jueves, 8 de abril de 2010

PRESENTACIÓN DE INVITACIÓN A LA LIBERTAD. LA POESÍA DE ALTOLAGUIRRE


PRESENTACIÓN DE
INVITACIÓN A LA LIBERTAD.
LA POESÍA DE MANUEL ALTOLAGUIRRE





El próximo LUNES 12 ABRIL A LAS 20:00 se presenta en el ATENEO DE MÁLAGA (C/ COMPAÑÍA 2, MÁLAGA) la obra “Invitación a la libertad. La poesía de Manuel Altolaguirre”, el primer ensayo que se escribe en España sobre la obra poética completa del escritor malagueño.
Ha sido publicado por la Universidad de Málaga en su colección “Estudios y Ensayos”, núm. 120, y ha participado en su elaboración Morales Lomas, Alberto Torés, Rafael Ávila y Eduardo Vila.

ÍNDICE


PRÓLOGO.


PRIMERA PARTE. La lírica de Manuel Altolaguirre hasta 1931.

1. Los difíciles comienzos y el concepto de poesía: la ontología estética
y San Juan de la Cruz.
2. El hermetismo y la presencia barroca, cauce de la tradición literaria.
3. La dialéctica del agua, de la luz y del viaje como retórica alegórica.
4. La deuda con Juan Ramón Jiménez. Intimismo, soledad y búsqueda
memorial.
5. El discurso de la naturaleza y el hombre como afinidades estéticas:
la licuación de la naturaleza y el ser.
6. El descubrimiento locuaz y monológico del amor y otros correlatos
vitales.
7. La antropología ascendente. Una obra olvidada: Alba quieta.


SEGUNDA PARTE. La República en su quehacer literario.

1. Manuel Altolaguirre y la libertad en tiempos de guerra: viaje al país
posible.
2. Alteridad e identidad.
3. Dolor y pérdida.
4. Memoria y futuro.


TERCERA PARTE. La guerra civil y el exilio. Poemas de encuentro y libertad.

1. El exilio al galope de la década de los cuarenta.
2. Fuentes y esencialización de la escritura poética.
3. La inquietud múltiple como eje constructivo.
4. La antítesis de su técnica metafórica.
5. A tinos y errancias de la crítica. La poética de la esperanza.



CUARTA PARTE. La lírica de Manuel Altolaguirre en la década de los cincuenta.

1. El retorno poético.
2. La mirada interior.
3. Hombre, naturaleza, paisaje.
4. Memoria y olvido.
5. El regreso.

BIBLIOGRAFÍA
(Fragmento del Prólogo)

Ni en la importante obra de Concha Zardoya, Poesía española del siglo XX (1974)[1] en cuatro volúmenes, centrada en la primera mitad del siglo XX, ni en la de Dámaso Alonso, Poetas españoles contemporáneos[2] (1978), ni en los críticos y compañeros de su generación hay monografía extensa alguna de la obra de Manuel Altolaguirre. Lo decía Garrido Moraga[3] en 1983 con meridiana claridad: “La bibliografía sobre Altolaguirre no nos ofrece demasiado, especialmente en cuanto a análisis de conjunto que sistematice las grandes unidades en que se articula la lírica del malagueño”.
Una generación, la del 27, «muy amistosa y unida» aunque en los epistolarios cruzados que se se han publicado hasta ahora[4] bien mostraron que no había tanto como se decía. Sirva de ejemplo el comentario que hacía Cernuda[5] (el gran y admirado amigo de Altolaguirre, testigo de su boda con Concha Méndez junto a Juan Ramón Jiménez, García Lorca y Guillén) sobre el poeta malagueño, aclarando previamente que este defecto que le imputa a su obra también lo hace de modo genérico a cualquier escritor que se precie: “No creo que se haya reconocido bien el valor de la poesía de Altolaguirre (…) Cierto que es desigual, a pesar de la brevedad de su obra; que al lado de un poema perfecto hay otro inefectivo; al lado de unos versos admirables, otros inexpertos. Pero eso no es razón bastante para explicar aquel desconocimiento de los lectores hacia la poesía de Altolaguirre”.

[1] Madrid: Gredos.
[2] Madrid: Gredos.
[3] Garrido Moraga, A. (1983). “La poesía de M. A.” en Analecta Malacitana, VI, 1, pp. 183-191 [183]. También lo reitera Esteban, J. (1977): “Altolaguirre, visto por sus compañeros de generación” en Ínsula, núm. 368-369, p. 5: “No deja de ser curioso que, siendo M. A. uno de los poetas de la generación del 27 menos estudiado y cuya bibliografía sobre su obra es, quizá, la menos extensa de todos, sea, sin embargo, el más citado y recordado por sus compañeros de generación que, sin duda, vieron en él algo que hasta ahora no hemos sido capaces de encontrar nosotros”.
[4] Aunque hay abundantes referencias a ellos, podemos citar los Altolaguirre, M. (1991): Epiostolario. De Altolaguirre a Gerardo Diego. (Ed. de Maya S. Altolaguirre). Madrid. Caballo Griego para la Poesía. Altolaguirre, M. (1989): Diez cartas a Concha Méndez. (Ed. de James Valender). Málaga: Centro Cultural de la Generación del 27. Hinojosa, J. Mª (1997): Epistolario (1922-1936). (Ed. de Julio Neira y Alfonso Sánchez Rodríguez). Sevilla: Fundación Genesian. García Lorca, F. (1997): Epistolario completo. (Eds. Andrew Anderson y Christopher Maurer). Madrid: Cátedra. Salinas, P. y Guillén, J. (1992): Correspondencia (1923-1941). (Ed. de Andrés Soria Olmedo). Barcelona: Tusquets. Diego, G. y Cossío, J. M. (1996): Epistolario. Nuevas claves de la generación del 27. (Ed. de Rafael Gómez de Tudanca). Alcalá-México: Universidad y FCE. Aleixandre, V. (1986): Epistolario. (Ed. de José Luis Cano). Madrid: Alianza Editorial y también de José Luis Cano (1992) la edición de Epistolario del 27. Cartas inéditas de Jorge Guillén, Luis Cernuda y Emilio Prados. Madrid: Versal-Cátedra. Prados, E. y Sanchis Banús, J. (1995): Correspondencia (1957-1962). (Ed. de Juan Manuel Díaz de Guereñu). Valencia: Pretextos.
[5] Esteban (1977: 5) Esteban recoge el comentario de Luis Cernuda sin citar el lugar o la fuente.








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