(Este estudio ha sido publicado en la revista Dos orillas, Algeciras, Cádiz, núms. 3 y 4, 2013, pp. 106-109. Revista dirigida por la escritora y poeta Paloma Fernández Gomá)
http://www.revistadosorillas.com/
(Este estudio ha sido publicado en la
revista Dos orillas, Algeciras,
Cádiz, núms. 3 y 4, 2013, pp. 106-109)
LA POESÍA DE LA ESPERANZA
Puerta
del mundo, Francisco Morales Lomas, Ediciones en Huida,
Sevilla,
2012.
Por Alberto Torés
Con el autor, el lector asume como propio la idea de
“la esperanza como
el quicio de una puerta que se abre al mundo donde
todo está por descubrir”.
A todas luces, Francisco Morales Lomas aplica, de
manera práctica y desde la
perspectiva poética, la hoja de ruta de lo que viene
conociéndose como el
Humanismo Solidario.
Puerta del mundo que es el poemario que nos ocupa, aunque en general,
toda
su producción escrita, poética esencialmente,
muestra siempre un manifiesto
vitalismo, mejor aún, una esperanza que se
fundamenta en la tradición para en
su recorrido de creer y descreer presentarse ante el
futuro con eternos y
renovados signos de libertad. Sin duda, la poesía es
el espacio por excelencia
de la libertad, pero no sólo la palabra poética le
deja ver el mundo con una
mirada libre. La palabra poética es también una
gozosa y sustanciosa manera
de conocer, de mantener un diálogo con la poesía
desde un eclecticismo
inteligente y también, cómo no, de interiorización.
El anhelo de expresar lo
íntimo, lo no dicho, lo no sabido, el secreto, en
suma, lo más profundo del ser.
Puerta del mundo es una plena emanación de la vida con el sólido
registro de la
historia como Pilar pero especialmente con un
sentido agradecimiento hacia los
padres del poeta, lo que enfatiza un solidario lazo
con las raíces, unas emotivas
imágenes que en su contemplación ofrecen unos textos
impecables. Una
emoción intensa que contagia al lector y que se va a
ir reconstruyendo a partir
de contradicciones , cruzando tiempo y duracion,
efectos y creaciones, para
enmarcar categóricamente que la palabra piensa. “Las
mejores palabras en el
mejor orden” que diría Luis Cernuda, quizá al
comprobar que las palabras
tienen un primer sentido y un segundo figurado, que
además en materia
poética, dispondrá de un tercer sentido, el libre
fluir del pensamiento expresado
para unirse a nuestras existencias, a nuestro
pasado, a nuestras maneras de
amar, a lo vivido y proporciona un sugerente,
universal y bello poemario con el
que poder identificarse.
Sería una osadía afirmar lo evidente, esto es,
considerar a Francisco Morales
Lomas como un escritor incontestable y radicalmente
necesario. Un escritor
humanista en la más clásica acepción del término,
pero dada la belleza de la
desobediencia, lo afirmo. Me limitaré a deciros
www.moraleslomas.com
En efecto, acabáis de comprobarlo. El humanismo
moralesiano abarca tantos
géneros como inquietudes humanas.
La reflexión filosófica y el discurrir literario en
ensayos, la novela, el teatro, la
columna periodística, los manifiestos político y
poético, los tratados didácticos,
las prácticas docentes, la poesía, es decir, el
placer del estudio y la creatividad
como justificación para dar sentido a nuestro paso
por este escenario. El
hombre es el punto de partida de la escritura de
Morales Lomasny es también
el punto de llegada de las acciones humanas.
Puerta del Mundo piensa esa doctrina centrada en el hombre con el
descubrimiento del otro, sin escapar al tejido
relacional con el medio. Con la
certeza de estar asistiendo a un nuevo orden o al
menos a una sociedad en
plena transformación, quiere dotar al poema de
significación máxima, como
medio de enriquecimiento de la condición humana en
todos los planos al
alcance, cultural, reflexivo, artística, estético,
ético. La imagen del árbol tan
recurrente no sólo en el ámbito literario, tiene
aquí plenos poderes en cuanto a
relevancia simbólica se refiere.
Juan Goytisolo desarrolla su idea de la literatura
con esta imagen del árbol de
las letras al que cada escritor agrega una rama, una
semilla o una hoja por su
propio acervo y experiencia posibilitanto el enlace
con otras partes del árbol,
con la totalidad, porque ha representado la vida del
cosmos, su densidad,
generación y regeneración; de igual modo, se le
reconoce una esencial
transmutación, un divagar de eje entre los mundos.
En el poema II de la II
parte :
Vago de un mundo a otro, de
ilusiones
me nutro y absorbo el ruido de los
sueños
y cada vez soy más canto heroico
que en la noche busca el himno que
emociona.
No me habléis de sueños, ya los he
vivido.
Vago de un mundo a otro,
clandestino.
De manera más categórica también, el árbol de la
ciencia indica el proceso
evolutivo, el crecimiento de la idea, la vocación,
la puesta en marcha de la
imaginación creadora. Una unión marcadamente
interdisciplinar lleva al
conjunto del árbol a representar caminos completos.
Consciente de ello, el
poeta localiza el fondo del humanismo solidario y
escribe en el poema VI de la
II parte:
Hombre, me dijeron, y me hice
árbol,
tronco vigotoso, raíz que se hunde
en tierra y horada los profundos
mares.
Alberto Torés
Localiza el tropel de músicas, los impulsos cálidos,
los enigmas de la patria, la
fragilidad de la tristeza, las palabras
inexplicadas, las sonrisas de las madres,
las dudas, los héroes vencidos, el vértigo de la
fatalidad, la historia prisionera,
la calma quietud, las quimeras solemnes, lo
intangible y lo material, los
interrogantes y las respuestas, el orden de las
cosas y lo efímero de los
tiempos, inicialmente como producto de un clima
pesimista: la crisis económica,
la guerra ideológica, la angustia, los progresos
técnicos, la consideración del
hombre como individuo productor y consumidor, la
sensación de pérdida de
referencias, la muerte que por más que forme parte
de procesos naturales y
tengamos conciencia de ello, nunca se está lo
suficientemente preparado para
su aceptación.
Sin embargo, Morales Lomas busca el territorio para
que el hombre no sea
lanzado sin razón a un mundo desprovisto a veces de
sentido, y para que
participe en la historia y sociedad.
Por tanto, si el existencialismo aunaba esas dos
tendencias, la de poner en
valor lo absurdo de la vida y la de destacar la
solidaridad, el compromiso, el
servicio social, por más que los críticos
interesados resaltaran únicamente el
primer aspecto, nuestro poeta dueño de sus actos,
destino y pensamientos lo
expresa con una fuerza y una belleza incuestionables
en el poema VI de la I
parte:
Cielo azul de mi infancia, los
árboles distantes,
la vida, que despierta de un
profundo letargo,
se rebela suave en su impávida
belleza.
Miro al mar sin dueño, sus celajes
de sal,
el sueño de la arena, su memoria de
rosa
seca que dulce embriaga la bondad
de este canto...
Por un momento soy Dios en la calma
suave
de las olas que laten junto a mí
con dulzura...
Y siento que también yo soy un sueño
lejano
que de tarde en tarde llega hasta
mí y palpita
y corea ufano la alegría de ser.
Son los escalones de la nostalgia y la palabra dada
al mundo los componentes
del nuevo poemario de Morales Lomas, pero sobre
todo, el deseo de hallar la
serenidad en el espacio y en el tiempo, con una
respuesta y no un murmullo
expresada desde lo más íntimo. Siempre he
considerado esa virtud de Morales
Lomas para hacer brotar de los profundos surcos de
la memoria imágenes que
se fijan en la página en blanco con una brillantez
asombrosa. No hay silencio ni
siquiera deseos de traducir silencios, ofrece más
bien su verso minucioso,
cómplice de irónica ternura a veces para rendir
homenaje a las raíces, al amor
de los padres.
¿Te acuerdas de la primera lluvia?
Mucho antes de la declaración de la
renta,
de que el corazón se consumiera
en una odisea de instancias,
de que el corazón escandalizara
el paso del tiempo.
Es indudable que estamos ante una escritua
meditativa, reflexiva y que el tono
poético que no desea titularse. De ahí que no
figuren títulos, sino 5 partes,
cada una con 7 poemas salvo una de cinco textos. Se
trata de una reflexión
sobre el tiempo realizado desde varios flancos,
desde varios tiempos, aunque
destaca una conciencia personal ligada estrechamente
a la temporalidad
individual del sujeto lo que nos lleva a la
reflexión sobre el tiempo como uno
de los ejes temáticos de su poesía, y en concreta de
este poemario.
No es casual que una de las llamadas externas sea la
de Octavio Paz, es decir,
la asociación más evidente con la palabra
“humanismo”, un humanismo
dialogante y crítico. También juega un papel
relevante la mención del poeta
Auden cuya dimensión ética es un paradigma del
humanismo solidario. No
digamos ya cuando Ángel González encabeza el
apartado de citas, en el relieve
del paso del tiempo, en la temática amorosa diversa
y cívica, con una escritura
con la esperanza como telón de fondo.
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