domingo, 23 de junio de 2024

RESEÑA DE FRANCISCO MORALES LOMAS SOBRE "EN AGOSTO NOS VEMOS" DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

 

 

 

 

 

 

 

 


 

EL DESEO FEMENINO

Y GARCÍA MÁRQUEZ

SE PUBLICA EN AGOSTO NOS VEMOS DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

 

FRANCISCO MORALES LOMAS

 

“Este libro no sirve. Hay que destruirlo”. Estas fueron las dos frases que lanzó el Nobel colombiano en su sentencia final del libro. ¿Por qué se ha publicado entonces y realmente es un libro que debe ser destruido? Los hijos, Rodrigo y Gonzalo, afirman en el “Prólogo” al mismo las razones de su publicación: “En un acto de traición, decidimos anteponer el placer de sus lectores a todas las demás consideraciones. Si ellos lo celebran, es posible que Gabo nos perdone. En eso confiamos”. Sí que hay que celebrar esta obra que se lee con absoluto placer.

¿Por qué entonces ese juicio tan rubicundo de García Márquez hacia ella?

Creemos que para un escritor de su entrega y búsqueda de la perfección, y siendo consciente de sus últimos años con la pérdida de memoria galopante, el desvanecimiento de las facultades mentales, las muchas versiones… los hados no debían ser muy propicios a esta indagación de estilo, al último trazo que puliera el texto. Esta voluntad de exigencia justifica las palabras de García Márquez sobre una obra que realmente está muy lejos de sus grandes títulos, pero que tiene fragmentos y aromas claramente con olor a García Márquez, aunque falta el acicalado final, pero ahí está su inspiración sublimadora, su comprensión del ser humano y su gran tema: el amor.

Se trata de una novela de un centenar de páginas en la que, como dice el editor en la Nota, trabajaba en 1999 en un trabajo donde habría cinco relatos autónomos con una misma protagonista: Ana Magdalena Bach. El primer cuento es “En Agosto nos vemos”, que García Márquez había leído unos días antes del 18 de marzo de ese año en la Casa de América en Madrid junto a Saramago. Su idea era que formara parte de un libro que incluiría otras novelas con el denominador común del amor en personas mayores.

La figura de la mujer y la construcción de su personalidad, sus deseos más íntimos, sus ocultamientos, sus penumbras y la sublimación de la sexualidad inundan todo el relato de Ana Magdalena Bach, una mujer en plena madurez, con dos hijos y casada con un hombre que aparentemente la ama y cuyo matrimonio parece avanzar por una senda normalizada, al menos en la espuma, en la apariencia. Porque es evidente que ambos encierran sus secretos.

La obra comienza un viernes 16 de agosto cuando Ana Magdalena Bach (el homenaje a la música es evidente) regresa en el transbordador de las tres de la tarde. Cada mes de agosto toma este para visitar a su madre en la isla donde yace enterrada. Ese viaje iniciático lo es hacia sí misma, hacia su mundo cercenado, hacia su eros imaginado, hacia una cultura no paternal, hacia la exaltación de un mundo propio y personal históricamente traicionado, como diría Foucault en su Historia de la sexualidad. El viaje novicial hacia un mundo que ya es suyo exclusivamente, un perfecto pretexto para construir otra visión de esta mujer, ahora presa del deseo, de la pasión… como pulsión máxima de un adulterio deseado. A través de procesos descriptivos simples, pero de gran perfección e interés (la mano del narrador colombiano está siempre presente), nos ofrece su recorrido y su contexto vital, así como los intríngulis de las razones de su madre para ser enterrada en la isla, casi un secreto, como veremos: “Era el único lugar solitario donde no podía encontrarse sola”. A medida que su viaje se perfila va mostrándonos el autor las lecturas de ella: Drácula, El lazarillo de Tormes, El viejo y el mar, El extranjero… que invita al reconocimiento y la trascendencia de determinados placeres: la música, la ginebra con hielo y soda y el encuentro con un hombre, “ella lo conocía entonces como si hubiera vivido con él desde siempre”. La relación entre ellos, el sexo…, sus deseos más líricos: “Ella le habló de los hábitos de las garzas en la noche”. A partir de ese momento ella ya sería “otra”. Cierto sentido de culpabilidad aflora al yacer con otro hombre sobre todo por la sensación de sentirse envilecida cuando le ofrece dinero. Surge así su vida, la reconstrucción de la memoria, la adaptación al esposo y la vuelta de nuevo a la isla para ser infiel: “Todo ese orden cambió desde que ella volvió a la isla”. Un mundo construido fragmentariamente que García Márquez logra transmitirnos con maestría, con apenas unos trazos de impresionista que se adentra con resolución en la sensibilidad y la psicología de la mujer, van surgiendo amantes e inseguridades, pensamientos y lecturas de Borges, de Crónicas marcianas, y los cambios en su vida tras el tercer viaje cuando el marido comienza a hacerse preguntas y ella quiere descubrir también sus infidelidades en él.  El final misterioso es de una singular simbología y belleza, uno de los mejores logros de la novela que logra encender de nuevo la mecha del afecto y el reconocimiento hacia un escritor que se hizo universal desde su aldea, como ya en su momento nos dijo Tolstoi.

 


jueves, 20 de junio de 2024

RESEÑA DE FRANCISCO MORALES LOMAS SOBRE TESTAMENTO EN WÁTANI DE ÁNGEL GARCÍA LÓPEZ EN LA REVISTA PARAÍSO DE LA DIPUTACIÓN DE JAÉN

 

 

 


 

 

 

 


GARCÍA LÓPEZ, ÁNGEL (2023). TESTAMENTO HECHO EN WÁTANI

MADRID: REINO DE CORDELIA

 

FRANCISCO MORALES LOMAS

 

 

El laureado poeta gaditano Ángel García López, Premio Adonáis (1969), Premio Nacional de Literatura (1973), Premio Nacional de la Crítica (1978), Premio Andalucía de la Crítica (2013) y Premio de las Letras Andaluzas “Elio Antonio de Nebrija” (2021), entre otras muchas distinciones, ha publicado a los ochenta y ocho años de edad una obra de enorme calidad literaria y muy lejos de los cánones estéticos al uso.

Se trata de una construcción metaliteraria en alejandrinos blancos que puede considerarse un testamento poético por cuanto nos conduce en su interior. Es la expresión de un lamento poético (los “nahua” chiítas o los “trenos” griegos) a través del recurso de la alegoría, con el que quiere mostrar el estado de postración al que ha llegado la poesía española última, donde “falsos poetas han usurpado las riendas de la lírica”, y, haciéndose consignatario de las palabras de Abelardo Linares (“Las casa de la Poesía es una casa en la que los okupas han echado a los poetas y se han quedado a vivir”), García López crea esta “fábula acerca del secuestro de la usurpación de la poesía por los falsos poetas”, subtítulo del libro.

A través de veintiún poemas que toman la estructura narrativa y cadenciosa del alejandrino, que actúa como una especie de gran canon operístico, García López sigue los principios estéticos de la alegoría, no tanto como técnica gratuita de producción de imágenes, sino como manera de lenguaje, de creación personal y escritural. Si la alegoría es expresión o manifestación (Ausdruck) equiparable al lenguaje, sucedería esto, en  palabras de Benjamin, porque en ella tiene lugar el movimiento de realización de la vida espiritual. Y así acaece en esta obra que forma parte de una excelsa tradición, tanto en sentido pagano como religioso, desde el origen de la humanidad y los textos sagrados hasta la etapa medieval (no digamos nada de la Divina Comedia o de El libro de Buen Amor…), la renacentista (San Juan de la Cruz), la barroca (Baltasar Gracián con su Agudeza y Arte de Ingenio…) o con obras como Fausto de Goethe, El matrimonio del cielo y el infierno de Blake, La tierra baldía de Eliot…

Por cuanto manifestación de su vida espiritual humana (Ausdrudck) esta obra de García López es una creación retórica personal de singular riqueza literaria que se adentra por la parábola de la creación a través de una línea temporal visible que nos lleva desde un origen creador, desde ese “aullido bajo el halo, hoy tan vivo, de la luna de Wátani”, “hasta verme expulsado de mi vida”, la casa de la poesía. El libro es, por tanto, la mostración de esa historia vital con la que pretende crear su mundo, en el que, como decía Gadamer (cuando habla de la alegoría en general), García López se representaría a sí mismo el mundo a través de un paradigma lingüístico-hermenéutico, que arrancaría, desde nuestro punto de vista, de la retórica propia de un humanismo literario de corte renacentista y barroco, con el que tanta conexión tuvo siempre la lírica de García López, conduciéndonos por el cultismo y la sabia retórica de la construcción del discurso poético y la primacía de la palabra, por encima del vaciamiento de una realidad presente con la que es enormemente crítico en su desvelamiento, es decir, en su construcción/desconstrucción.

El discurso alegórico requiere de agudeza, de artificios y ornamentos de los que siempre dispuso en abundancia García López, pero sobre todo ello subyace una construcción cívica, al menos desde su perspectiva, y un enaltecimiento del poder de la palabra poética frente al colectivo de “vencedores obscenos” que dividen majuelos y tasan lugares, dándose “al vicio/ de hacendados sin freno como premio al esmero/ de abastar su codicia”. Definidos como “logreros que impusieron sus dictados”, que se dedican a crear “frutos abyectos” y a amputar “de aquel campo los árboles/ mejores de entre todos los que fuimos plantando”.

 

 

 

 

 

 

 ÁNGEL GARCÍA LÓPEZ

García López es, según el profesor y crítico Ángel Luis Prieto de Paula, “un poeta de este tiempo con una esencial identidad: un estuario en el que desembocan los cursos poéticos más valiosos y donde se resuelve la historia de la alta poesía.” Autor de una dilatada obra poética, en ella destacan la cuidadosa primacía del lenguaje, el rigor formal y la investigación de las posibilidades rítmicas y lingüísticas del poema. Su tarea de creación ha sido distinguida por sucesivos e importantes reconocimientos: Premio Adonais 1969, Premio Nacional de Literatura 1973 Premio Boscán 1974, Premio Nacional de la Crítica 1978, Ciudad de Melilla 1991, Villa de Madrid-Francisco de Quevedo 1995, Ciudad de Salamanca 1997, Generación del 27 1999, Premio Andalucía de la Crítica 2013, Premio Nacional de Letras Teresa de Ávila 2009 y Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija 2021, estos dos últimos otorgados al conjunto de su obra. Entre sus títulos Elegía en Astaroth, Mester andalusí, Trasmundo, Los ojos en las ramas, Memoria amarga de mí, Medio siglo, cien años, Mitologías, Apócrifos, Ópera bufa, Universo sonámbulo, Cuando todo es ya póstumo y Testamento hecho en Wátani. El conjunto de todo lo publicado hasta el año 2009 se encuentra recogido en Obra Poética, tres amplios volúmenes publicados por la Diputación Provincial de Cádiz.

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense, ejerció la docencia de la Literatura como profesor de Bachillerato y, luego, como profesor emérito de la Universidad de Mayores Francisco Yndurain (Aoiz, Estella, Pamplona), compaginando todo esto con su otra actividad de Técnico Superior de Servicios Bibliográficos. Simultáneamente cursó estudios en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid y los preceptivos para su doctorado universitario e inició una nueva licenciatura, esta vez en Filología Hispánica. Durante tres lustros dirigió la revista Literatura (en sistema Braille) de la ONCE.

Es académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras de Jerez de la Frontera (Cádiz) y de la Academia San Juan de la Cruz-Juglares de Fontiveros (Ávila). Figura incluido en antologías generales y temáticas, diccionarios de escritores, compendios generacionales, etc. Su obra ha sido motivo de seminarios monográficos, investigaciones, trabajos y traducciones parciales a otros idiomas.



lunes, 3 de junio de 2024

Reseña de Albert Torés sobre Teatro Caníbal Completo Volumen VI de Francisco Morales Lomas

 

 


 

PUBLICADO EN LA REVISTA TODOLITERATURA

https://www.todoliteratura.es/noticia/59643/criticas/teatro-canibal-completo.-volumen-vi-de-francisco-morales-lomas.html?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTEAAR005gy3ZuvTp17Z1Lcx7tIYO0i_Q734Oa0NLv5CCVkf-FgzT9W7frCCl2k_aem_ATp1JkiK-sbi0wS43IFkGifwRIZFwseghw_GUEXF9yuj4jlxbeBBP9vlT1HZOCWI9zvkawc3Ds7zKaCLhmZeIAfv

 

 

"Teatro caníbal completo. Volumen VI", de Francisco Morales Lomas

Ediciones Carena, Barcelona, 2023
domingo 02 de junio de 2024, 12:11h
 
 
Acercarse a la escritura de Francisco Morales Lomas es ahondar lisa y llanamente en la historia de la literatura actual. Hombre de letras en toda regla que propugna el humanismo solidario como señal identitaria, su implicación en lo literario se aplica desde todos los prismas posibles, creativos, teóricos, docentes, investigadores, ensayísticos, narrativos y dramatúrgicos. En esta experiencia singular y polifacética de abordar su mundo literario, el del teatro constituye un hito incluso rompedor con el resto de su obra, pues la ironía y el propio concepto de canibalismo, refuerza un teatro de brillantes resonancias, denuncias transgresoras y un repaso de la universalidad que sustenta su obra.

En la serie de “Teatro Caníbal”, las grandes preocupaciones humanas, el amor, la muerte, la condición humana, la contradicción van tejiendo un teatro que por naturaleza propia busca ser representado. Sin embargo, contra la norma más común, es un teatro que se lee, que se visualiza y con el que podemos identificarnos de inmediato, de modo especial, por su ingrediente principal que es el humor. Poco podremos aportar al magistral prólogo de Francisco Gutiérrez Carbajol. Coincidimos plenamente en la consideración final del teatro como “modelo experimental para conocernos mejor. El único del que disponemos, posiblemente”. El teatro del autor giennense es auténtico por sí mismo y por atender al revolucionario esperpento de Valle-Inclán del que Francisco Morales Lomas es un experto, sin olvidar que realizó su tesis doctoral sobre el genial dramaturgo, por ser exacto, sobre la lírica de Valle-Inclán. La representación teatral y la comunicación con el público conoce una verdadera revolución (permítanme el rescate de esta hermosa palabra) relativa a la significación, las estructuras y el lenguaje de la obra dramática. Sin duda, Morales Lomas presta un cuidado extremo al lenguaje. Nos lo indica también el estudio introductorio de Gutiérrez Carbajo “No es casual que Wittgenstein sea uno de los autores con más presencia en este libro de Morales Lomas, si tenemos en cuenta que una de las fuerzas motrices de su teatro es precisamente el magnífico tratamiento del lenguaje”. Si hay un campo en el que Morales Lomas se impregna de disidencia es en la esfera teatral. Al leer, los volúmenes de “Teatro Caníbal Completo”, en concreto este sexto número, no podemos evitar el recordar a Antonin Artaud para quién el verdadero teatro debe perturbar el reposo de los sentidos, liberar el inconsciente oprimido, empujarlo a una suerte de revuelta virtual y al tiempo cuestionar la validez del lenguaje. En efecto, como afirma Gutiérrez Carbajo“nuestro autor realiza un estudio histórico y antropológico del canibalismo, hace extensivo este concepto a otras situaciones, y expone brillantemente una poética de su propio teatro”. La plaza de la caníbal, Boca a boca, Juegos caníbales, La familia, El hospital, El banco espiritual, La visita, Prohibido fumar, El lagarto, la Funeraria, Relajación, son las piezas que enlazarán sexo y devoración, teatro y lirismo, espiritualidad y salvajismo, interdisciplinariedad, pues los guiños al mundo cinematográfico, filosófico, histórico y literario son constantes, como las propias imágenes que nos hacemos de los caníbales, desnudos y con taparrabos hasta que un caníbal becario y trajeado con buenos modales se presenta en una casa para directamente proponer el acto caníbal a una mujer. El pez gordo parece engullir al pequeño, y el becario es devorado finalmente por sus anfitriones. Con la iglesia topamos en El Banco espiritual que hace transacciones con sentimientos (dignidad, bondad, respeto, equidad...) donde de nuevo el pobre es materialista y el rico aumenta la cuenta de beneficios. Una escena contrapuesta, aunque no tanto finalmente, es la celda compartida por un sindicalista y dos protagonistas como Don Pepito y Don Libertad, con una recreación muy particular del marxismo y la obra “El Capital”.Y volvemos a topar con la iglesia en “Prohibido fumar”, donde se produce incluso una situación metateatral, pues un Actor-Dios entra fumando en el escenario y es interpelado por un espectador. El actor-dios, lejos de apagar el cigarrillo le dice que está fumando un porro. La poca fe será, cómo no, castigada.

Temas de “rabiosa” actualidad (considerando el término entrecomillado como causante de cabreos y disconformidades) surgen a la luz de los textos, la corrupción política, la trata de mujeres y niños robados, el maltrato, la violencia, casi se diría que estamos ante un listado de pretextos para desembocar a un canibalismo textual, estético que prima lo visual y lo plástico, identifica en gran medida la dramaturgia con la crueldad, bajo el signo de lo “aparentemente absurdo”. No es casual que el escenario principal se centre en una plaza donde luce una escultura del emperador Carlos V, es decir, que podría ser en cualquier parte del mundo. Una estatua que aparece con una caja de cartón de detergente, otras con una escupidera de color celeste, o pintada con sexo de mujer, o con atuendo de cura y grandes colmillos. En cualquier no es la patologización del escritor lo que destaca, sino más bien lo enfermizo de una sociedad que desaprovecha su patrimonio. Parecería que el personaje de Luces de bohemia, Max Estrella, va transformando la realidad para ver detrás de su máscara. Un constante desenmascarar a través de la ironía, convierte el mundo oscuro en un foco de luz que ilumina todos los rincones. Don Libertad también muestra su grandeza y nobleza que chocan con la mediocridad y falta de escrúpulos de quienes le rodean, pero además Don Libertad se pone al servicio de los demás. Max Estrella cuando nos hace saber que vive en un palacio y recibe la burla, réplica tajantemente: “Porque tú, gusano burocrático, no sabes nada. ¡Ni soñar!”

Transformar el mundo, cambiar la vida, ese doble principio de Marx y Rimbaud, se completan con la imperiosa necesidad de los sueños, del teatro de los sueños. Aparece el Actor-Dios. Tras todos los actos dubitativos del espectador, nos dice “Te puedo ofrecer este habano que me envió Fidel directamente desde Cuba. Es una maravilla”. Y, no cae el telón.

 

Puedes comprar el libro en:

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 En este sexto volumen del Teatro Caníbal Completo, de Morales Lomas, se pueden encontrar las siguientes obras: La plaza de la caníbal, Boca a boca, Juegos caníbales, La familia, El hospital, El banco espiritual, La visita, Prohibido fumar, El lagarto, La funeraria y Relajación. Un conjunto de obras que, como señala el catedrático de Literatura Española Francisco Gutiérrez Carbajo, apelan a los temas universales de la vida, como el amor, el humor, la muerte…, siempre tratados con gran originalidad, tino y sabiduría, y en las que el proceder de Morales Lomas, como el de los buenos maestros, es comparable al de los antiguos orífices. Va puliendo minuciosa y detalladamente sus piezas para que funcionen como un perfecto mecanismo de relojería. Nada lo deja a la improvisación. Son obras que entran de lleno en el ser humano, en sus contradicciones, en su irrelevancia, en sus miserias y en su sabiduría para mostrar nuestra esencia como seres humanos en una sociedad siempre motivo para ser criticada y constante objeto de atención por el dramaturgo giennense.

 

 

BIBLIOGRAFÍA DE F. MORALES LOMAS

EN ACADEMIA DE ARTES ESCÉNICAS DE ESPAÑA

 https://academiadelasartesescenicas.es/f-morales-lomas/

EN ACADEMIA DE ARTES ESCÉNICAS DE ANDALUCÍA

 https://academiaartesescenicasandalucia.com/academico/fco-morales-lomas/

La creación literaria y el escritor

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El creador de libros, pintura de José Boyano