sábado, 23 de abril de 2016

RECORDANDO A GIL DE BIEDMA POR F. MORALES LOMAS






RECORDANDO A GIL DE BIEDMA
F. MORALES LOMAS


“Que la vida va en serio”.

Hombre culto y burgués. De la escuela de Barcelona. A los 7 años leía El Quijote. Lenguaje llano y claro. Poesía como comunicación frente a la poesía del conocimiento. Era un hombre atormentado, que le daba vueltas a todo. Paradigma de la exquisitez. Alegre, vitalista y hedonista. Fue un poeta que maduró tarde. Con 19 años. En la lectura que hizo de Guillén, pero que nunca hablaba a la familia de sus libros.

“Me odio a mí mismo porque tengo que envejecer, porque tengo que morir”.

Desde que los poetas de la nueva sentimentalidad conectaron con los poetas del 50, sobre todo Ángel González y Gil de Biedma, el escritor catalán se acabó convirtiendo en un icono cuando hasta ese momento pocos se habían hecho eco de su poesía.
Se ha dicho que Gil de Biedma planificó escribir una obra muy corta pero que soportara estoicamente el paso del tiempo. Los jóvenes le decían: "Jaime, ¿por qué no escribes?", y él siempre respondía que "lo normal era no escribir". Es un claro ejemplo de Bartleby, un escritor del "I would prefer not to" como decía el personaje de Melville. Pero la preferencia por la no escritura le pilló con algunos poemas ya escritos. Poemas que muchos recordamos todavía porque tienen una garra y una fuerza indiscutibles, como recordaba Luis Ordóñez.
Nació en Barcelona el 13 de noviembre de 1929. Después, Navas de la Asunción (Segovia) en la guerra civil. Ciudad y campo. Vida burguesa y vida de campo. Ha determinado su situación personal. Murió el 9 de enero de 1990 de sida. A la familia le habían dicho que tenía una enfermedad tropical.

“La vida es tan breve…”

Siempre tuvo admiradores. Su padre (conservador) y la madre (liberal) veraneaban en San Rafael y se trasladaron a la Nava. Fueron los años más felices de su vida antes de los diez. Eran muy queridos los Becerriles (les llamaba en el pueblo a los Gil de Biedma) en el pueblo de la Nava. El Pinar de los Alisos es otro espacio mítico de la familia: “Los pinos son más viejos…” Con un aire machadiano.
Le gustaba salir a caballo todos los días. Pertenecía a estos lugares de un modo que no imaginaba. Y de la Nava a Barcelona, en la calle Aragón con los seis hermanos hasta que alquiló su sótano:

“Media España ocupaba a España entera”.

En 1946 (con 17 años) entra en la universidad. Derecho. Porque Filosofía y Letras decía que lo estudiaban las monjas y los curas. Escribe sus primeros poemas.
Poeta, intelectual y hombre de izquierdas.  Alberto Oliart decía que iba siempre impecable, muy elegante. Hacía por entonces unos sonetos perfectos que no llegó a publicar porque el poeta afirmaba que eran muy malos. La primera poesía que le leyó a su familia era sobre unas mujeres que lavaban en el río.
Fabián Estapé le dijo que comenzara a escribir sonetos y Gil de Biedma le respondía: “Coño, es muy difícil”.
Yvonne Barral, mujer de Barral y los amigos del grupo de amigos: Juan Marsé, José Agustín, Jaime Salinas, Luis Marquesán, Carlos Barral… Tenía una unión intelectual muy fuerte con ellos, excepto cuando estaban borrachos. Un grupo que se reunía con mucha frecuencia.  Se pasaban todas las horas muertas y se presentaban en casa de los Barral a tomar copas y charlar. Unos intrusos que hablaban de literatura y de cuestiones intelectuales.

“Quiero deciros cómo todos trajimos nuestras vidas aquí para contarlas…”

En 1953 (24 años) publica Según sentencia del tiempo, conciencia crítica y juego lírico. El mismo año que se fue a Oxford para perfeccionar inglés. Quería ser diplomático. Y se topó con la poesía inglesa: Auden, Elliot…
Paco Mayans acogió a Gil de Biedma con los brazos abiertos en Inglaterra.

El invierno de 1957 pasaron juntos con Gabriel Ferrater y Federico Aguilar a Nava. Allí pasaron cuatro semanas muy importantes.  Y hablaban sobre todo de poesía. José María Castellet era el estratega y él fue el puso en funcionamiento Veinte años de poesía española en el que lo incluyó.
En el BAR CLUB hacían una tertulia larga.
Su orientación sexual le cerró la entrada al Partido Comunista. Manolo Sacristán se lo impidió. Decía Sacristán que echó mano de una carta de Lenin que afirmaba que a la hora de ingresar en el partido nunca un homosexual porque eran presa de otras personas.
Suspendió oposiciones a diplomático para lo que se había preparado, entre otras cosas en Inglaterra, e intentó dar clase en la universidad pero su situación personal se lo impidió.
No era nada luchador.
En 1955 (26 años) acepta entrar en la compañía de Tabacos de Filipinas. Su padre era el director. Manila y el archipiélago serán el centro. Trabajará ahí toda la vida.
La gente le tenía un gran respeto, aunque disfrutaba de una muy reservada vida personal. Se tomaba muy en serio este trabajo. Era impecable en él y muy eficaz.
A los amigos y compañeros de viaje. Blas de Otero, José Agustín, Pepe Caballero… Señoritos de nacimiento. Escritores de poesía social. Los irá conociendo durante esta década de los cincuenta e intimará profundamente con ellos.
Con 30 (1959) años su actividad es frenética. En febrero tomará parte del homenaje en Colliure a Machado. Carlos Barral pensó que a través de la editorial se crearía un grupo para enfrentarse a la poesía social de entonces con la poesía realista. Les unían las procedencias familiares, universitarias, el consumo de bebidas, gustos estéticos y… sobre todo, la lucha antifranquista.
Camilo José Cela lo invita a Formentor. Había publicado Compañeros de viaje (1959) y se presentan en sociedad en Madrid con Carlos, Jaime y José Agustín. Ellos iban de poetas exquisitos, europeos. Eran políglotas, petulantes y seductores. Diferentes a los de Madrid.
Gabriel Ferrater y Jaime Gil de Biedma: explicarse a ellos mismos para explicar la sociedad y explicar el mundo.
Temas fundamentales: paso del tiempo y la experiencia amorosa.

“Todo lo que había esperado de la poesía era nulo, puro engaño (…) Perdí la fe en la poesía como actividad que le ayuda a uno mismo para construirse y llegar a ser”.

Así pensó al final de su juventud. Su idea se le acabaría cuando acabara de contar su biografía personal.
En la primavera del 67 (38) dice que escribe el mejor poema de su vida: “No volveré a ser joven”

No volveré a ser joven, de Poemas póstumos

" Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra. "

Era un hombre cariñoso, pero podía ser impertinente. También era brillante, pero a veces exceso en la brillantez y podía ser hosco (según José Manuel Caballero Bonald). Burgués convencido, pródigo en la risotada, vital, alegre y divertido. Con mucha familia decía que triunfaba el que hablaba mejor y él hablaba hasta la saciedad.

En 1974 publica Diario de un artista seriamente enfermo y su obra completa de 1975 Las personas del verbo con las que comienza a despegar su nombre.
Él era consciente de que se definía como un poeta singular, con características personales y que creaba escuela, aunque no le dieron ni un solo premio. Estuvo nominado para varios y no le dieron ninguno.
En 1985 se le diagnostica el sida. Muere en 1990. El último verano lo pasó en la casa de Juan Marsé. Fue incinerado su cuerpo en Cerdanyola. Sus cenizas reposan en el panteón familiar en Nava.
Decía que “escribía poesía para no morir del todo”. Por encima de todo ser feliz. “Un libro de poemas es la historia de un hombre, que es su autor, elevada a un nivel de significación en el que la vida de uno es la vida de todos los hombres o por los menos (…) de unos cuantos entre ellos”.

DE VITA BEATA

En un viejo país ineficiente,
             algo así como España entre dos guerras 

civiles, en un pueblo junto al mar, 
poseer una casa y poca hacienda
            y memoria ninguna. No leer,
            no sufrir, no escribir, no pagar cuentas 

y vivir como un noble arruinado
            entre las ruinas de mi inteligencia. 




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