domingo, 9 de junio de 2013

AHORA QUE AMANECES DE FELIPE SÉRVULO POR MORALES LOMAS




Hace unos días me ha llegado el libro de poemas Ahora que amaneces, del escritor giennense afincado en Barcelona, Felipe Sérvulo, presidente de El laberinto de Ariadna y editor del pliego de poesía del mismo nombre. Una bella edición de la Editorial Playa de Ákaba.

Es un libro sobre los afectos y la cotidianidad más presente, con un regusto amargo por momentos y enormemente sensitivo.

No lo registro como un libro de nostalgia, como dice Rossell en el prólogo, aunque la haya, sino como un libro anclado en el presente (de hecho son 24 horas de la vida del poeta las que imaginariamente transcurren en él, como en el Ulysses de Joyce), sincero, a veces duro; en ocasiones tierno, en otras conmovedor y, desde luego, un canto profundo a la amada.

A veces al leerlo me ha dado la impresión de estar escuchando algunas canciones de Serrat como Tu nombre me sabe a hierba, etc. De hecho lo cita junto a Brassens…

Un poemario sincero, sencillo, sobre el día a día, sobre la vida misma convertida en poesía y, como diría Antonio Machado para hablar de la poesía, a él se le puede calificar como de palabra en el tiempo. Un homenaje al sevillano también aparecerá de hecho en otros poemas.

Ese sereno viaje del tiempo al que se refiere en un poema. Desde luego que las referencias a él son continuas. La presencia de la amada es una garantía con su constante definición metafórica y alegorizaciones como cuando dice: “De las estaciones del año, te prefiero a ti”. 
La memoria, la antigua casa, la definición invariable de la vida, la metaliteratura (Salinas, Federico, Machado) y la amada como último baluarte. Un bello poemario lleno de emociones, sacudidas y aciertos.

Felipe Sérvulo



jueves, 6 de junio de 2013

Estudio crítico de Puerta del mundo de Morales Lomas por Filomena Romero



Crítica sobre Purta del mundo por Filomena Romero
( Dos orillas, Algeciras, Cádiz, núms. 3 y 4, 2013, pp. 110-112)

UNA PUERTA PARA OTROS TIEMPOS

Por Filomena Romero




“La esperanza es el quicio de una puerta que se abre al mundo donde todo
está por descubrir”. Con este verso casi sentencioso, comienza el libro de
Francisco Morales Lomas Puerta del Mundo, (Ediciones En Huida Sevilla, 2012,
Colección Crepusculario n º3) que fue presentado la semana pasada en el
Ateneo de Málaga.

La introducción corrió a cargo de la profesora de la Universidad de Málaga
Rosa Romojaro escritora y también poeta, quien ofreció una muestra
minuciosamente generosa en halagos, y donde Romojaro hace un estudio
exhaustivo del poemario mostrando un libro intimista y vibrante, hasta el
extremo de sorprender gratamente al propio autor.

El libro, surgido de una noble reflexión, es ante todo una toma de
conciencia no solo con el mundo actual que vivimos, que nos maneja y
destruye, sino con nosotros mismos. Así, el autor nos traslada y nos hace
pensar más allá de los puros convencionalismos actuales, donde el escritor
madura también interiormente, y se plantea una toma de conciencia al ver
pasar toda su vida delante de él: rebusca los recuerdos imborrables, sus
anhelos, sus luchas y dolores, y sobre todo las pérdidas afectivas, su madre.

“Me ato a tu débil cuerpo, al muerto que seré, / y no puedo dejar de irme
contigo, madre”. Todo ello conducido con el magisterio no solo profesional sino
con el planteamiento interior de un poeta en plena madurez. “Solo quiere vivir
la vida y que le dejen / con sus puertas sin árboles, con su umbrosa memoria /
y la cimas terrenas nevadas por el viento. / Rey de su propio atuendo y
desgracia nimbada. / Pirata del destino, personaje de fábula. / Como todo
poeta cárcel de impulsos ciegos”.

Ya no existen intelectuales. Los verdaderos intelectuales han desaparecido,
absorbido por este mercantilismo desenfrenado donde el imperio de esta
sociedad nos sumerge a todos. De ahí la verdadera frustración de los
verdaderos poetas, de los poetas puros.

 “No hay pájaros, amigos, sino dulce
nostalgia / de un momento. De un mundo extinguido en sus himnos. / En su
patria doliente, desconcertada y mísera./…/ El viento se estremece, hombres
odiados, temidos, / navegantes ingenuos, misterios de los mares. / Quiero irme
con vosotros y con vuestro delirio”.

El escritor ha madurado. El poeta ha reflexionado largamente y es de este
planteamiento generoso y de esta acción reflexiva que surge el poemario que
nos ocupa. 

“Por un momento soy Dios en la calma suave / de las olas que laten
junto a mí con dulzura. / Y soy nube en el aire cálido de la tarde,…/” El librito
(Colección Crepusculario, nº3) es un festivo tesoro, tan manejable y
preciosamente cuidado que hace que el lector se sienta cómodo al leerlo; su
fragilidad acerca más si cabe al lirismo de su contenido, comprometiendo a
los amantes de la poesía a compartir sus versos. Dividido en cinco partes,
escrito en versos largos de doce y catorce sílabas, junto con endecasílabos y
heptasílabos, los capítulos constan de siete poemas que van tomado intensidad
y compromiso según avanza el poemario.

En el capítulo (II) habla de su propia muerte “Y cada vez soy más canto
heroico / que en la noche busca el himno que emociona. / No me habléis de
sueños, ya los he vivido. / Vago de un mundo a otro, clandestino”. Se evapora
la vida, y entre quimeras la esperanza perdida desciende en su vuelo y se
siente naufrago de una sociedad a la deriva “Hay muchas palabras por explicar
hoy. / Un lenguaje ajado que no admite sílabas/ para un mundo oscuro que
guarda sus secretos./ Oscura espera y agónicos sueños./ Escribo ahora desde el
naufragio / y con botas puestas que alcancen lejos el vuelo / con sus dulces
alas y el vértigo firme”.

Sentir la necesidad de salir de uno mismo y mirar alrededor siempre
engrandece al ser humano y más al poeta, al escritor comprometido con su
mensaje y con su interior íntimo que le impulsa a darse y comprometerse en su
escritura.

La tercera parte (III) es la más bella musicalmente, con un ritmo
continuado y poemas, endecasílabos encabalgados, sentenciosos de anhelos de
vuelos y esperanza. Uno de los más bellos poemas es: “Paraíso cerrado para
muchos, / hoy llego, inocente, a ti, perdido,/ en esta espesura de celadas /…
“Yo, con mis dudas y héroes vencidos, / con mi jardines mustios y en silencios.
/ Aguardo a tus puertas que se orean / con coplas de juglares luminosos / en
pureza de fuego. Tan grande es / mi hambre y tan frágil mi tristeza”. Aquí se
muestra frente a la fragilidad de sus atormentados pensamientos.
Llegamos al final, la quinta parte (V); en este capítulo el poeta está más
maduro en sus sentencias, convencido de lo que quiere expresar; también es
la parte más desoladora, y a la vez de mensaje esperanzador.

¡Hay versos con los que me identifico plenamente!
El poeta en su engrandecida sensibilidad termina diciendo:
“Los hombres duros se alimentan del rescoldo / de los salones fríos. /… / Son
hombres duros porque la vida / no les pertenece. Le es ajena./…/ Los
hombres duros nunca se hacen preguntas / porque tienen todas las respuestas
/ Protégeme, maestro, de tanta fortaleza”.
Finaliza la composición con un poema a la evocadora lluvia. “…Hoy es de
nuevo la lluvia / contra la fachadas, / la lluvia persistente de otras vidas, / y la
necesidad de encontrar / la puerta del mundo. / Aceptarnos en el aire que
respiramos, / en los pasos que hemos dado, / en el retrato de la pared, / en los
árboles que crecieron / mucho más que nosotros”.

La lluvia símbolo de desamparo, dolor y llanto. También es el de la
fertilidad del agua generosa y la que limpia, con la imperiosa necesidad de
encontrar la verdadera y esperanzadora puerta del mundo.

L. García Montero, Filomena Romero, F. Morales Lomas

ANÁLISIS CRÍTICO DE PUERTA DEL MUNDO DE MORALES LOMAS POR ALBERTO TORÉS



(Este estudio ha sido publicado en la revista Dos orillas, Algeciras, Cádiz, núms. 3 y 4, 2013, pp. 106-109. Revista dirigida por la escritora y poeta Paloma Fernández Gomá)
http://www.revistadosorillas.com/



(Este estudio ha sido publicado en la revista Dos orillas, Algeciras, Cádiz, núms. 3 y 4, 2013, pp. 106-109)

LA POESÍA DE LA ESPERANZA

Puerta del mundo, Francisco Morales Lomas, Ediciones en Huida,
Sevilla, 2012.

Por Alberto Torés


Con el autor, el lector asume como propio la idea de “la esperanza como
el quicio de una puerta que se abre al mundo donde todo está por descubrir”.
A todas luces, Francisco Morales Lomas aplica, de manera práctica y desde la
perspectiva poética, la hoja de ruta de lo que viene conociéndose como el
Humanismo Solidario.
Puerta del mundo que es el poemario que nos ocupa, aunque en general, toda
su producción escrita, poética esencialmente, muestra siempre un manifiesto
vitalismo, mejor aún, una esperanza que se fundamenta en la tradición para en
su recorrido de creer y descreer presentarse ante el futuro con eternos y
renovados signos de libertad. Sin duda, la poesía es el espacio por excelencia
de la libertad, pero no sólo la palabra poética le deja ver el mundo con una
mirada libre. La palabra poética es también una gozosa y sustanciosa manera
de conocer, de mantener un diálogo con la poesía desde un eclecticismo
inteligente y también, cómo no, de interiorización. El anhelo de expresar lo
íntimo, lo no dicho, lo no sabido, el secreto, en suma, lo más profundo del ser.
Puerta del mundo es una plena emanación de la vida con el sólido registro de la
historia como Pilar pero especialmente con un sentido agradecimiento hacia los
padres del poeta, lo que enfatiza un solidario lazo con las raíces, unas emotivas
imágenes que en su contemplación ofrecen unos textos impecables. Una
emoción intensa que contagia al lector y que se va a ir reconstruyendo a partir
de contradicciones , cruzando tiempo y duracion, efectos y creaciones, para
enmarcar categóricamente que la palabra piensa. “Las mejores palabras en el
mejor orden” que diría Luis Cernuda, quizá al comprobar que las palabras
tienen un primer sentido y un segundo figurado, que además en materia
poética, dispondrá de un tercer sentido, el libre fluir del pensamiento expresado
para unirse a nuestras existencias, a nuestro pasado, a nuestras maneras de
amar, a lo vivido y proporciona un sugerente, universal y bello poemario con el
que poder identificarse.
Sería una osadía afirmar lo evidente, esto es, considerar a Francisco Morales
Lomas como un escritor incontestable y radicalmente necesario. Un escritor
humanista en la más clásica acepción del término, pero dada la belleza de la
desobediencia, lo afirmo. Me limitaré a deciros www.moraleslomas.com
En efecto, acabáis de comprobarlo. El humanismo moralesiano abarca tantos
géneros como inquietudes humanas.
La reflexión filosófica y el discurrir literario en ensayos, la novela, el teatro, la
columna periodística, los manifiestos político y poético, los tratados didácticos,
las prácticas docentes, la poesía, es decir, el placer del estudio y la creatividad
como justificación para dar sentido a nuestro paso por este escenario. El
hombre es el punto de partida de la escritura de Morales Lomasny es también
el punto de llegada de las acciones humanas.
Puerta del Mundo piensa esa doctrina centrada en el hombre con el
descubrimiento del otro, sin escapar al tejido relacional con el medio. Con la
certeza de estar asistiendo a un nuevo orden o al menos a una sociedad en
plena transformación, quiere dotar al poema de significación máxima, como
medio de enriquecimiento de la condición humana en todos los planos al
alcance, cultural, reflexivo, artística, estético, ético. La imagen del árbol tan
recurrente no sólo en el ámbito literario, tiene aquí plenos poderes en cuanto a
relevancia simbólica se refiere.
Juan Goytisolo desarrolla su idea de la literatura con esta imagen del árbol de
las letras al que cada escritor agrega una rama, una semilla o una hoja por su
propio acervo y experiencia posibilitanto el enlace con otras partes del árbol,
con la totalidad, porque ha representado la vida del cosmos, su densidad,
generación y regeneración; de igual modo, se le reconoce una esencial
transmutación, un divagar de eje entre los mundos. En el poema II de la II
parte :
Vago de un mundo a otro, de ilusiones
me nutro y absorbo el ruido de los sueños
y cada vez soy más canto heroico
que en la noche busca el himno que emociona.
No me habléis de sueños, ya los he vivido.
Vago de un mundo a otro, clandestino.
De manera más categórica también, el árbol de la ciencia indica el proceso
evolutivo, el crecimiento de la idea, la vocación, la puesta en marcha de la
imaginación creadora. Una unión marcadamente interdisciplinar lleva al
conjunto del árbol a representar caminos completos. Consciente de ello, el
poeta localiza el fondo del humanismo solidario y escribe en el poema VI de la
II parte:
Hombre, me dijeron, y me hice árbol,
tronco vigotoso, raíz que se hunde
en tierra y horada los profundos mares.

Alberto Torés

Localiza el tropel de músicas, los impulsos cálidos, los enigmas de la patria, la
fragilidad de la tristeza, las palabras inexplicadas, las sonrisas de las madres,
las dudas, los héroes vencidos, el vértigo de la fatalidad, la historia prisionera,
la calma quietud, las quimeras solemnes, lo intangible y lo material, los
interrogantes y las respuestas, el orden de las cosas y lo efímero de los
tiempos, inicialmente como producto de un clima pesimista: la crisis económica,
la guerra ideológica, la angustia, los progresos técnicos, la consideración del
hombre como individuo productor y consumidor, la sensación de pérdida de
referencias, la muerte que por más que forme parte de procesos naturales y
tengamos conciencia de ello, nunca se está lo suficientemente preparado para
su aceptación.
Sin embargo, Morales Lomas busca el territorio para que el hombre no sea
lanzado sin razón a un mundo desprovisto a veces de sentido, y para que
participe en la historia y sociedad.
Por tanto, si el existencialismo aunaba esas dos tendencias, la de poner en
valor lo absurdo de la vida y la de destacar la solidaridad, el compromiso, el
servicio social, por más que los críticos interesados resaltaran únicamente el
primer aspecto, nuestro poeta dueño de sus actos, destino y pensamientos lo
expresa con una fuerza y una belleza incuestionables en el poema VI de la I
parte:
Cielo azul de mi infancia, los árboles distantes,
la vida, que despierta de un profundo letargo,
se rebela suave en su impávida belleza.
Miro al mar sin dueño, sus celajes de sal,
el sueño de la arena, su memoria de rosa
seca que dulce embriaga la bondad de este canto...
Por un momento soy Dios en la calma suave
de las olas que laten junto a mí con dulzura...
Y siento que también yo soy un sueño lejano
que de tarde en tarde llega hasta mí y palpita
y corea ufano la alegría de ser.
Son los escalones de la nostalgia y la palabra dada al mundo los componentes
del nuevo poemario de Morales Lomas, pero sobre todo, el deseo de hallar la
serenidad en el espacio y en el tiempo, con una respuesta y no un murmullo
expresada desde lo más íntimo. Siempre he considerado esa virtud de Morales
Lomas para hacer brotar de los profundos surcos de la memoria imágenes que
se fijan en la página en blanco con una brillantez asombrosa. No hay silencio ni
siquiera deseos de traducir silencios, ofrece más bien su verso minucioso,
cómplice de irónica ternura a veces para rendir homenaje a las raíces, al amor
de los padres.
¿Te acuerdas de la primera lluvia?
Mucho antes de la declaración de la renta,
de que el corazón se consumiera
en una odisea de instancias,
de que el corazón escandalizara
el paso del tiempo.
Es indudable que estamos ante una escritua meditativa, reflexiva y que el tono
poético que no desea titularse. De ahí que no figuren títulos, sino 5 partes,
cada una con 7 poemas salvo una de cinco textos. Se trata de una reflexión
sobre el tiempo realizado desde varios flancos, desde varios tiempos, aunque
destaca una conciencia personal ligada estrechamente a la temporalidad
individual del sujeto lo que nos lleva a la reflexión sobre el tiempo como uno
de los ejes temáticos de su poesía, y en concreta de este poemario.
No es casual que una de las llamadas externas sea la de Octavio Paz, es decir,
la asociación más evidente con la palabra “humanismo”, un humanismo
dialogante y crítico. También juega un papel relevante la mención del poeta
Auden cuya dimensión ética es un paradigma del humanismo solidario. No
digamos ya cuando Ángel González encabeza el apartado de citas, en el relieve
del paso del tiempo, en la temática amorosa diversa y cívica, con una escritura

con la esperanza como telón de fondo.

martes, 4 de junio de 2013

Los vampiros por F. Morales Lomas




Publico en Analecta Malacitana (Universidad de Málaga) el estudio "El recurso al vampirismo en la narrativa actual. De Polidori a Stephenie Meyer. Claves y fundamentos". Lo puede consultar en la siguiente dirección:





La creación literaria y el escritor

La creación literaria y el escritor
El creador de libros, pintura de José Boyano