. Quesada
Los signos de la memoria de José María Molina Caballero
Sinfonía a Dana de Carlos Benítez Villodres

sábado, 24 de enero de 2009

NUEVO LIBRO DE MORALES LOMAS

FANTASÍA Y COMPROMISO LITERARIO. LA NARRATIVA DE ANTONIO MARTÍNEZ MENCHÉN

Autores: F. Morales Lomas y L.A. Espejo-Saavedra

Instituto de Estudios Giennenses, Diputación Provincial de Jáen, 2008, 328 páginas.

Aquellas personas interesadas lo pueden adquirir en cualquier librería o en las siguientes direcciones:
https://www.qproquo.com/libros/FANTASIA-Y-COMPROMISO-LITERARIO/259983/978-84-96047-88-4


El narrador linarense Antonio Martínez Menchén es junto a L. Martín Santos uno de los escritores que más ha renovado la narrativa a partir de los años 60. Sin embargo, su nombre no ha gozado de la atención necesaria; y pocos dudan del olvido, el descuido, la marginación o la desatención a la que ha sido sometida su obra. El objetivo de los doctores Francisco Morales Lomas y Luis A. Saavedra-Santa Eugenia es situar a Martínez Menchén en el lugar de la literatura que se merece y para ello han llevado a cabo el estudio más profundo y completo que existe de toda su obra literaria. El trabajo está organizado en varios capítulos. En un primer apartado, se estudia la vida y la obra del escritor haciendo un camino por los acontecimientos vitales y el proceso de creación. En segundo lugar, se lleva a cabo un análisis pormenorizado de cada obra narrativa valorando aspectos estructurales, temáticos, semánticos, puntos de vista, de organización de la materia narrativa, simbolismos y discurso crítico. En tercer lugar, se abordan las temáticas más significativas de su obra; en cuarto, un estudio resumido de diversos aspectos narrativos que puedan ser interesantes para abordar como compendio explicativo la obra del escritor andaluz; y, por último, una bibliografía actualizada sobre el autor con los estudios que han hecho referencia a su obra y otros en los que él ha participado como creador directamente

domingo, 11 de enero de 2009

INDECISO ABRIL O HISTORIA DE UN FRACASO DE JOSÉ RUIZ MATA POR F. MORALES LOMAS

Con la Consejera de Cultura, Rosa Torres, y José Ruiz Mata.

El fracaso en las sociedades contemporáneas surge como una respuesta falsa. El fracaso es una perspectiva. Nace de una contrariedad. El individuo contemporáneo posee un concepto sobre la realidad que no se corresponde con el que la realidad posee de él. Se produce un décalage entre ambos, una rivalidad silenciosa y soterrada con ese personaje (la realidad) colectivo. En el trasfondo puede haber una apetencia desordenada que no haya correspondencia. Creo que hay un valor solidario en el fracaso, porque son los demás los que nos confirman o nos endosan este fracaso.
Y digo todo esto del fracaso porque Indeciso abril (Ed. Alhulia, 2008) lleva por subtítulo y entre paréntesis “Ensayo sobre el fracaso 1”. No contento con hacer fracasar a su personaje una vez, el escritor gaditano José Ruiz Mata amenaza con hacer fracasar a alguien algunas veces más. Quizá porque el fracaso no es unidireccional. Los éxitos son únicos, pero los fracasos tienen razón para la fertilidad.
La novela posee un comienzo muy atractivo: “Probablemente yo debo ser el responsable de mis actos pero, aunque sólo sea por sobrevivir, necesito culpar al destino”. Pronto tendremos en funcionamiento el tema de la identidad, el de la felicidad o el de la resolución de los demonios personales y el ámbito de actuación y los deseos, etcétera. ¿Es el protagonista de esta novela un fracasado? Evidentemente sí. Pero no porque se considere un fracasado él en sí mismo, aunque en este caso también. Ya hemos dicho que el fracaso es un concepto que pertenece más a los demás y nosotros interpretamos a nuestro modo esa tasación. Siempre hay un culpable: el destino, los demás, el azar, la mala suerte… para nuestro fracaso.
El argumento de la obra es bastante recurrente, tanto como el nombre de la protagonista, Carmen, modelo también de enajenación. Un hombre casado y con hijos, que vive de su trabajo y no tiene grandes preocupaciones vitales, un típico representante de la pequeña-burguesía de una ciudad de provincias, conoce a una mujer de la que se enamora. Lleva una doble vida en la que la relación con la amante y la mujer transcurren sin grandes inconvenientes (ni una sola vez existe una situación trágica o terrible, sí la vive, en cambio, a través del amigo que se separa), pero se da cuenta de que posee unos límites que no está dispuesto a sobrepasar.


Su relación, que posee una carga erótica placentera, queda al final como la historia de una infamia pues acepta la complacencia del hogar burgués en lugar del riesgo que conlleva el amor. El arrobamiento cede ante los posibles apuros, atolladeros o contrariedades que conlleva ese amor prohibido. El contigo pan y cebolla es una ilusión. Esta aclimatación a un orden que no desea romper afirma el concepto de cobardía, justificado ante sí por el caos en que vive su amigo Paco. Nuestro protagonista es un cobarde: la pusilanimidad y el apocamiento como una continuidad de lo creado. Y lo reconoce: “Soy un cobarde, cualquier decisión que tomase estaría presidida por el miedo, por mi cojera de mente. Tanto batallar con mis sentimientos para este mediocre final, para el final de los conformistas”. El protagonista es un fracasado. Y es ella, la amante, la que transmite esa visión del fracaso. Fracaso porque no reconoce que la existencia consiste en la toma de decisiones al filo de la navaja, porque teme al amor, porque en el fondo no cree en él.
Esta aceptación del fracaso se manifiesta en las siguientes palabras: “Quizá fuera mejor así; a partir de este momento podría recuperar mi existencia pasada, no la tendría a ella pero quizás volviera a rescatar la calma”. La calma como la componenda del statu quo, como la flaqueza con valor de símbolo. Pero también se plantea el tema de la posesión, tan estudiado por Michel Foucault en Historia de la sexualidad. El ser amado pretende ser único, no compartido. El amor no desea ser compartido, es de una avidez solemne hasta el punto de que se convierte en exclusivo. Por eso ella dirá: “Si te quisiera lucharía hasta que fueras sólo mío y para siempre”.
Hacia el final de la obra uno de los personajes secundarios, Quintana, le dice al protagonista: “¿No se ha puesto a pensar nunca que en el fondo todos somos unos fracasados?¿Que nos incita la sociedad, que nos obligamos a nosotros mismos a ponernos unas metas inalcanzables o a alejar cada vez más la línea que marca nuestro éxito que, como el horizonte, nunca conseguimos rebasar?” No comparto estas ideas, no creo que sean los demás quienes nos ponen las metas. Las metas siempre son personales. Los demás lo que nos transmiten es si hemos sido capaz de llegar a la meta o nos hemos quedado en la dejación o en el heroísmo.
Creo, como dice Carmen en un momento determinado, que “los hombres en este tema tenéis un pensamiento único, sois demasiado primarios”. Y sobre todo, esa visión de la mujer sobre el hombre como un permanente adolescente que nunca acaba de crecer y dispuesto a torcerse en cualquier momento, con una gran necesidad de sentirse libre pero intentando mantener en su espacio privado a la mujer con la que convive.
Junto a esta historia que crea el eje sobre el que se sostiene toda la intriga existen unas escenas secundarias que complementan la misma: la historia de la Hermandad y los problemas con la iglesia por cuanto se plantean que los cofrades tienen el derecho de participar en la elección de los obispos y capellanes como si se tratara de un partido político, la historia de Paco Roldán, el flamenco como una pasión evidente, etc. Pero la más interesante es la historia de Quintana, un bailaor cojo, la historia también de sus fracasos y de sus decisiones. Su vida transcurrirá pareja a la de ambos protagonistas porque, como se verá al final, es complementaria de la misma.
Una novela, en definitiva, que plantea un tema muy actual y está escrita con soltura y rapidez narrativa, con un lenguaje estandarizado y una tensión precisa y manifiesta.

miércoles, 7 de enero de 2009

XV PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA (2009) Y HOMENAJE A JUAN MANUEL GONZÁLEZ, JOSÉ MARÍA BERNÁLDEZ Y JUAN J. LEÓN


(ARCOS DE LA FRONTERA 13, 14 Y 15 DE FEBRERO 2009)



A partir del día 25 de enero de 2009 se comunicarán los finalistas del Premio y los días 13, 14 y 15 de febrero de 2009 se reunirán los jurados del Premio Andalucía de la Crítica (modalidad narrativa y poesía) para emitir el fallo de los ganadores/as correspondiente a las obras publicadas durante el año 2008.
Este fallo se emitirá el domingo día 15 de febrero en torno a las 12:30 h. en el Excmo. Ayuntamiento de Arcos de la Frontera (Cádiz). En el mismo acto se leerá el acta del fallo del jurado, las razones que avalan la concesión del mismo y se llevará a cabo una defensa de los libros ganadores por sendos miembros de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios.

Las personas interesadas por las características del Premio y las bases de la convocatoria de este año pueden leerlas en http://www.aaec.es/Premio Andalucía de la Crítica y Bases del Concurso.

El día 13 a partir de las 20:00 h., en el lugar que previamente se indicará de Arcos de la Frontera (Cádiz), se rendirá un homenaje a los escritores Juan Manuel González, José María Bernáldez y Juan J. León, fallecidos durante 2008. En la mesa redonda que homejaneará a estos escritores intervendrán los escritores y críticos Francisco Morales Lomas, José Ruiz Mata, José García Pérez y Manuel Gahete.


HONENAJE A ESCRITORES

MUERTE DE UN AMIGO: JUAN MANUEL GONZÁLEZ



El muy querido amigo, JUAN MANUEL GONZÁLEZ, poeta, narrador, ensayista y periodista madrileño, miembro de la JUNTA DIRECTIVA DE LA ASOCIACIÓN ANDALUZA DE ESCRITORES Y CRÍTICOS LITERARIOS-CRÍTICOS DEL SUR ha muerto en Madrid. Según informaciones extraoficiales (y por confirmar definitivamente) la causa de la muerte podría haber sido el suicidio causado por un disparo. La imagen de Larra se repite una vez más. Desde hacía varios años sufría una honda depresión. Las depresiones pueden hacer que una pistola sea sólo el índice que nos señala la eternidad. Acaso el réquiem para olvidar la gloria mundana y el sol de mediodía.


En el mes de febrero, fiel a su cita de Arcos de la Frontera, Juan Manuel González participó como jurado en el Premio Andalucía de la Crítica, del que formaba parte desde su fundación. Entonces, mientras subíamos parsimoniosamente las empinadas rampas de Arcos, lo veía lejano, distante, profundamente triste, profundamente melancólico. Me confesaba que no veía sentido en la existencia, que no le hacía ilusión nada, que las cosas no cambiarían. Como en el personaje del cuento de Fernández Santos, "Cabeza rapada", yo trataba de animarlo, intentaba mostrarle el mundo. Pero él no hacía caso al mundo. Él ya no estaba en este mundo; quizá él habitaba ya el otro mundo.


Juanma, como le llamábamos los más cercanos, era un tipo literario. Lo decía su formación germana, bretona e irlandesa, de cuyas literaturas era un profundo conocedor. Lo decía su cachimba que llevaba casi siempre en la mano derecha como un resorte al que amarrarse, como ahora se ha desamarrado con una bala, con una bala que nos reduce a sueño y eleva nuestra memoria yacente. Lo decía también aquel pijama generoso con la literatura -cual don Quijote- con borla y amplitud de calzas, que se embutía cuando iba a dormir como si fuera un nuevo mago, un nuevo espíritu que se adentrara en el sueño con ropajes antiguos. Juanma tenía una mirada inteligente, escrutadora, y unos labios finos y enigmáticos, hechos para la ironía inglesa. Les confieso que le tenía un profundo afecto a Juanma. Era de mi misma generación y compartíamos gustos, sueños, aficiones y amigos. Me causa un profundo dolor su muerte.


Hace unas semanas estuve hablando con él por teléfono para pedirle dos ensayos breves sobre Antonio Prieto y Juan Eslava Galán; el primero llegó pero el segundo no ha llegado; y jamás lo hará. El sábado 3 de mayo de 2008 yo publicaba en el suplemento de libros del diario La Opinión de Málaga una recensión sobre su libro "Tras la luz poniente"(Visor, 2007), ganador del Premio Jaime Gil de Biedma y última obra literaria que ha publicado.

MURIÓ EL AMIGO JOSÉ MARÍA BERNÁLDEZ


Habíamos estado en Almería entregando los Premios Andalucía de la Crítica el día 31 de marzo junto al Presidente de la Diputación de Almería, Juan Carlos Ollero, y a la Directora General del Libro de la Junta de Andalucía, Rafaela Valenzuela.
Allí nos encontramos junto al gran poeta almeriense Julio Alfredo Egea -al que homenajeábamos- José María Bernáldez -que a la postre recogería el Premio Andalucía de la Crítica de Poesía en nombre de Chantal Maillard al no poder asistir ésta-, Julio Manuel de la Rosa -que iba a recoger el Premio Andalucía de la Crítica de Narrativa-, Rosa Díaz, José Ruiz Mata -secretario de la AAECL-, José García Pérez -presidente de la ACE-Andalucía- y el que esto suscribe.
Había llegado José María Bernáldez con su equipo para la grabación del acto y emitirlo más tarde en el programa del que era editor, "Al Sur", de Canal Sur de Andalucía.
José María era un hombre bueno. Su bonhomía llenaba el espacio que dejaba el silencio. Estuvimos hablando de novelas, y también del R. Madrid, del que era un forofo empedernido, quizá desde su época de estudiante madrileño. Hace muchos años que conocía a José María y le tenía un profundo afecto. Era una persona cultivada, seria y profunda, cuya generosidad era tan grande como su humanidad. Este tipo de personas, como le decía hace poco a alguien, no deberían de morirse nunca, pero el domingo a las diez de la noche la gran poeta sevillana Rosa Díaz me dejó en el buzón de voz del teléfono un mensaje oscuro e inquietante: "Paco, llámame, tengo que hablar contigo urgente, ¿no te has enterado de la noticia?" Inmediatamente la llamé y me quedé desangelado: "Paco, José María Bernáldez ha muerto".
Habíamos hablado muchas veces y siempre esgrimía una sonrisa a medias con un ligero rictus del labio que ascendía y contorneaba los ojos como si el humo del tabaco lo cegara momentáneamente. José María bajaba ligeramente el labio inferior y comenzaba a hablar parsimoniosamente, con su voz un tanto suave y monocorde, como si se fuera perdiendo en el hilo de sus palabras. Con el cigarrillo en la boca y entornando ligeramente los ojos para evitar el humo. José María leía todos los días una novela. Era su pasión, era su forma de estar en el mundo y de ser él mismo, una persona educada, culta e inteligente. Tan amable que nunca tuvo una voz más alta que otra y siempre supo ser fiel a sí mismo. Estuvimos dos días en Almería. Fueron los dos últimos días que pude hablar con él, pero con la memoria, con su afecto, con su imagen siempre seguiré hablando.
Fue con su hija Emilia con quien tuve oportunidad de hablar para darle el pésame en nombre de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios. Le dije que todos lo queríamos y le teníamos un profundo cariño, y Emilia se echó a llorar.
Adiós, querido amigo. Descansa en paz.

Biografía

José María Bernáldez nació en Alcántara (Cáceres) hace sesenta años y era licenciado en Filosofía y Letras y Periodismo. Dirigió la sección de cultura de 'El socialista' y trabajó en las redacciones de Radio Nacional de España, Televisión Española y El País, antes de incorporarse a la Radio Televisión de Andalucía.

Hace trece años se puso al frente del programa cultural de Canal Sur Televisión 'Al sur'. Como editor de este espacio abordó el nuevo proyecto entendiendo que había que "dar a la cultura un tratamiento informativo especial". Y lo consiguió.

El Premio Andalucía de Periodismo, el de la Asociación de Telespectadores de Andalucía, el Premio Atea, el de la Fundación Lara y el Ateneo Cultural atestiguan la calidad de los contenidos y del formato del programa dirigido por este periodista de raza. Su gran pasión era la lectura. Bernáldez había publicado diez libros, entre biografías y novelas, y participaba activamente en la vida cultural andaluza, formando parte de un buen número de jurados literarios. Entre ellos el Premio Andalucía de la Crítica de cuyo jurado de novela formaba parte desde su fundación.

Era un bibliófilo empedernido y atesoraba en su casa más de 20.000 libros. Mantuvo una estrecha relación con los escritores Bryce Echenique, Alfonso Grosso o José Manuel Caballero Bonald.
José María Bernáldez estaba casado con Tessa y tenía una hija, de nombre Emilia.
Publicado por F. Morales Lomas


MURIÓ JUAN J. LEÓN, POETA GRANADINO Y MIEMBRO DE LA AAEC


El pasado 9 de diciembre, a los 62 años, falleció el escritor Juan J. León, un excelente poeta granadino y un entrañable amigo con el que habíamos compartido ideas y una visión sobre la existencia. Nació en Granada en 1946, y de su obra literaria ha destacado, sobre todo, su vena satírica y humorística, aunque también cultivó una poesía seria e incluso metafísica. Además, compaginó la creación literaria con la enseñanza. Nacido en el seno de una familia de propietarios agrícolas accitanos, Juan J. León pasó su infancia entre la capital y Benalúa de Guadix, donde comenzó sus estudios. Con ocho años el futuro escritor ya ensayaba con las letras y redactaba relatos sobre su vida familiar. En Granada cursó el bachillerato en Los Escolapios y durante los años sesenta publicó algunos libros de versos, aunque no sería hasta 1974 cuando publicara su primer libro “de madurez”, ‘Espero la caída del pájaro más triste’, dentro de la colección Zumaya, que él mismo había creado. En 1978, cuando se licenció en Filología Románica por la Universidad de Granada.



- Espero la caída del pájaro más triste. Con ilustraciones de José Aguilera.Universidad de Granada. Coleción Zumaya de Poesía. Granada. 1.974
- Estos tiempos son largos paréntesis de goma. Con portada de José Aguilera. Publicaciones de la Librería Anticuaria El Guadalhorce. Málaga. 1.978 y 1.985
- Conciencia puesta en pie. Con portada del propio autor. Publicaciones de la Librería Anticuaria El Guadalhorce. Málaga. 1.986.
- Canción debida. Carpeta con 4 poemas y serigrafías de José Aguilera. Galería de Arte Laguada. Granada. 1.988.
- Del corazón y la experiencia. Ediciones A. Ubago, S. L. Colección Ánade de Poesía. Granada. 1.988.
- Expresión poética y expresión popular. Ediciones A. Ubago, S. L. Colección Interdisciplinar. Granada. 1.989.
- Poemas satíricos (1973-1993). Ediciones A. Ubago, S. L. Colección Campo de Plata. Granada. 1.995.
- Égloga del invierno en Tiena, en "Églogas de Tiena", de Fernando de Villena, José Lupiáñez, Enrique Morón y Juan J. León. Prólogo de Antonio Enrique. Ilustraciones de Antonio Moreno. Ediciones A. Ubago, S. L. Colección Ánade de Poesía. Granada. 1.996.
- Literatura Universal. Port-Royal Ediciones. Granada. 1998.
- Formas de expresión poética en el lenguaje popular. Port-Royal Ediciones. Granada. 2000.
- Espacio entre dos fechas. Dauro, Granada, 2002.
- Del corazón y la experiencia. 1989-2002. Alhulia, Granada, 2004.


Poética
Concibo la poesía como una forma de expresión lingüística al servicio de una ideología. Consecuentemente con este principio, mi obra poética trata principalmente de la situación vital del hombre, la preocupación histórico-social inmediata, el erotismo y, marginalmente, la sátira.
A fin de cuentas, el campo conceptual de la poesía lírica está reunido en dos temas: al vida y el amor; y esta es la doble división que presentan casi todos mis libros. En el primer grupo temático se incluyen poemas existenciales y socio-políticos que expresan la inquietud o toma de conciencia de la realidad vital-personal y la histórica circundante, y, en el segundo grupo, el tema amoroso intimista o el puramente erótico.
La implicación “poesía igual a lucha ideológica” queda diáfana en los poemas pertenecientes al primer grupo, pero tal vez no es tan clara en la poesía amorosa, sobre todo en la erótica, si no se entiende ésta como un intento de desprestigiar a la hipócrita moral burguesa, catando, precisamente, a aquellas relaciones entre hombre y mujer repudiadas por nuestra sociedad, de igual forma que los románticos –por ejemplo, Espronceda- hicieron en su época con temas y prototipos marginados.
Así entendida mi obra, puede comprobarse cómo, desde el punto de vista del contenido, su finalidad es doble: por una parte, atacar la estructura socio-política y el estado alienante y fraudulento en que se ve inmerso el individuo en nuestro sistema social, y, por otra parte, exaltar la libertad sentimental de dicho individuo frente a los prejuicios de una moral impuesta contra natura.
A su vez, la poesía satírica creo que es una forma muy eficaz de poner en la conciencia de “quien leyere” cuanto queda dicho. No obstante, mi poesía satírica, en su mayor parte, es afectiva, desarrollando temas anecdóticos y amigables sin intención destructiva; de hecho, algunos poemas satíricos están dirigidos a personas entrañables con quienes la afectividad es indudablemente un sentido recíproco, e, incluso, en ocasiones, yo mismo me reflejo en ellos.
* * *
En cuanto a la forma, mi primera preocupación es la evolución; por eso, mis libros son poco extensos y claramente diferentes, aunque la trayectoria estilística sea fácil de rastrear a través de toda mi obra. Antes de agotar las posibilidades de una estructura poética, ya me siento empujado por la necesidad de cambiar. En este sentido, Canción debida, mi último libro aún en desarrollo, pretende recrear, desde una perspectiva personal, las técnicas estilísticas más características de los poetas de lengua castellana admirados por mí.
Mi segunda preocupación formal es la perfección estilística. Después de unos libros de versos juveniles excluidos de este volumen por considerarlos pertenecientes a una etapa de aprendizaje marcada por influencias, ingenuidades e intuiciones, mi obra alcanzó mi sello personal, el dominio estilístico y la preponderancia del saber sobre la intuición a partir de Espero la caída del pájaro más triste, libro con el que se inicia el presente volumen.
La puesta al día de los recursos estilísticos conocidos por la preceptiva tradicional o clásica, el empleo consciente de los nuevos recursos contemporáneos, la elegancia lingüística y la musicalidad son las características técnicas que con más ahínco me esfuerzo en producir.
Mi tercera preocupación formal es la concisión. Concibo el poema como una estructura lingüística en la que el mínimo de palabras debe expresar la mayor cantidad posible de ideas, sentimientos, vivencias, etc., huyendo de divagaciones y explicaciones innecesarias. En un poema no debe de faltar ni sobrar un solo fonema: todos han de tener su razón de ser, su finalidad expresiva en la composición. Poesía, pues, de concentración conceptual y escueta estructura formal, de acuerdo con los tiempos veloces que nos ha tocado vivir.
* * *
En conclusión: creo que la poesía es un trabajo intelectual en el que la forma debe de estar sometida al contenido y éste al servicio de unos valores ideológicos claros. Aquí no valen las medias tintas.
J.J. LEÓN
(Salobreña, 28-8.88)
“Noticia previa” a Del corazón y la experiencia. Poesía 1970-1988,
Ediciones Ubago, Granada, 1988.



Enlaces con algunas páginas web:



http://www.terra.es/personal8/gregmorales/juanleon.htm#biografía

www.ideal.es/granada/prensa/20080422/opinion/juan-leon-20080422.html

www.joselupianez.com/ap16.htm

http://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=267083



Algunos páginas que hacen referencia al Premio Andalucía de la Crítica:

http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Andaluc%C3%ADa_de_la_Cr%C3%ADtica

http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=380939

http://www.diariosur.es/20070318/malaga/munoz-rojas-premio-andalucia_200703181738.html

http://prensa.vlex.es/vid/20218551

http://www.abcdesevilla.es/hemeroteca/historico-13-04-2007/sevilla/Cultura/mu%C3%B1oz-rojas-y-garcia-baena-premios-andalucia-de-la-critica_1632511047650.html

domingo, 4 de enero de 2009

LA LÍRICA DE MARÍA DE LOS REYES FUENTES POR F. MORALES LOMAS

HOMENAJE A MARÍA DE LOS REYES FUENTES (SEVILLA, 26 DE ENERO DE 2009)

La Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, en colaboración con el Área de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, rinde un merecido homenaje a la poeta sevillana Mª de los Reyes Fuentes. El acto tendrá lugar el próximo 26 de enero a las 20:00 horas en la Casa de las Sirenas (Alameda de Hércules) estará presidido por la Ilustrísima señora Dña. Mª Isabel Montaño y consistirá en la presentación de la reedición facsímil del libro "Acrópolis del testimonio" (Premio Ciudad de Barcelona 1965) en la editorial Tierra de Nadie. La mesa estará compuesta por los escritores: D. Francisco Morales Lomas, Presidente; Dña. Rosa Díaz, Vicepresidenta, D. José Ruiz Mata, Secretario de dicha Asociación y el profesor de la Universidad de Sevilla D. José Cenizo.
Rememorar a Mª de los Reyes Fuentes es una llamada de atención para una de las voces más importantes por el espléndido devenir que su obra nos ofrece desde su primer libro, De mí hasta el hombre (1958) hasta Meditaciones desde el Aljarafe (1999), dejando de manifiesto un estilo personal, testimonial y humano, sobrado de lirismo, de inteligencia y de perfecta construcción.

Rosa Díaz, F. Morales Lomas, Concejal de Cultura Ayuntamiento de Sevilla y José Cenizo


EN TORNO A ACRÓPOLIS DEL TESTIMONIO (en Obra poética, Colección Esquío de poesía, Edita Sociedad de Cultura Valle-Inclán, 2002, 577 págs.)




Lo que sostiene el mundo, su esencia, su verdad plena. Piedras como relámpagos, como cimas, como testimonios, como atributos. La verticalidad de los sueños, la altura de miras de la existencia. También creer en su fortaleza, en su callosidad de vida, en su reciedumbre, en su resistencia. Resistir, ésta es la palabra, la horma que define esa Acrópolis del testimonio. La conciencia alegórica de un símbolo. Su ser en sí, su explicación sublime. Lo trascendente de esa altura que es la Acrópolis que preside nuestra vida, nuestra forma de ver el mundo desde el otero, nuestra forma de estar en el mundo desde lo sublime, testimonio, lumbre, empeño humano.
María de los Reyes Fuentes es una de nuestras escritoras más queridas junto a la malagueña María Victoria Atencia, la sevillana Julia Uceda, la gaditana Pilar Paz Pasamar y la granadina Elena Martín Vivaldi; forman el núcleo de nuestras poetas mayores y a las que todavía se les debe un estudio sereno y amplio.
Reyes Fuentes construyó Acrópolis del testimonio en 1966, cuando no se anunciaba aún la generación del 68 o los novísimos y estaba en plena ebullición la generación del lenguaje, la generación de Félix Grande, Antonio Hernández o Ángel García López... (la generación entre paréntesis).
Y edificó una poesía de enorme trascendencia metafísica y creadora. Sustentada sobre la alegoría y el símbolo de la columna, Reyes Fuentes interpreta el éxtasis y caída del todo y, en consecuencia, de la propia existencia. Es una alegoría por elevación, sostenida sobre los símbolos místicos y humanizada con sus héroes, soldados y semidioses... finalmente caídos, finalmente solitarios, finalmente perdidos...
Desde tiempos remotos una columna es la vía unitiva entre el cielo y la tierra; símbolo de la estabilidad, fuerza sustentadora: “Aquí, flor de prodigio,/ una columna puede/ salvar eternidades”. Pero más explícitamente cuando afirma: “Lo que más permanece es la columna,/ esta altiva dureza/ que si tira al suelo/ aún proporciona su gloria/ de vertical donaire”, porque hunde sus raíces de firmeza en la tierra y asciende erguida e imperiosa.
La columna es el esquema lógico-argumentativo del ciclo poético que sostiene en su poder metafórico la fenomenología de la esencia. Husserl quiso ir a la esencia de las cosas en sus estudios fenomenológicos, Reyes Fuentes la ha encontrado en el testimonio y la fortaleza lumínica de la columna, esa fortaleza lírica que crea la focalización de las esencias. Y construye templos como en «Columnas para un templo»: “Un templo es esa gracia/ que permanece altiva/ por los siglos cantando”. En el templo de Salomón también se erguían dos columnas con una toponimia simbólica: Jachim (él hace sostener) y Boaz (en él está la fuerza), estas columnas son las que están presentes en los templos masónicos, coronadas con diferentes objetos simbólicos.
También es la columna el árbol de la vida: basa como raíz; fuste como tronco; capitel como copa. Y así lo dirá en el poema que cierra, «Columnata de fondo»: “Allí nacieran fustes/ de perennes firmezas, armoniosos/ desafíos marcando./ Proporcionando gracias/ hicieran capiteles”. En ocasiones puede entenderse incluso como materialización de la figura humana, sentido en el que puede interpretarse la palabra 'capitel' de capitellum (cabeza pequeña), así como las figuras de atlantes y cariátides que aparecen alguna vez sustituyendo a las columnas. Piedras que en su dureza pueden llevar también la esencia de su caos si se sostienen sobre marmóreas riquezas o fogosas ambiciones. También la Biblia habla de columnas sobre las que descansa el mundo, y que Dios derrumbará el día del juicio final.
Acrópolis del testimonio se estructura sobre un trípode poemático y una pértiga que asciende al cielo. El trípode lo componen: «Columnas rotas» (nueve poemas), «Columnas solitarias»(nueve poemas), «Columnas para un templo» (ocho poemas), y «Columnata de fondo» (un poema). En total veintisiete poemas, siendo el tres su múltiplo. El tres es número divino, es la plenitud, la Trinidad, la forma triple de ver a Cristo: muerte, sepultación y resurrección...
Y así lo entendemos en este poemario como un proceso fenomenológico de conocimiento y comprensión de una realidad humana y también divina. La primera parte, la muerte; la segunda, la sepultación y las dos últimas, la resurrección.
En consecuencia, las «Columnas rotas» aspiran a expresar la realidad de la caída, la destrucción y la muerte. Todo se ha venido abajo y la poeta se pregunta por qué, le pregunta a Dios: “Cuánto se ha roto, Tú./ Respóndeme qué pasa/ si sólo quedan puentes destrozados,/descabaladas torres,/ castillos en la hoguera de los sueños”. Esta elegía a la destrucción se sostiene sobre la metáfora del cataclismo de la piedra (“Las piedras no son duras”, dirá la poeta), la ruina, el canto fúnebre de todo lo que ha de perecer: “Estáis heridas, muertas/ despedazadas como/ soldados en un campo sin victoria”.
La escritora en esta construcción, en esta planificación del desprendimiento y la caída planifica el eje temático de esa esperanza derruida y esos sueños rotos, los héroes que caen en la batalla, los cetros demolidos, el vacío del empeño humano: “Ahora ya sé/ por qué vienen abajo los imperios/ por qué caen las rocas/ tiemblan los poderíos”. El imperio de la luz, el imperio de la roca, la fortaleza de lo creado se sustenta en un hilo de esperanza que sucumbe, cae decapitada, capiteles decapitados, capiteles sin cabeza.
Las «Columnas solitarias» encierran el misterio de la sepultación. ¡Qué solos se quedan los muertos! La solitaria espera de lo etéreo, columnas solas, solitarios árboles..., el vacío que se va apoderando de las lápidas: “Allá lápidas fingen/ como blancos sudarios”. Imagina la alegoría de los héroes que buscaban la inmortalidad, sublimes locuras, semidioses que entre sí se despedazaban y están ahora condenados a la soledad: “Han caído los héroes”. La soledad como derrota, la soledad como silencio, como desplome, como brindis a lo desconocido, al monumento trágico del derrotado héroe rendido. Las piedras son memoria del todo, memoria del alma del mundo, ahora solitarias, ahora demolidas en su cima de nada: “Aquí es la soledad –cima de historias-,/en columnas deshechas,/ ilusiones hundidas,/ esperanzas que al fin se nos perdiesen”.
Y, por último, la resurrección, la reencarnación, el retorno en «Columnas para un templo». El prodigio instaurado que canta la gracia. Se instaura la perennidad. Ahora la columna no es piedra sólo, es esencia que construye la metáfora del templo, el sueño edificado, el nuevo horizonte que se alza y levanta su rumbo de vida y proclama la eternidad: “Cualquier pedazo de éstos/ nos sirve el testimonio/ de bellísima acrópolis”. Esta acrópolis construida sobre la esencia de la fuerza, la gracia de las cariátides y la armonía de los atlantes. Ahora el tiempo ha cambiado su rumbo, su esencia, no hay templos derribados, sino que muy al contrario se está resucitando el grito, “reedificando el templo”. La esperanza se apodera de la construcción y su esencia lumínica, sonido que asciende, la gloria del momento, y presidiéndolo la poesía que ahora se refugia, se guarda en sus entrañas: “Oh fecunda cascada/ tu emoción a raudales,/ oh tu siempre encendida/ lámpara del ensueño,/ oh luz que, prodigiosa,/ por tantas veces puedes/ salvarte entre ruinas”.
Es el triunfo definitivo de la luz, y vale hasta la última roca convertida en ceniza, la columna que permanece y canta su vertical donaire. Y siempre, en el último poema el esfuerzo como una antorcha: “Por gradas de imposible ascendiendo”.
Esta es la fuerza de la palabra que al fin resucita y se hace columna perenne.

Cuánto se ha roto, Dios.
Tú que lo sabes,
dime por qué se agrietan las columnas,
se pudren los cimientos,
se desploma el palacio
donde pusimos oro, plata, bronce,
cerámica, cristal, flores y fuentes,
con el primor, la entrega
de eternidades casi.

Cuánto se ha roto. Mira
por dónde los pedazos, ese polvo
que levantan las casas derribadas,
las carreras salvajes
de potros que se pierden a lo lejos,
por horizontes en que el viento llora
quién sabe qué desvíos.

Cuánto se ha roto, Tú.
Respóndeme qué pasa
si sólo quedan puentes destrozados,
descabaladas torres,
castillos en la hoguera de los sueños.

Por estas avenidas
donde pasaran toros, huracanes,
se erigieran estatuas
conmemorando esas
invasiones solemnes,
yo sobre las ruinas te pregunto
qué fue del templo aquél, de aquella roca
donde esculpí mi grito.



El río es como un brazo de justicia
con su sentencia al fin: el tránsito, el ejemplo.
Y en todos los rincones de la tierra
brotan los ríos y los hombres, que fluyen, y discurren,
que abocan en su mar tan sentenciado
definitiva fuente donde hundirse
con el desgarramiento de la huida .
Que el hombre, como el río, es un curso, una fuga,
un arrepentimiento, que primero avasalla
y se agazapa a veces, pero sigue adelante,
en la inútil carrera del minuto a minuto.
Los hombres o los ríos, disparados,
van hacia la constancia de un camino
que les lime las rocas
y les haga contornos de dulzura.
Se desvían sus fuerzas
y hacen marca distinta a la soñada,
la que pudo haber sido pero que se resiste
y allí en la resistencia abandonamos,
o golpeamos mucho,
como pasión segura de todas las razones,
o se deja lamida,
con nuestro gusto, así, para que sepa
al testimonio fiel de última instancia.
Y el río es como un trámite vigente,
y un hombre es como un río,
de la raíz del tiempo al polen mas alado,
de raíz de raices, de la sorpresa al mar.
Hay ríos pequeños y sin lucha,
que llevan la paciencia de enarbolar silencios
sin leyenda o razón que atribuirse.
y hay ríos que son grandes, como este que discurre a mi costado
y que lo sé común a tanta entraña,
con brazos extendidos de ambición o de ensueño,
con ansias de domar a las hirientes peñas
con virtud de caricia si por el tierno valle,
bebiéndose el tesoro de toda Andalucía,
trazando la rúbrica por este Sur de España,
mientras que salta el aire de una sierra a otra sierra
pero él sigue y persigue por su fluida columna
que busca la sentencia del Océano,
la meta irremediable
de donde han de brotar, ay sí, las nuevas aguas,
porque el río delata su parecido al hombre.
Y se hace la justicia de su curso,
su curso por la tierra, por la historia,
y no hay mutilación que nos lo niegue.

La creación literaria y el escritor

La creación literaria y el escritor
El creador de libros, pintura de José Boyano