F. Morales Lomas y Antonio Moreno Ayora (Puente Genil, abril 2014)
SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚMERO 2, JULIO 2014. ISSN 2341-4804
SUR. REVISTA DE LITERATURA, NÚMERO 2, JULIO 2014. ISSN 2341-4804
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Literatura y corruptelas en el siglo XVII: Bajo el signo de los dioses de Francisco Morales Lomas
LITERATURA Y CORRUPTELAS EN EL SIGLO XVII
Por Antonio Moreno Ayora
Desde el primer libro de narrativa de Francisco Morales Lomas, El sudario de las
estrellas, de 1999, hasta otro último de 2014 titulado Cautivo, segunda historia de la
trilogía Imperio del sol, van muchos años de maduración y de perfeccionamiento estilístico que el autor ha llenado con abundantes lecturas, la práctica del ensayo y el ejercicio literario propiamente dicho realizado en la elaboración de otros argumentos, entre ellos los de sus novelas Candiota (2003), La larga marcha (2004) y El extraño vuelo de Ana Recuerda (2007), esfuerzo narrativo que se ve completado además por numerosas colaboraciones en diversos volúmenes colectivos, de los que por citar un solo ejemplo daremos el titulado Derecho y literatura que editó Ánfora Nova en 2012. Así pues, si Cautivo (Nazarí, Granada, 2014) es la segunda entrega de la serie antes citada, la primera de la misma es Bajo el signo de los dioses (Alcalá Grupo Editorial, 2013), importante por iniciarla y
por forjar la base y el tono de un tipo de literatura que discurre dentro de los cánones de la novela histórica haciendo amplias concesiones a las posibilidades de la ficción. Nuestro interés de hoy lo centramos, por tanto, en ese comienzo de ciclo que representa Bajo el signo de los dioses.
En ella, encontramos encarcelado en Valladolid desde hacía dos años al privado Marqués de Siete Iglesias, quien comienza recordando sus últimos días de libertad y el ambiente que ya entonces le era contrario y que acabaría con su procesamiento por orden real. Así, con las correspondientes concreciones, esta nueva novela de Francisco Morales Lomas sitúa al lector a
comienzos del siglo XVII, envolviéndolo en las intrigas cortesanas cuya vorágine empujaba al citado protagonista “en mitad del fuego de los odios familiares, de los resarcimientos palaciegos, en mitad del campo santo, muriendo en vida”. La suerte del prisionero, cuyo nombre de pila era Rodrigo Calderón, queda descrita con alusiones y citas entresacadas de fray Luis de León, de Villamediana o de El Quijote, todas ellas encaminadas a dotar de un basamento literario al Literatura y corruptelas en el siglo XVII: Bajo el signo de los dioses de Francisco Morales Lomas argumento del relato presente, ensombrecido por la malicia “del poder y la fama de la que siempre venía precedida la envidia en España”.
Ciertas pinceladas de la infancia de Rodrigo y otros oportunos sucesos de su adolescencia (véase los capítulos II y III) sirven para ir configurando su propia biografía, esbozada en paralelo a la de diversos personajes históricos –pues de la historia más real es de donde se surte esta novela–,y a adelantar que, conseguida por él la posición de secretario del duque de Lerma, llegaría a ser
personaje marrullero y vicioso al que “el tiempo lo fue cambiando y el poder lo fue corrompiendo” (página 39).
La contextualización histórica y literaria es fundamental en este libro, y uno de sus
basamentos de mayor rigor. Ejemplos de ello pueden ser los capítulos V y VI, en donde se recrea la influencia que la emperatriz María de Austria –hija de Carlos V y tía abuela de Felipe III– intenta ejercer sobre este último, y el capítulo VII, donde se da voz al mismo Miguel de Cervantes para que este vaya haciendo comentarios referidos a sus propias creaciones, a las que igualmente entronca en
su biografía: “...no me fue mal en Valladolid, he de reconocerlo, porque la alegría de la publicación de El Quijote compensó todos los males”. Este Miguel de Cervantes (“Manco y penitente, solo me quedaba...”, que es como se describe) es el narrador, en primera persona, de los capítulos VII y VIII, en donde va además situando y reseñando anécdotas de otros insignes escritores contemporáneos
suyos, como Góngora, Quevedo y Lope, aparte de otros de menor nombradía.
La novela ofrece la característica estructural de ir cambiando de narrador según los intereses del argumento. Aunque en muchos de ellos hay un narrador omnisciente en tercera persona, en otros se va modificando la voz narrativa para acomodarla a los sucesos que alguien cuenta en primera persona. Ello sucede, entre otros, en los capítulos IX y X, donde es el propio Rodrigo Calderón el que recuerda conocidos lances y llega a descubrir la razón del título de su historia al referirse a
todas cuantas personas, con sus maniobras y corruptelas, “se creían por encima del bien y del mal” y “Tenían así algo de dioses menores en su estulticia pero dioses bastardos que con un ligero viento podían caer de sus alcores”. Es el mismo Rodrigo Calderón el que, aún en el uso de la palabra, dice
de sí mismo que “había pasado a ser el favorito de Lerma, su brazo derecho, y, por tanto, me había convertido en el hombre más poderoso tras él”. Es esa alternancia de narradores la que permite que otros hablen igualmente del comportamiento político de Rodrigo Calderón, lo que hace un tal Francisco de Juara en el capítulo XI o Lerma más adelante (página 137) al querer concretar que los
organizadores de la vida pública se dejan llevar por los intereses personales para acabar reconociendo que “El ser humano se mueve por el beneficio y solo por él es capaz de actuar”. Es este el razonamiento que con más frecuencia encontramos repetido en el argumento, donde a veces un narrador puede confirmar que “Todos se enriquecen mientras el pueblo paga”, y añadir que por
ello esta es una “historia de despropósitos y avispados” (páginas 177 y 179). Literatura y corruptelas en el siglo XVII: Bajo el signo de los dioses de Francisco Morales Lomas En esta sucesión de puntos de vista narrativos, el del hijo de Lerma se deja oír luego en el capítulo XIV para poner en aviso al lector de que la estrella del protagonista estaba próxima a eclipsarse, y ello como un efecto de la caída –relatada en el XVI– de ese dios que era el potentado
Duque de Lerma. Así que el relato, poco a poco, va cerrando el círculo del argumento, y lo suelda definitivamente cuando en el capítulo XVII se vuelve al asunto con que comenzaba la historia, la detención y encarcelamiento de Rodrigo Calderón, al que se le somete sucesivamente (capítulos
XVIII y XIX) a un torturador interrogatorio y a una posterior ejecución pública con que se alecciona mostrando que los dioses caen y se desmoronan como una consecuencia de sus propias maniobras, intrigas, delaciones, prebendas y corrupciones de todo signo, que es lo que viene a
demostrar esta novela de Morales Lomas, ahora de argumento tan actual.
En este sentido, Jesús Zotano, en la entrevista que le hace al autor en La Opinión de Málaga (14-11-2013) hablando de la presentación del libro en el CAL, anota que el mismo Morales Lomas matiza diciendo que “Mi idea era utilizar esta figura histórica [la de Rodrigo Calderón] como símbolo de la época actual. (…) En cuatrocientos años no hemos aprendido absolutamente nada. El
21 de octubre del 2021 se cumplen 400 años de la muerte de Rodrigo Calderón, que fue degollado en la Plaza Mayor de Madrid”. Enseguida, al argumentársele que “Hay quien piensa que novelar la historia es una fantástica manera de acercarla al público y quien cree todo lo contrario, que la novela distorsiona la fidelidad histórica”, el novelista apostilla: “Aquí he querido, además de hacer
novela histórica, mostrar mi apego hacia personajes literarios históricos determinados, como Cervantes. El escritor aparece como personaje en esta novela. Con lo cual estoy uniendo cuestiones de tipo históricas y una cierta sentimentalidad hacia escritores con los que tengo una especial
relación. Es una forma diferente de abordar la novela histórica o la histórica novelada”. De igual modo, Encarni Pérez puede hablar, ya en su mismo titular, de “Una historia de ayer con semejanzas en el hoy” (Información, 23-29 de abril de 2013, pág. 21), comentando además que “abren el telón a
una época, una historia, un momento, una situación, un personaje... que deja impreso el deseo de continuar indagando en sus páginas para saciar la necesidad de saber, de descubrir quién es aquel (...)”.
Y efectivamente, el autor, junto a la riqueza de sucesos y anécdotas de corte político, ha querido igualmente contextualizar su argumento en la vida cultural y literaria de la época, que tan unida estaba sin duda al acontecer político. Así, en esta línea, un capítulo fundamental es el XV, en el que de nuevo se permite al propio Cervantes mostrarse en contra de Lope de Vega (“Nunca me gustó el teatro de Lope ni su vanidad”, comienza el capítulo), concretando luego curiosas
reflexiones sobre la literatura y la suerte que esta le depararía, y todo ello en unas páginas que evidencian la alta capacidad de Morales Lomas para enhebrar en ellas su saber literario y su sensibilidad para penetrar la biografía de sus personajes, uno de los cuales es este genio universal Literatura y corruptelas en el siglo XVII: Bajo el signo de los dioses de Francisco Morales Lomas haciendo recopilación de su vida y de su melancolía en plena vejez: “Pero ahora, puesto ya el pie en
el estribo, aquí yazco entre estos almohadones, contemplando la primavera que entra por la ventana, dulce en la blandura de presentir que todo se me está yendo en un hermoso día, como ha sido mi vida (...)”.
En la mencionada entrevista de Jesús Zotano, este aclara que “Bajo el signo de los dioses cierra su trilogía, aunque es el primer título en aparecer...”. Por ello, con la presentación el día 8 de mayo de 2014 en el Ateneo de Málaga -seguida de otras más en varias provincias- de la novela Cautivo, se avanza en la configuración de la trilogía Imperio de Sol iniciada con Bajo el signo de los dioses “a finales del pasado año, que se completará con Puerta Carmona, aún inédita” [Papel
Literario Digital, 9-5-2014]. Del conjunto ha precisado el autor -una vez que se publique esta última anunciada en la editorial Quadrivium- que “arranca hace varios años cuando impartió clase en la Facultad sobre el autor del Quijote” [información de A. Arenas, IDEAL, 23-5-2014, pág. 62].
Es grande la atención que los críticos literarios hemos mostrado desde el principio por esta primera entrega de la serie. Entre ellos nos incluimos por haberla comentado en el suplemento de Diario Córdoba “Cuadernos del Sur” de fecha 14 de diciembre de 2013, pág. 6, y bajo el título de “Consagración de un narrador”; y entre ellos está también Francisco Vélez Nieto, que en Mundiario
(5-12-2013) escribe: “Esta nueva novela histórica entre la realidad y la ficción de Morales Lomas Bajo el signo de los dioses, acoge la escritura fina y amena que caracteriza la escritura del autor”, añadiendo después que se trata de “Una historia que embelesa al ser narrada de forma deleitable y envolvente por el número de personajes de variadas categorías sociales y literarias que toman vida
juntos pero no revueltos de grandes hombres de letras”. Son estos los que esperamos volver a oír de nuevo en la ya publicada historia de Cautivo.
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