Salón de lectura
___________________________________ José Antonio Santano
Puerta Carmona

Si en la España actual
existen conspiraciones, corrupción, felonías, etc, etc., no lo fue menos en
otras épocas, pongamos por caso, como podríamos poner otros,
el reinado de Felipe II. Quiere decir esto,
entre otras muchas cosas, que pocos son los avances alcanzados en esto de la
política y la ética no solo en la administración del común, sino también en
otros ámbitos, incluso en el literario como se pone de manifiesto en nuestros
días por algunos escritores y analistas.
Dicho lo cual y, dadas las circunstancias ya indicadas, el mejor
antídoto posible en los tiempos que nos ha tocado vivir no es otro que
zambullirse en el gozo mar de la literatura, navegar por las páginas de un buen
libro y dejarse arrastrar por las corrientes marinas hasta fondear en una playa
de blanca arena y aguas cristalinas para placer del cuerpo y de la mente. En
esta ocasión mi propuesta es un viaje al Siglo de Oro, finales del reinado de
Felipe II, a la ciudad Sevilla concretamente para dejarse seducir por la
clarividencia de un libro, “Puerta Carmona”, que junto a otros dos: “Bajo el
signo de los dioses” y “Cautivo” constituyen una trilogía difícil de olvidar:
“Imperio del sol”. Su autor es Francisco Morales Lomas (Campillo de Arenas,
Jaén, 1957), una de las personalidades más destacadas del panorama literario e
intelectual de la España actual. Así lo constatamos en palabras de otro gran
escritor y poeta granadino, Fernando de Villena: «Francisco Morales Lomas es
uno de los autores más fecundos de las Letras españoles de hoy, cultivador de
todos los géneros: narrativa, dramaturgia, poesía y ensayo». La novela objeto
de este comentario, “Puerta Carmona”, contiene los elementos esenciales para constituir,
sin temor a equivocarme, una narrativa de extraordinario valor. El autor es
buen conocedor de la sociedad áurea española, la ha estudiado concienzudamente
no solo su historia política, sino social, económica y cultural, de tal manera
que su construcción narrativa es el resultado de ese conocimiento previo. La
viveza en la descripción de los personajes, la recreación del ambiente propio
de la época (finales del siglo XVI) en la sociedad sevillana: «En la gran
explanada del Arenal y a sus faldas, bajo los puentes o en las orillas del río,
corros diversos de fisgones se citaban: bizarros y entonados espadachines
llegados de los tercios, hombre bragados en la guerra… », así como la expresión
de todos los entresijos (conspiraciones, traiciones, secuestros, espionaje)
propios del reinado de Felipe II son la materia prima de la que se vale Morales
Lomas para construir una narración lúcida y al mismo tiempo fácil de
comprender. De ahí que el elemento primordial para que todo lo indicado
anteriormente funcione es el lenguaje que, aún siendo fiel a su época, es
perfectamente inteligible para el lector actual: «Estando un día en una de
aquellas partidas interminables, alguien con el semblante blanquecino y buenas
maneras, que llevaba un sombrero con plumas en la mano, amplio cuello con
pelendengues así como grandes gregüescos en los brazos y en las calzas, se
acercó a don Diego y le sopló una confidencia al oído». No obstante, hallamos
en “Puerta Carmona”, además de los personajes secundarios como pueden ser el
mismo Cervantes:«Por aquellos días, en la Cárcel Real había conocido a un manco
infeliz que fue encarcelado por unas deudas con la Hacienda Real, aunque él
decía que era un error de cuentas de su criado y producto de la mala ventura, y
con el tiempo se sabría de su inocencia», Mateo Alemán, Francisco Pacheco, el
duque de Lerma, Cristóbal de Moura y otros actores de la política de aquel
momento:«De celo incansable, perspicaz, gran juicio y rara prontitud, de Moura
era para Lerma el enemigo a batir, cuando aquel se inventó al duque de Osuna,
al que había favorecido casi veinte años antes…», con algunos guiños a otros
como el caso del tristemente desaparecido profesor y poeta Rafael de Cózar,
“Fito”: «Nunca agradecieron tanto al poeta amatorio Fito de Cózar su llegada
como en esta ocasión. De bigote alargado hasta las patillas que se le estiraban
con incertidumbre, sonrisa socarrona y maliciosos ojillos…», como así lo hizo
también en otra de sus novelas incluyendo en la Academia de Valencia al
escritor Ricardo Bellveser. Pero si hay un personaje destacado en la figura de
una mujer es el de Catalina Salgado, que protagoniza los pasajes más
interesantes de esta narración por su doble papel de espía y mujer. En su
persona se muestra a la mujer adelantada a su tiempo, con formación y
pensamiento propio, que se expresa libremente cuando tiene que hacerlo: «Y
lanzó un discurso que los dejó aturdidos: Estamos, dijo, en un mundo concertado
por los hombres, ellos prescriben y mandan, hacen las guerras, establecen la paz,
aderezan nuestra existencia. […] ¿Y si una mujer nos ha gobernado –en
referencia a Isabel de Castilla- por qué una mujer no puede ser escritora como
Teresa de Jesús, por qué una mujer no puede ser cirujana, por qué una mujer no
puede ser capitana?» No es ésta una cuestión baladí porque es la voz de una
mujer la que habla en una sociedad fundamentalmente machista. Con todo, “Puerta
Carmona” es, sin duda alguna, una novela extraordinaria, con la que su autor
Francisco Morales Lomas se reafirma como un destacado escritor de la literatura
andaluza y española. Una lectura muy recomendable para comprender también la
sociedad en la que vivimos hoy.

Título: Puerta Carmona
Autor: Francisco Morales Lomas
Editorial: Quadrivium (Girona,
2016)
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