miércoles, 30 de enero de 2013

FINALISTAS DEL XIX PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2013








Web Oficial de la AAEC: www.aaec.es



XIX PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2013
FINALISTAS



          Tras la votación llevada a cabo por más de un centenar de miembros de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios (www.aaec.es) durante el mes de enero han sido elegidos como finalistas los escritores y escritoras relacionados. 

           El Jurado del Premio Andalucía de la Crítica formado por veinte miembros entre profesores de Universidad, escritoras y escritores, críticos literarios y periodistas se reunirá el primer fin de semana de abril de 2013 en la ciudad de Málaga para proceder a elegir entre estos finalistas a los ganadores o ganadoras de los premios de narrativa y poesía de este año.

            Los premios se entregarán durante el mes de mayo en la ciudad de Huelva y cuentan con la colaboración de la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, de la Diputación Provincial y de la Universidad onubense.
           A los ganadores/as se les entregarán sendas estatuillas creadas por el escultor Andrés Alcántara y reproducidas por la Escuela del Mármol de Andalucía (Almería).


           
Narrativa

1. Hablar solos de Andrés Neuman 
2. Los amores oscuros de Manuel Francisco Reina 
3. Palabras insensatas que tú comprenderás  de Salvador Compán
4. El escalador congelado de Salvador Gutiérrez Solís   
5. El chico de  la estrella de José Lupiáñez   
6. Las estaciones del viento de José María Molina Caballero


Poesía


1. Posdata de Ángel García López  
2. Canción en blanco de Álvaro García   
3. Los héroes derrotados de Enrique Barrero
4. Las visiones de José Luis Rey       
5. Las categorías de Kant no funcionan en la noche de Julio César Jiménez  
6. Danaide de María Sanz    
7. La mala letra de Domingo F. Faílde
8. Últimas mareas de José Antonio Moreno Jurado


  









martes, 29 de enero de 2013

CONSEJERÍA DE CULTURA Y DEPORTE JUNTA DE ANDALUCÍA


REUNIÓN CON EL CONSEJERO DE CULTURA Y DEPORTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA, LUCIANO ALONSO

F. MORALES LOMAS



LUCIANO ALONSO

        A las 16: 30 del pasado lunes día 28 de enero el consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, acompañado por la viceconsejera, María del Mar Alfaro; la secretaria general, Montserrat Reyes; el director general de Industrias Creativas del Libro, David Luque; y el director del Centro Andaluz de las Letras, Juan José Téllez… nos convocó a una reunión a diversas asociaciones representativas de los sectores relacionados con el libro: escritores y críticos (estuvimos presentes nuestra Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, representada por mí, y la Asociación Colegial de Escritores de España-Sección Autónoma de Andalucía por Francisco Basallote), una comisión que asesora a la consejería (entre ellos podemos citar a Rafael de Cózar, Antonio Rodríguez Almodóvar, Salvador Gutiérrez Solís…), los representantes de los editores de Andalucía (con Álvaro Luengo a la cabeza), de los libreros, de los bibliotecarios…
        El consejero expuso a los allí presentes el Pacto Andaluz por la Cultura expresando su convicción de que en momentos de crisis es posible llevar a cabo políticas culturales convincentes. Así se mostró al hablar del Anteproyecto de la Ley de Mecenazgo así como reformas en el IRPF que prepara su departamento, que prevé, entre otras, una deducción en el IRPF en el tramo autonómico por el consumo de cultura (lo que significa que será deducible hasta una cantidad lo consumido en cine, teatro, libros…); también la deducción por donación en cultura (aquellas personas que donen cantidades de dinero a centros culturales, librerías, bibliotecas…) que permitirá beneficiarse de su correspondiente deducción en la declaración de la renta… Todo ello fue más abundantemente expuesto por la viceconsejera que, a continuación, cedió el testigo al director general de industrias creativas quien expresó lo que tiene previsto llevar a cabo su departamento (entre otras: digitalización de libros que estén descatalogados de autores contemporáneos, profundizar en la necesidad de que el libro llegue a los colegios, las bibliotecas y los clubes de lectura…), y, finalmente, el director del CAL explicó lo que llevará a cabo su departamento en el ámbito de sus funciones como el circuito literario (se prevé la participación de 800 escritores/as), el programa de club de lectores, la presentación de libros… y algunos otros programas novedosos que en su momento se irán viendo.
       
         Desde luego que todos los allí presentes saludaron con beneplácito esta iniciativa del consejero que nos permite dar voz a lo que opinan los diversos sectores implicados en el libro, que nos vemos gravemente perjudicados en la actual situación económica pues somos conscientes de que todavía la cultura sigue siendo la gran pagana de las crisis. No obstante, las medidas expuestas, de ser llevadas a cabo, serán buenas para el sector sin duda. Y les agradecimos que contaran con nosotros, al menos en la comunicación. Pero el camino habrá que recorrerlo con prudencia.
           Después hubo un turno de intervenciones de los allí presentes. En primer lugar intervino el presidente de los editores, Álvaro Luengo, que expresó sus opiniones al respecto. En nombre de la Asociación de Escritores y Críticos Literarios hablé yo. Me congratulé por lo escuchado pero somos precavidos porque como le expresé al consejero todo pacto o actividad debería ir acompañado de su correspondiente memoria económica para hacer creíble lo programado. También hice hincapié en una serie de principios que forman parte de las señas de identidad de la AAEC:
1. La necesidad de emplear todos los medios para la difusión del libro andaluz a través de los programas respectivos en centros escolares de diversos niveles educativos y en la Universidad. Es triste que el alumnado andaluz desconozca la literatura de los escritores y escritoras contemporáneos. Le hablé del proyecto que se presentó en su momento a la anterior consejera Rosa Torres.
2. Les recordamos proyectos del pasado que en su momento pasaron desapercibidos y que iban en esa línea.
3. Les recordamos que había una carta del presidente José Antonio Griñán con una serie de compromisos como la Mesa Andaluza por la Cultura.
4. Hablamos también de la necesidad de tener un foro anual, un encuentro similar al que se realizó en Antequera durante 2012. Insistimos en la necesidad de escuchar al sector porque solo a través del diálogo podría hacerse comprensible la realidad.
         Después hubo diversas intervenciones de Rafael de Cózar, de Antonio Rodríguez Almodóvar, de los bibliotecarios, otros editores… que expresaron diversos pareceres, así como de Francisco Basallote en nombre de la ACE, que habló de la posibilidad, en tiempo de crisis y ante la situación que impide la compra de libros por las bibliotecas, de crear un sistema centralizado para que los autores/as puedan enviar sus libros a universidades, bibliotecas… y que de ese modo el público tenga la posibilidad de que se conozcan las obras de autores contemporáneos.
           El ambiente fue distendido y amable. En su despedida el consejero nos dio las gracias por nuestra presencia y nos habló de la posibilidad de que estas reuniones podrían mantenerse a lo largo del tiempo.
       
Imagen de la reunión de septiembre de 2012
J. García Pérez (presidente ACE), Luciano Alonso (consejero de Cultura Junta de Andalucía), F. Morales Lomas (presidente de la AAEC) y Montserrat Reyes (secretaria general de Cultura Junta de Andalucía)

ANTONIO CARVAJAL, PREMIO NACIONAL DE POESÍA


ANTONIO CARVAJAL ENTRE LA POESÍA PURA Y EL COMPROMISO ÉTICO Y ESTÉTICO (III) POR F. MORALES LOMAS



El Preludio con el que comienza Casi una fantasía, como en cualquier pieza musical, es un ensayo instrumental de voz y canto, sirve para fijar el tono antes de comenzar la obra, y así lo considera Carvajal, no sólo por ser el apartado más reducido sino porque entendemos que se sitúan los motivos fundamentales que van a encontrar amplio desarrollo y eco en los apartados siguientes. La luz y el fuego como símbolos de la existencia, de tanto arraigo en Fernando de Herrera, surgen como motivo inicial del poema: “Amanezca otra luz, si el fuego sabe/ nadar entre dos cielos...” Ese principio quieren las cosas como si se tratara de crear ex novo, como si comenzara la existencia, es el preludio inicial en el que la disquisición o la luz o la penumbra hermosa se resuelve en el canto gozoso de la poesía. Un canto que llena la segunda estrofa, reiterada como isotopía semántica en los cuatro apartados que componen el libro: en el Preludio (versos 8-9) “Canten todos: los jóvenes, los viejos,/ acorde en su vuelo hacia la aurora”; en el Adagio (versos 38-39): “Todos cantan: Los jóvenes, los viejos./ Es el coro de las generaciones” y en el 45: “Cantar, cantar, cantar nuestro destino”; en el Scherzo (versos 98-102): “Todos cantan: los jóvenes, los viejos./ Es el coro de sus generaciones./ Todos vibran y cantan. Todos vuelan/ y es cantar y volar el bien que anhelan...”; y, finalmente, en el Allegro (versos 86-89): “Todos cantan, los jóvenes, los viejos,/ es el coro de sus generaciones./Todos vibran y cantan. Todos vuelan/ y es vivir y cantar el bien que anhelan”. Una exaltación del canto que es todo un homenaje a la existencia como si ésta súbitamente comenzara, de ahí los continuos motivos alusivos al viaje (“como nave...”, “zarpé hacia el mundo...”). Un comienzo apoyado en la vibrante aliterada en la tercera estrofa: rompan, palabra, abran, ríos, mar, abra, promesa, extender, banderas, resplandor, primaveras, etc. Pero en lugar de ser entendida como un canto a la aspereza, lo comprendemos como el servicio de la fonética expresiva al terremoto de la creación.
          El poeta, como ese navegante de El Criticón, zarpa imaginariamente al mundo, pero es muy consciente de que “el mundo era una herida”. En las dos estrofas siguientes trata de sortear la distancia de ese mundo como “sorpresa y aventura” (cuarta estrofa) o como “sorpresa y desagrado” (quinta estrofa). El mundo como “sorpresa” comprendería la vida como juego, una imagen idílica de la existencia en ese edén mágico en el que el polisíndeton y la aliteración de la vibrante cumplen un papel reiterativo preciso: “...casi posible de alba y fresa/ puro y reciente y venturoso y mío”. Pero también el mundo “desagrado”, con la metáfora definitoria e hiperbólica y de nuevo con la aliteración de la vibrante: “esa enajenación que en el costado/ marca con hierro ardiente los errores/ Amarga el mar si el sol le sorbe el jugo”.
       Una disquisición antitética entre un mundo-aventura y mundo-desagrado que le lleva a plantearse la pregunta retórica: “¿Qué esperaba?”. Una pregunta que no posee la respuesta sino la duda, una duda plagada de sensualidad en la que vemos una clara influencia de Vicente Aleixandre cuando dice Carvajal como respuesta: “Acaso labios como armada lava” o “labios como pluma y gozo”. Una estrofa en la que se configura la disposición de los contrarios ante el mundo que adviene como en el origen de la creación a través de la configuración de campos semánticos contrapuestos: hosco fuego, arpones, rotos, halcones frente a armada lava, pluma y gozo, alborozo o lúganos (en realidad este último vocablo no es proparoxítono según el DRAE y el “Diccionario de uso del español” de María Moliner; Carvajal cambia el acento sobre él para configurar un ritmo basado en los acentos en 1ª, 4ª, 6ª, 8ª y10ª en un endecasílabo enfático  y no en uno heroico; un endecasílabo con cinco acentos sobre vocales también contrapuestas, pues tres van sobre vocales cerradas y dos sobre vocales semiabiertas). Una lírica de profunda musicalidad en el que si el heroico, en la estrofa que comentamos, es habitual en los dos últimos versos, es sustituido por el enfático en un afán de ascensión e intensidad, un hecho que también desde el punto de vista fonético se consolida con la aliteración de los fonemas vibrantes y la epímone de brinda, evidente elemento de arrebato verbal.
          El advenimiento de un mundo que crea la metáfora del “otro rostro” (en una paronomasia resolutiva) y el símil del arcángel (espíritu angélico, perteneciente al octavo coro, intermedio entre los principados y los ángeles) al que se demanda la salvación. A través del símbolo del espejo en el que se refleja ese “otro rostro” llega “silente” y “violeta”, definición adjetival muy del gusto modernista y la predisposición fonética a la acentuación en la vocal /e/ al comienzo de cada verso: silente, violeta, supliqué (en dos ocasiones). Liberación de esa cárcel del otro yo (a través de la ruptura del espejo) que se consigue en la última estrofa de este Preludio cuando el arcángel se convierte en salvador en los anafóricos versos cuarenta y cuatro y cuarenta y cinco. Unos versos en los que como decía Pedro Provencio Carvajal apunta “a una poesía como bálsamo reconfortante, como única armonía posible entre el poeta y el mundo hostil”.


       El segundo apartado Adagio, precedido por un verso del “purista” Paul Valéry: “Il faut tenter de vivre”, advierte del tema como recordaba el poeta ab initio con un movimiento lento lleno de exaltación vital, toda vez que las ataduras de antaño han quedado liberadas por la ayuda del arcángel. Una lírica en la que el paisaje y los elementos que lo configuran, todo gozo, adquiere un musicalidad extraordinaria y una sensualidad preciosista. Tomando como recurso el apóstrofe, ahora se dirige a ese arcángel salvador para expresarle que la luz (ese nuevo simbolo remozado por la existencia, ese tenter de vivre) sabemos que sólo tiene sentido en el amor, muy similar en su concepción teórica a los versos de Herrera: “La luz de hermosura verdadera,/ por quien suspira el venturoso amante,/ por quien en esperana desespera”.
          El conocimiento preciso de la disposición fónica y la configuración del proceso rítmico adquiere en la segunda estrofa todo su sentido en unos versos metaliterarios en los que las “aes” son broncas y las “oes” roncas, y las líquidas en aliteración “lirias y lauros y un lirial de lises”, un despegue sonoro hacia esta nueva sensibilidad conquistada, que en la aliteración de la sibilante y la alternacia /e,i/ encuentra su mayor expresión sensual: “sentimental, sensible y sensitiva” (verso 15) que tanto advierte de sus débitos modernistas.
         El canto de los jilgueros, la devoradora alegría y la siempre solícita imagen del vuelo adquieren la perfecta modulación en el inicio de la aliteraciòn de la estrofa cuarta: “Era la era del granar primero”, progresivamente amplificada a través de otros términos siempre positivos en los que la isotopía fónica configura todo un proyecto vital: jilguero, aurora, amarantos, ardiente, alegría, volador, placer y reacio. La sutileza y reiteración de la vibrante, lejos de conformar una sensualidad bronca producen un despegue vital, como la vibración inicial a la vida, el despertar ahíto de los sentidos. Una exaltación a la vida constante en las estrofas ulteriores, el tema del salto vital (con la glosa de Beethoven), el canto del “sonoro río”, el vuelo recortado de los pájaros, la exaltación del canto. Todo debe ir dirigido hacia el verso axiomático de Valéry: tenter de vivre, es decir, el intento debe ser “mirar al sol, hasta quedarse ciego”.
         El poeta se siente inmerso en un proceso de éxtasis vital que produce una clara identificación con el paisaje, la naturaleza y los pájaros, que son contemplados desde la óptica de un remozado pensamiento, porque como decía el propio Carvajal en otro momento, aunque aplicable a éste, trata de “aliar, en estos poemas, la melodía de la voz y la melodía de la idea”. Así esa integración se produce con el recurso a todo tipo de sonoridades, como las sibilantes y laterales en la estrofa novena, o las vibrantes en la octava o las nasales en la séptima, o las velares sordas en la décima: “acostumbrado, canto, ronca, caracola, acanto”.
       Por un momento esta algazara vital se ve ensombrecida por la súbita aparición del símbolo del antiguo miroir glissé y la metáfora de la niebla (“y un latido de niebla en su hermosura/ sigue las pulsacioens de tu herida”) que surge en toda su consistencia. Pero es el ángel de la brisa quien lo conduce hacia el mar, una configuración alegórica en la que la amplificatio adquiere todo su sentido también vital: un caracol marino suena, canta la espuma, te atreves, entras, te sumerges. El motivo de la inmersión en el agua es una forma de plenitud, de amor conseguido en el que de nuevo la aliteración de la vibrante corrobora la dicha cuando el vuelo se alcanza: “Riza el ala en su roce raudas olas;/ las transporta a rubores, a caracolas”.  El poeta en las últimas estrofas se despide de ese descubrimiento de la naturaleza y regresa a la ciudad pero en su memoria queda esa ambientación natural de la alegría resucitada: “Sonoro pie, sonora voz, sonoro/ el corazón y, en las pupilas, oro”.

        Si en el segundo apartado Carvajal es más garcilasiano en las resonancias del paisaje y la naturaleza, en la tercera,  Scherzo, se produce un acercamiento hacia la poesía mística en ese ansia de elevación (“...Todos vuelan/ y es cantar y volar el bien que anhelan”) pero también en expresiones de tan evidente tradición mística como “temblor remoto”, “tormento sin delicia”, “siempre asciendes, siempre aspiras/ a la luz, a los labios, a las piras/ del árbol del amor”, etc.  Así el amor adquiere una fuerza capaz de ennoblecer la esfera terrenal y unirla a la celeste.
           Un Scherzo con movimiento ágil y estimulante en el que Carvajal ofrece el concierto alegórico de la subida, de un éxtasis que siempre es amoroso (“Un caballero de oro me desea”) en el que los instrumentos retóricos del amor como en la literatura mística son los mismos que los del amor carnal y la elevación de los sentidos es una forma de éxtasis espiritual: “....quiero/ subir hasta los altos corredores”. Desde el siempre presente recurso a la apóstrofe, con el que pretende un desdoblamiento, se van encabalgando las cinco primeras estrofas de este Scherzo, un subapartado de la subida, en los que se impone una orientación del camino a seguir (“orientar tu desvío”), a través de un discurso alegórico-simbólico en el que la desviación inicial o iniciático-simbólica se construye a través de la imagen de las aguas que orillan el césped o se consiente en un mundo alusivo al deseo “obscenamente enturbia, obsceno abreva” y la inmersión del corazón.
        El lenguaje se van conformando con un alusivo cripticismo misterioso en el que surge el diálogo en la estrofa séptima y la visión de “un caballero, oro en la frente/ con los labios de oro y las mejillas”, del que después en la estrofa duodécima dirá: “Un caballero de oro me desea”. Visión subliminal en la que tanto podemos observar ese amor real cuanto la conformación de una perífrasis, caballero de oro, que despide ese ansia de amor. Pero existe una confusión inicial porque se anuncia que es un “afilador de las cuchillas”, un ave de mal agüero a la que rechaza el poeta porque, como dirá en la estrofa undécima, éste quiere “subir hasta los altos corredores” y no morir joven, porque esa muerte anunciada no podrá contra la juventud de un pecho recio con “un furor y una sangre y una boca”, polisíndeton con el que intensifica esa necesidad de asentamiento personal en el desarrollo de la vida, fiel a su camino, ajeno al “afilador de las cuchillas”.

sábado, 26 de enero de 2013

PUERTA DEL MUNDO DE F. MORALES LOMAS POR ANTONIO GARRIDO MORAGA (DIARIO SUR DE MÁLAGA)

RESEÑA DE ANTONIO GARRIDO MORAGA SOBRE PUERTA DEL MUNDO DE F. MORALES LOMAS EN DIARIO SUR, 26 DE ENERO DE 2013, pág. 44.





CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Todos somos mundo, 


pero no sabemos

 

cuál


2
6.01.13 - 01:23 - 


El poemario del autor jiennense se articula en cinco partes y me parece muy reveladora la cita de este verso de Ángel González: «La esperanza es el quicio de una puerta». El hallazgo lírico radica en la selección de la palabra 'quicio', podría haber sido también 'quicial', que se ofrece como un ángulo de fuga más que como una parte de la puerta o de la ventana. Morales Lomas selecciona del paradigma posible la unidad 'puerta' que se completa con 'del mundo'; es decir, conocimiento, investigación y poesía perfectamente incardinada en la realidad con vocación de permanencia. La palabra lo es en el tiempo y ese tiempo la determina en primera instancia y esta aparente servidumbre, que no lo es, si como en este caso el poeta supera lo inmediato, se convierte en virtud textual, en poesía sin más adjetivos.
El poeta se siente en el mundo y sufre con el mundo, mucho más cuando la injusticia se hace monarca de la vida de tantos, cuando el materialismo más soez se convierte en globalización, cuando la corrupción es el vaso sucio que todo lo mancilla como afirmó Bertolt Brecht y siendo esta realidad materia de creación la supera con la belleza justa y precisa que discurre como linfa en un paisaje hostil en muchos casos, en la mayoría de ellos. Es evidente el esfuerzo y lo granado de los resultados. La palabra se hace itinerario de un deseo humanista que tiene al 'yo' como forma más pura de enunciación, como la esencia de una manera especial de confesarse, de unirse a todos en la común tarea de cansar los años, que eso es el vivir.
El punto de partida, en (I,1): «La esperanza es el quicio de una puerta que se abre / al mundo donde todo está por descubrir». A partir de esta afortunada imagen el poeta desarrolla un magnífico ejercicio de recuperación de la memoria que se articula en diferentes niveles de significación con logradas formulaciones: «Mundo (.) lejano y transparente», «.rumor de cohetes / y gratas apariencias, castillos de azúcar», «Mundo refugio, mundo más allá de sí mismo» pero a ese universo, observe el lector la originalidad de la imagen «lo dificultan temperaturas bajas / y dolientes conciencias, resistencias ancianas». El último verso establece una restricción previa al desarrollo de lo que sigue: «Se ha abierto una puesta y en el umbral luz acaso».
En (I,3) encuentro el mito de la tierra de la abundancia que busca el «explorador», una tierra donde la belleza tiene su asiento pero el poeta queda suspenso en la interrogación: «¿Dónde vas con el ánimo en llamas y los pies heridos?» Al encuentro con la utopía que toma forma en una comunión esencial con la naturaleza. El poeta es «Un hombre solo en busca del aceite dorado». Quiero destacar la unidad de estructura, el nivel lírico sostenido, el apasionado tono reflexivo y el equilibrio en el nivel de uso del lenguaje.
Una esencial indagación del yo al 'otro' sin caer en la facilidad de lo que puedo calificar como coyuntura, ni en la designación cómoda de lo inmediato; así en (II,1) el poeta se reviste de la dignidad estoica para mirar a la cara a la muerte cuyas «escaleras» sube en «una mañana de sol y candelas». En (II,5) la fragilidad del poeta, que es la nuestra, es naturaleza de «un sueño impuro» del que nos rescatan purezas ancestrales como en (IV,3) la imagen de la madre. Poemario de madurez, intenso, con un punto irónico y otro de elegía, lluvia del recuerdo y del presente.

PUERTA DEL MUNDO DE F. MORALES LOMAS POR RAFAEL DE CÓZAR (CUADERNOS DEL SUR DE DIARIO CÓRDOBA)

RAFAEL DE CÓZAR RESEÑA PUERTA DEL MUNDO DE F. MORALES LOMAS EN CUADERNOS DEL SUR DEL DIARIO CÓRDOBA, Sábado 26 de enero de 2013.


Puerta del mundo de F. Morales Lomas, Ediciones En Huida, Sevilla, 2012.


Diario Córdoba | Sábado, 26 de enero de 2013

Diario Córdoba.
Cuadernos del Sur

Poética de la crisis

Francisco Morales Lomas publica 'Puerta del mundo'

Rafael de Cózar 26/01/2013
No voy a entrar en su extensa bibliografía y su muy premiada trayectoria profesional que pueden encontrar en Google. Tan sólo señalar que pertenece a ese relativamente novedoso clan de escritores-profesores que tiene en Andalucía tantos nombres destacados, desde Antonio Carvajal a Luis García Montero, Jiménez Millán o Alvaro Salvador, Ramírez Lozano o Manuel Jurado, y narradores como Vaz de Soto, Eslava Galán, o Salvador Compán, por citar sólo unos pocos ejemplos. Este fenómeno me parece interesante, pues en algunos casos, como fue el mío, la aspiración de ser escritor es lo que nos hizo estudiar humanidades y dedicarnos a ellas profesionalmente.
Sólo en el género poético tiene Paco más de quince libros publicados, contando sus antologías y plaquetas, y no menos extensa es su producción narrativa, ensayística o teatral, como ya señalamos. Puerta del mundo (Ediciones En Huida, Sevilla, 2012) es evidentemente una obra de madurez, no sólo literaria. Creo que Paco ha condensado oportunamente estos tiempos de crisis, y él mismo se encuentra, según se deduce del libro, en esa etapa en la que el futuro te lleva a sumir el pasado, con sus dudas y sus héroes ya vencidos, o las perspectivas que no se cumplieron, el mundo por el que luchábamos, pero también con nuevos sueños por vivir, aun sabiendo que son sueños. En el libro hay algo de desolación, producto del compromiso, la tensión entre la realidad y el deseo, que diría Cernuda. Manuel Mantero solía preguntarse la razón por la que los poetas andaluces somos tan tristes, pero si algo de razón tiene, creo que habría que matizar que es una tristeza que viene del conocimiento de la realidad, que sin embargo asume, como refleja el flamenco, donde raras veces se acude a la rebeldía manifiesta, o se entra en detalles, pues ya al mostrar ya se está denunciando. En muchos de los poemas de este libro se refleja la idea de que, aunque ya "la vida es un dulce sol de otoño", hay que seguir para "respirar la mansa luz que llega con el alba". Buero Vallejo solía decir que la literatura de evasión, contra lo que puede parecer, es la realmente pesimista, mientras el drama siempre esconde denuncia, siempre aspira a una solución.
La naturaleza, el paisaje está muy presente en los poemas de Paco y viene a ser el marco a través del cual se expresa el sentimiento, el estado de ánimo del poeta. El mar, las montañas, las nubes, los pájaros, el jardín, la lluvia, son los rostros de ese mundo cuya puerta es el ansia de comprender, de entender, la poesía como forma de conocimiento, de indagación en el sentido de la vida y de la muerte, pero con ese pragmatismo tan andaluz que asume lo que vendrá: "No hay que precipitarse/ en el vacío/, ya se precipitará él en nosotros".
El libro no es efectivamente la puerta que tenemos y desde la que observamos el mundo, sino la puerta que buscamos, la puerta que quisiéramos abrir, es decir, la poesía como permanente búsqueda del conocimiento de la realidad y su interpretación, lo que permitiría transformarla. En sus poemas se evidencia la crisis en la que estamos, pero obviamente no es la crisis económica, sino algo más importante, la crisis espiritual, existencial de la época en que vivimos. No se olvide que Paco pertenece a esa misma generación de los que teníamos un frente común, un sistema contra el que luchar, pero tal vez habría que decir lo que el poema de Machado, Una España joven : "Y es hoy aquel mañana de ayer... Y España toda,/ con sus sucios oropeles de Carnaval vestida/ aún la tenemos: pobre y escuálida y beoda;/ mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida".
Ese desaliento, a veces evidente en los poemas de este libro, es el acicate para seguir investigando, buscando, es decir, viviendo. Si ya la infancia es un sueño, con lo que pudimos y no pudimos realizar, también queda un futuro, una puerta a ese mundo que puede llegar a ser lo que ahora soñamos. Por eso no es un tipo de poesía pesimista, porque el pesimismo es pasivo, invita a dejar las cosas como están. Y este es un punto más o menos constante en la poesía de Paco Morales Lomas. El compromiso humano, sabiendo además que no vale por sí mismo en la poesía, y que esta tiene que funcionar como tal, algo en lo que parecen coincidir la mayoría de los poetas andaluces. Si no hay poesía, el compromiso se diluye...
'Puerta del mundo'. Autor: Francisco Morales Lomas. Edita: Ediciones En Huida. Sevilla, 2012

Martín Lucía, F. Morales Lomas y Rafael de Cózar

LMar

miércoles, 23 de enero de 2013

PRESENTACIÓN DE PUERTA DEL MUNDO DE F. MORALES LOMAS EN CÓRDOBA


F. Morales Lomas y Manuel Gahete (Córdoba 22 de enero de 2013)


Información aparecida en el Diario de Córdoba el día 23 de enero de 2012.


EL AUTOR PRESENTA EN CÓRDOBA EL POEMARIO 'PUERTA DEL MUNDO'

Morales Lomas se adentra en el humanismo con su nuevo libro

Apuesta por una actitud crítica ante la sociedad y por una poesía solidaria



CARMEN LOZANO 23/01/2013

El escritor jiennense Francisco Morales Lomas presentó ayer en el Círculo de la Amistad de Córdoba su nuevo poemario, Puerta del mundo(Ediciones En Huída), un libro que el autor engloba en el humanismo solidario, una corriente crítica de la literatura y nueva en el panorama actual a la que pertenecen artistas de todas las disciplinas. "Es un movimiento fundamentalmente crítico ante esta situación en la que nos encontramos, y consideramos que, como intelectuales o personas que nos dedicamos a cuestiones relacionadas con el arte, tenemos que denunciar cada uno desde su perspectiva", señala el autor, que añade que este libro incide en esta línea, adentrándose en la problemática de la sociedad actual, en sus contrariedades más candentes y en los procesos de configuración de un tiempo nuevo en relación con un pasado que había creado otras expectativas. "Decía Antonio Machado que cada época tiene una nueva sentimentalidad y yo creo que la que corresponde en estos momentos es la sensibilidad que apuesta por una actitud crítica ante la sociedad y por una poesía solidaria, que abandone la esfera más individual y egocéntrica que puede tener un poeta y tienda más hacia a la contemplación de lo que sucede en la sociedad", continúa Morales, al que los versos le parecen un vehículo perfecto para este fin. "Desde la interioridad que tiene la poesía también se puede llegar a los otros", aludiendo de nuevo a Antonio Machado y a esos poemas que "saben captar esa sensación del pueblo, lo que siente y piensa en un momento determinado".
Presentado en Córdoba por Manuel Gahete, este poemario que "despierta conciencias" se ha dado a conocer en otras ciudades y, según el autor, "es el momento de hablar de este tipo de poesía". Poeta, narrador, dramaturgo, ensayista, columnista y crítico literario, Francisco Morales Lomas ha publicado una cincuentena de títulos
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La creación literaria y el escritor

La creación literaria y el escritor
El creador de libros, pintura de José Boyano